La historia de como se produjo la creación del personaje es, además, curiosa: originalmente la Sombra apareció, simplemente, como el narrador de un programa de radio, Detective Story Hour, en que la Street and Smith Publications adaptaba historias cortas, extraídas de sus propios magazines pulps de género detectivesco, en formato de serial. Con su voz y su risa siniestra, La Sombra presentaba los casos y hacía comentarios sarcásticos sobre la suerte sufrida por los criminales (al estilo del Guardián de la Cripta en los cómics de EC y en las películas inspiradas por estos), que una y otra vez acababan muertos o en prisión, como mandaban los cánones de la censura. El éxito entre los oyentes de dicho narrador, que no era más que un recurso narrativo para la adaptación de los relatos, llevó a la editorial a pensar que podría existir público interesado en una revista sobre el personaje, que hasta entonces había contado con poco rasgos distintivos más allá de la ya mencionada risa siniestra.
Los editores escogieron a Walter B. Gibson, escritor prolífico (especialmente sobre magia y trucos) y antiguo ilusionista el mismo, para que desarrollara el personaje y escribiera las primeras historias, en el año 1931, con un éxito inmediato. Originalmente, afirma, el plan era que escribiera la primera historia y, si gustaba, "tres más"; en la realidad Gibson se quedó con el personaje durante casi dos décaddas. Así, mantuvo durante años (con un hiato para renegociar su contrato en 1946-1948) un ritmo endiablado de producción: aunque todas las historias fueron publicadas bajo un mismo seudónimo, Maxwell Grant, se calcula que Gibson escribió unas 280 de 325 historias aparecidas entre 1931 y 1949 (así como más de un centenar de guiones para los cómicos contemporáneos del personaje); a un ritmo de dos novelitas al mes durante largas temporadas (originalmente la serie iba a ser trimestral pero el éxito lanzó a los editores a una cadencia mensual y luego a dos números al mes).
En 1949 dejaron de publicarse pulps originales del personaje, aunque Gibson volvió en años posteriores a escribir, ya bajo su propio nombre, algunas novelas en que retomaba al héroe, introduciendo algunos cambios en su comportamiento y entorno para adaptarse al mundo postbélico. En 1954 el veterano programa de radio protagonizado por La Sombra (que había contado entre otros con Orson Welles en el papel del justiciero durante un tiempo) también dejó de emitirse, acabando con más de 15 años de emisiones.
Al igual que Doc Savage, su principal competidor en cuento a ventas aunque ambos pertenecían a la misma editorial, los héroes pulp como La Sombra fueron prácticamente olvidados en los años 50, con un intento de continuar en formato de cómic que no fueron muy lejos. No acabarían volviendo a la conciencia pública hasta los años 70, gracias a las reimpresiones.
En 1969 comenzó la editorial Bantam, con siete novelas reeditadas entre 1969 y 1970. Estas contaban con unas expresionistas portadas de Sandy Kossin (que entroncan con el posterior estilo de Bill Sienkiewicz con el personaje) y un rediseño del logo, con menos impacto que las portadas de Bama y el nuevo logo ideados para Doc Savage.
Otra serie de reimpresiones, la realizada por Pyramid Books/Jove Books, que con portadas del mítico Jim Steranko publicaría 23 volúmenes entre 1974 y 1978. Estas portadas eran más clásicas, y en algunos casos reutilizaban elementos e ideas extraídos directamente de las portadas originales.
En España la Sombra aparecería en la colección Hombres audaces de la editorial Molino, con copias de las portadas originales, empezando en 1936, cuando la guerra civil y el traslado de la editorial a Argentina provocaron que algunos de los números no salieran publicados en España, pero si al otro lado del Atlántico, para luego retomar la edición para ambos mercados entre 1941 y 1943. Otra edición, con las mismas traducciones pero portadas bastante poco afortunadas, se realizaría en los años 80 por el Centro Autónomo de Trabajos Editoriales (que solo llegó a sacar 10 novelitas)
Después sería retomado por los cómics (The Shadow aparecería en varias colecciones para DC, con éxito moderado en los 70, 80 y 90, y de nuevo por Dark Horse en 1993) y la interesante, pero fallida, película del año 95. En el cómic moderno contaría con los distintos acercamientos de, entre otros, Mike Kaluta, Howard Chaykin o, el ya mencionado, Bill Sienkiewicz. En la serie de animación de Batman (Batman: The Animated Series), un émulo de la Sombra aparecía (como el Fantasma Gris) como directa inspiración de Bruce Wayne para crear su personalidad enmascarada, en un claro homenaje a las raíces pulp del personaje (y para rizar el rizo del homenaje doblado originalmente por Adam West).
La Sombra que creó Gibson es un personaje misterioso, maestro del disfraz y del camuflaje, despiadado con los criminales, a los que a menudo manipula para que se destrocen entre sí, sin que su intervención resulte evidente hasta el final. Viste de negro, con un sombrero de ala amplia y una capa flotante y, a menudo, una bufanda roja que oculta parte de su rostro. Su nariz aguileña también es descrita y dibujada a menudo, pero nunca queda totalmente claro si es real o sólo parte del "disfraz" de la Sombra.
Lleva también un anillo con un gran ópalo de fuego, que utiliza como foco para sus habilidades hipnóticas; a lo largo de las historias se dan dos explicaciones divergentes sobre su origen (aunque es posible que sean complementarias) una afirma que es una joya que le fue entregada por los Romanoff poco antes de la revolución (cuando bajo el nombre de Águila Negra trabajó para los zaristas) y otra que se trata del ojo arrancado de la estatua de una divinidad de los misteriosos indios Xinca (una supuesta tribu perdida del Yucatán con la que contacto en pasadas aventuras). En ocasiones usa el anillo aún en alguno de sus disfraces, permitiendo así a sus agentes identificarle aún enmascarado.
Aunque usa el nombre de Lamont Cranston (un millonario aburrido en la línea de Bruce Wayne) se nos indica que ese no es su verdadero nombre y su "identidad secreta" es durante mucho tiempo un completo misterio, no sólo para los personajes sino también para los lectores, así como tampoco se nos describe nunca su verdadero rostro si no solamente los rasgos que adopta en sus diferentes disfraces. Finalmente se nos desvela, en The Shadow unmask (Shadow Magazine Vol.1 #131, Agosto 1937), número de la revista publicado seis años después de la creación del personaje, que su verdadero nombre es Kent Allard, un as y espía de la primera guerra mundial, pero uso no impide que sigua utilizando muchas otras identidades y personalidades. Tras la guerra alcanzo cierta fama como piloto antes de fingir su propia muerte, para dedicarse totalmente a su lucha contra el crimen.¡Lo curioso es que ocasionalmente el verdadero Lamont Cranston aparece en las páginas del pulp!a menudo ayudando al justiciero en sus esfuerzos e incluso haciéndose pasar por él. En algunas historias no escritas por Gibson, sin embargo, el autor parece desconocer esta falsedad y trata a Cranston como la identidad secreta real del personaje.
También, para simplificar la complicación narrativa, en los seriales radiofónicos, Lamont Cranston era la identidad real de La Sombra dejando la cuestión de Kent Allard totalmente de lado. Aunque la película de los 90 sigue el mismo camino, en la novelización (escrita por James Luceno y a mi entender mejor que la misma película), es fiel a los pulps y deja claro que Cranston es sólo otra máscara más para el justiciero.
Las razones de la guerra contra el crimen de Allard nunca quedan muy claras, sin que se nos describa un trauma concreto que le lleva a lanzarse a la caza de los criminales. Quizás simplemente, al estilo de Bulldog Drummond, tras la guerra mundial, nuestro héroe buscase un nuevo reto, un lugar donde hacer uso de sus habilidades excepcionales en tiempos de paz.
La naturaleza y alcance de sus habilidades también es contradictorio entre las diferentes versiones y a lo largo de las décadas. En las revistas originales parece, nunca podemos estar seguros y a veces las descripciones parecen sugerir otra cosa, que nuestro héroe no es más que tipo con una gran habilidad como luchador e inteligencia casi sobrehumana, con dotes de espía y de ilusionista (recordemos que Walter Gibson era, él mismo, mago) pero sin ninguna clase de poder abiertamente sobrenatural.
No es el único caso en que los guiones del serial radiofónico o las películas terminaron viéndose reflejados en el pulp; también tuvo origen en las ondas la aparición de Margo o Margot Lane, el interés romántico por excelencia de La Sombra, que apareció por primera vez en el serial, en 1937, luego en las cómics y, más tarde, se trasladó al pulp (¡nada menos que en el #224, the Thunder King de 1941!)y las aún posteriores novelas (provocando, por cierto, reacciones airadas de algunos de los fans más recalcitrantes, si es que hay cosas que no cambian). Margo es una chica resuelta y arrojada, inteligente y capaz en ocasiones, otras lamentablemente reducida al papel de damisela en apuros. Se mezcla bien con la alta sociedad y, a menudo, establece relación amistosa con miembros de dicha alta sociedad implicados en los crímenes que La Sombra está investigando.
Hay rumores sobre que Sam Raimi prepara una nueva película de La Sombra para el 2010, algunos dicen que sólo como productor y otros que también como director. Teniendo en cuenta el trabajo hecho en Darkman (1990) creo que podría hacer una gran película, divertida y emocionante, sobre la Sombra (eso si, por favor, que este ambientada en los 30 o los 40, su tiempo natural)





Comentarios
Publicar un comentario