Cuando termine de ver What If?, Ms Marvel o Caballero Luna no sentí la necesidad de escribir una reseña. Posiblemente por que, aunque ninguna me desagrado y fueron visionados agradables, tampoco me dejaron el poso suficiente, más allá de alabar las decisiones de casting de Iman Vellani y Oscar Isaac, ni sentía que hubiera mucho más que decir. El hecho de que Marvel ofrezca series de una calidad media respetable, entretenidas y agradables de ver, con tal regularidad se ha convertido en una no-notica, algo que ni siquiera necesita un comentario. Como el equipo que gana casi todos sus partidos mucha gente se muere de ganas de dar la noticia de su debacle, y simplemente la noticia de que "sigue funcionando" no tiene interés.
Muchos viven con el ansia de decir "hasta aquí llegó, el MCU ha muerto" con cada nuevo producto, y viviendo en un entorno en que el cabreo y la crítica negativa se difunde a pasos agigantados, esta serie se ha convertido en un nuevo hito del odiador profesional y aficionado; acompañado además de algunas de las más perniciosas corrientes de internet, que unen a ese ansia general sus cruzadas contra lo woke (aunque ni ellos mismos tengan claro de que hablan).
Es necesario señalar como el MCU parece estar intentando más que nunca diversificarse en productos que puedan gustar y aficionar a públicos diferentes, posiblemente para intentar escapar de esa profecía constante, sin perder la esencia que los hizo interesantes en primer lugar. La aparición de esta serie, y del especial (también muy interesante) La maldición del hombre lobo, demuestra algo que el lector veterano de cómics ya debería saber, un mismo universo no necesariamente significa un mismo tono, unos mismos recursos estilíticos, y es interesante explorar la variedad de géneros que agrupan los superhéroes.
Esto quiero destacarlo, desde el principio los superhéroes se han convertido en un género (con sus reglas, tópicos y excepciones), pero también en una forma de aproximarse a otros, de apropiarse de ellos para su propia existencia. A lo largo de sus historia hemos disfrutado de variaciones del género de espías (Nick Furia, agente de SHIELD), western (Jonah Hex), Space-opera (Omega Men), Terror (Blade) y, por supuesto, comedia (Howard, el pato). Creo que esta plasticidad genérica, procede del origen pulp de muchos de los elementos constitutivos de los superhéroes y que es consustancial, convirtiéndose en precursor de la hibridación referencial propia de nuestros tiempos.
La comedia, el humor más o menos sutil, siempre ha sido un elemento destacado en el MCU y parte de la reconstrucción del género que han realizado para el público general. Pero dentro de las películas también podemos apreciar distintas corrientes genéricas, desde el cine bélico al terror y la ciencia ficción. Pero creo que She-Hulk, abogada Hulka es la primera que elige funcionar en primer lugar como una comedia.
Técnicamente la serie tiene algunos problemas, fundamentalmente con la creación digital del personaje, que a mi me parece muy menores. El casting de su protagonista me parece tan acertado (Tatiana Maslany) que el esfuerzo por mostrar su rostro transformado me parece bien empleado, aunque no siempre se resuelva bien. Para mi tanto Hulka como Jennifer Walters funcionan como personaje(s) y eso es lo que me resulta más importante un la serie.
Para mi, el mayor defecto, sin embargo, es la longitud de la temporada y la estructura de la misma. Creo que esta serie habría funcionado mejor con una estructura de temporada más cercana a una comedia de situación normal, con más episodios independientes donde pudiéramos haber visto más casos judiciales, más citas desastrosas o, simplemente, más historias independientes que no tuvieran que ver con nada más. Los casos de Mr. Inmortal o de Megan Thee Stallion habrían funcionado mejor si se hubiera establecido un funcionamiento habitual de su labor profesional.
Por eso, también, alguno de los personajes secundarios, la familia de Jennifer, sus compañeros de despacho,... tienen poco tiempo para desarrollarse y me quedo con ganas de ver más de ellos. Lo mismo pasa con Titania (Jameela Jamil), que pese a ser divertida termina dando la sensación de haber sido poco explotada en esta temporada.
La aparición del Daredevil interpretado por Charlie Cox, que demuestra una química magnífica con Maslany, se ha resuelto de una forma que no podía hacer mejor homenaje al concepto de cross-over, ofreciendo una visión del personaje menos intensa, pero fiel a las facetas que vimos muy poco en la serie de Netflix del personaje.
Así que quizás esta serie no es para todo el público, y está claro que una sección del mismo eligió odiarla desde el minuto uno. Lo mejor es que los mismos escritores de la serie decidieron, en el mejor giro metatextual, convertir eso mismo en material para sus guiones, dando lugar a algunos de los giros más divertidos.
Personalmente me lo he pasado muy bien, con una serie ligera, con el punto justo de mala leche en algunas bromas, y una magnífica y carismática protagonista. Sigo pensando que Wandavision ha sido la mejor serie de esta hornada del MCU, quizás por el uso más radical del medio televisivo en sus primeros episodios, pero creo que She-Hulk: Abogada Hulka se coloca, cómodamente, en un segundo lugar.
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