Nueva reseña de un comic de Dynamite pero, en este caso, un comic de superhéroes y no un ejemplo de neo-pulp. Este primer tomo es un verdadero homenaje al que es, posiblemente, el autor más influyente del género, Jack "El Rey" Kirby (quizás en competencia con su antiguo compañero Stan Lee). Recordemos que El Rey no sólo es, junto a Stan Lee, el creador de buena parte del universo Marvel tal y como lo conocemos (los 4 Fantásticos siempre han vivido de los conceptos genialmente introducidos en la primitiva etapa de ambos en la colección) si no también el creador para DC del 4º Mundo, con personajes como Mister Miracle, Orion o el villano cósmico Darkseid.
Dynamite lo hace resucitando a los personajes que creó en su último estallido creativo, los de los años 80 para Pacific Comics y en los 90 para Topps Comics. En ellos, no puede negarse, quizás el autor no estuviera en su momento más álgido y es innegable que reutiliza conceptos, que ya había utilizado con anterioridad; pero aún en ese caso su creatividad sigue siendo exuberante, ofreciendo decenas de personajes, localizaciones y grandes conceptos.
Dynamite lo hace resucitando a los personajes que creó en su último estallido creativo, los de los años 80 para Pacific Comics y en los 90 para Topps Comics. En ellos, no puede negarse, quizás el autor no estuviera en su momento más álgido y es innegable que reutiliza conceptos, que ya había utilizado con anterioridad; pero aún en ese caso su creatividad sigue siendo exuberante, ofreciendo decenas de personajes, localizaciones y grandes conceptos.


El dibujo corre a manos principalmente del para mi desconocido Jack Herbert (aunque podeís ver su galería en devianart) con portadas e ilustraciones puntuales de Alex Ross. Herbert hace un trabajo digno con un estilo realista y coloreado informático, totalmente diferente al “rotundismo” de Kirby, mientras que Ross, con su estilo y coloreado habitual, se reserva para algunas secuencias más espectaculares, ofreciendo páginas en que se combinan personajes dibujados por Ross con los realizados por Herbert. Esta combinación intenta usarse con fines narrativos, por ejemplo es Ross quien dibuja los gigantescos seres venidos del espacio o quien se encarga de dibujar los flashbacks situados en la remota antigüedad de la que proceden algunos personajes, pero no me termina de convencer la yuxtaposición de técnicas; del mismo modo algunos de los diseños no se vean favorecidos por el coloreado moderno.

Tampoco la mezcla de puntos de vista y diferentes personajes ayuda demasiado a mantener la trama coherente, el comic es una explosión de conceptos que se vuelven difíciles de asimilar y más por el escaso tiempo dedicado a algunos de ellos. En un mundo de narrativa descomprimida, en que nada pasa en números y números, parece que en este tomo, por contraste, simplemente pasan demasiadas cosas, demasiado rápido.
En definitiva un comic que a mi personalmente me ha gustado sin entusiasmarme, un trabajo menor de autores (Busiek, Ross y en su medida Kirby) a los que admiro y repleto de un sentido de la maravilla e inventiva quizás extraños en un mercado del comic que parece haberse abandonado a la vía del supuesto realismo como marca de calidad. Espero que los siguientes números ofrezcan algo más de profundidad y trasfondo a los personajes creados y que el ritmo se calme lo suficiente para contar una historia más coherente.
Para saber más, aquí podéis leer una interesante entrevista con los autores sobre este comic. Como nota curiosa se aclara que los dibujos estilo cartoon que aparecen en el flashback de Kirby Freeman son obra de Alex Ross (mostrando verdadera versatilidad) y no de Jack Herbert como parecen suponer la mayor parte de las reseñas.
tres letras:WOW
ResponderEliminarSupongo que lo dices por la calidad del dibujo, Alex Ross es así de impresionante :)
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