Cosas para leer: The Shadow (nº7) The Cobra y The Third Shadow


Este volumen, el séptimo, de la reedición de las novelas de la Sombra de Nostalgia Ventures va sobre imitadores y sucedáneos del justiciero oscuro. No sólo los dos relatos giran en torno a un imitador/competidor del héroe si no que también los artículos que acompañan a los relatos versan sobre el mismo tema. 

En este caso no nos encontramos con historias muy separadas en el tiempo, como en el caso del último número reseñado en el blog, si no que los dos relatos aparecieron con dos años de diferencia únicamente y que reutilizan algunos elementos argumentales. También en cuanto a las ilustraciones hay mayor uniformidad estando ambas ilustradas por Tom Lovell en su estilo habitual.


The Cobra presenta a nuestro héroe en una situación incómoda, cuando un nuevo justiciero llamado la Cobra aparce en la ciudad y se hace rápidamente un nombre eliminando sucintamente a algunos de los mayores criminales de la ciudad. La Sombra se ve superado como leyenda del mundillo criminal y también en su relación con la policía, más que dispuesta a ayudar al nuevo pistolero sin importarle demasiado el aspecto legal de sus acciones. 

La Cobra se presenta ya desde el principio como una amenaza terrible con su propia organización de agentes, llamados colmillos, y sus propios métodos misteriosos de descubrir y extender información, pero hay cosas (como ganarse la simpatía de la policía) que parecen resolverse con demasiadas facilidades a su favor simplemente por que es necesario para la trama.

Es casi risible la actitud de la policía ante esta cantidad de justicieros, dejando claro que, mientras se encarguen de matar criminales, sus abundantes rupturas de la ley, incluyendo el asesinato, no serán ni siquiera investigadas. La actitud del comisario Weston resulta particularmente cómica, especialmente en el primero de los relatos por la facilidad con que es convencido de que La Sombra se ha convertido en un criminal... pese a la insistencia del bueno de Joe Cardona de lo contrario.  Los agente de la Somba no tienen un papel demasiado destacado tampoco en este cas, excepto Cliff Marsland que actúa como sustituto del héroe para infiltrarse entre los criminales.

Aunque soy un gran admirador de las ilustraciones de Tom  Lovell para los pulps digamos que en el caso del diseño de La Cobra no tiene mucho que hacer ante una idea poco visual que resuelve de forma un poco ridícula. Sin embargo su aparición casi consigue hacernos creer que tiene alguna posibilidad de victoria, y eso es algo difícil de conseguir cuando enfrente se encuentra el Maestro de la Lucha.


Puntuación: 7/10


La segunda historia presenta una serie de episodios que van poco a poco presentando no uno si no dos imitadores de la Sombra, que utilizan el disfraz para cometer delitos de forma impune. En este la presencia de la Sombra es menor y sobre todo seguimos los avatares de una serie de criminales pintorescos mientras al justiciero aparece para actuar como una fuerza casi impersonal, realizando una justicia a menudo brutal y dándonos una idea del papel casi mitológico del héroe oscuro entre los bajos fondos.

La trama es menos producto de pura fórmula que la anterior, con personajes que aparecen y desaparecen a lo largo de la trama, algunas pistas falsas, pero en el fondo también carece de la tensión que ofrece un villano que realmente parezca capaz de plantar cara a nuestro héroe. Tampoco los agentes tienen un papel destacado en este relato, aunque aparecen puntualmente para cumplir labores de apoyo cuando corresponde tanto Harry Vincent, como Hawkeye, Moe o  Burbank. 

El relato ofrece algunas ideas adicionales sobre la organización del juego ilegal en el Nueva York de la Sombra, e incluso un curioso interludio burocrático, y la conexión con la Habana (por ejemplo) que pueden resultar inspiradoras, pero en general se trata de un relato muy menor.

Puntuación: 5/10

Los artículos adicionales hacen un somero repaso a los imitadores de la Sombra en el mercado de los pulps y de los primeros comic-books y también un repaso por otras suplantaciones de la identidad del justiciero producidas en los pulps, la radio o los seriales del personaje. La introducción de Dick Ayers también destaca la influencia de La Sombra en la creación de su personaje, el Ghost Rider original (presente aún en el Far West de Marvel como Phantom Rider)


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