Siguen las aventuras de Estela Plateada y su compañera Dawn Greenwood en este cuarto tomo, que continúa las aventuras del antiguo heraldo de Galactus después del fin del universo Marvel y su recreación tras las últimas Secret Wars.
Siguiendo la máxima de que si algo funciona no es necesario arreglarlo el tomo es continuista en todos los sentidos de la etapa anterior, aunque como su título indica por primera vez elige centrarse sobre todo en la Tierra, aunque esto no significa ni mucho menos que nos perdamos las amenazas alienígenas a las que estamos acostumbras aunque ahora su objetivo sea nuestro planeta. Simplemente ahora el peligro se cierne sobre la recreada tierra Marvel. Quizás las amenazas de este tomo, especialmente los multiformes del último número, y los recursos narrativos sean algo más flojos que los anteriores, quizás algunas ideas no sean desarrolladas del todo (a la espera de dar más juego en siguientes números, espero).
Dan Slott se permite alguna pequeña pulla de pasada a este nuevo universo y los cambios en el mismo, cuando las acciones de nuestros héroes provocan un cambio en la continuidad de consecuencias aún por determinar o por la ausencia de los Cuatro Fantásticos en este mundo recreado. Por otra parte la historia romántica sigue cobrando importancia, cuando Dawn conoce al fin a dos de las mujeres del pasado de Estela y también profundiza en el pasado familiar de la terrestre, de una manera sorprendentemente triste para el tono general de optimismo de la colección.
Poco más puede decrise del dibujo y coloreado de los Allred de lo que ya se ha dicho. En este tomo se recrean mostrando viñetas de la tierra real y ficticia con su estilo único, de colores casi planos, linea clara y uso moderado de efectos y degradados. Desde la magnífica portada a la primera historia, en que una raza alienígena intenta "robar" la cultura humana, las referencias a la cultura, y especialmente la popular, se multiplican en sus páginas recordando los collages y escenas de grupo características de Rocket 7 e incluso se permite insertar a su propio Madman en al menos una viñeta, o sacar a Doop, de sus tiempos en X-Force/X-Statix, en una portada (¡aunque luego no aparezca en el interior!).
En conclusión, un tomo que sirve un poco de descanso y de reflexión, que mantiene sin embargo un gran nivel general y que sigue siendo una de las series más divertidas de superhéroes ahora mismo.
Nota tonta al margen, ¿alguien más piensa que Bruno Orive (que redacta el artículo que acompaña al tomo) ha confundido a Axel Foley con Han Solo?
Puntuación: 8/10
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