Cosas para leer: Alvar Mayor (Integral 1) Carlos Trillo y Enrique Breccia


Dolmen publica este primer tomo integral, en una edición mucho más lujosa que la realizada por Norma en cuatro volúmenes en 2007, con tapa dura frente a la rústica y, especialmente, un mayor tamaño que permite apreciar mejor la labor artística de Breccia. La ilustración de portada fue utilizada ya por Norma en su segundo volumen aunque aquí el uso del blanco y negro le da una fuerza bastante particular, combinado con el elegante diseño general del tomo. 

Las aventuras de Alvar Mayor aparecieron por primera vez en la revista Skorpio, y en España fue publicado también por primera vez en la revista Cimoc (comenzando a aparecer, de forma muy irregular, en el año 1981). Esta edición original, por cierto, es en color pero este es bastante pobre y casi superfluo  teniendo en cuenta el elaborado trabajo de línea recargada y densas sombras que utiliza Breccia, con momentos en que el color oscurece y vela, más que ayuda, el trabajo del artista. 

Su primera aventura La búsqueda del dorado, aparecería en el número 36 de la colección, con fecha de portada de octubre de 1977, aunque las páginas aparece firmadas con el año de 1976. Como presentación se trata de una historia que condensa gran parte del concepto inicial del personaje y que, en gran parte, marcará la estructura de muchas historias del mismo: Alvar Mayor, y su amigo indio Tihuo, son contratados para conducir una expedición en busca de oro, que solo lleva a la muerte a aquellos obsesionados por la codicia. Crueldad humana en primer plano, una búsqueda de un tesoro, Alvar como instrumento de la perdición y la jungla como territorio liminal entre lo histórico y lo fantástico (aspecto que ira claramente in crescendo a lo largo de la colección), se dibujan así como elementos definitorios de la serie. 

Estas primeras historias, constreñidas por la estructura de la revista y la intención de ser autoconclusivas, en ocasiones parecen caer en la mera repetición de una fórmula. y parece renovarse a partir de Los sueños cerca del mar (originalmente aparecida en Skorpio º43, junio de 1978, y aquí casi en la mitad del tomo) cuando aparece un nuevo personaje, la acusada de brujería Lucia de Lerma, y la serie parece superar algo su carácter episódico, hilvanando ahora una mayor continuidad de historia en historia, lanzando a sus personajes a una búsqueda mayor hasta los límites del mundo que termina siendo, de nuevo, una quimera. 

Resulta dramático, casi brutal, contrastar esta historia con las circunstancias de la historia argentina contemporánea a su creación: la dictadura militar y sus violencias, que habían tocado muy de cerca a la revista, incluyendo la desaparición del gran Héctor Germán Oesterheld (guionista fundamental, entre otras de el Eternauta) en abril de ese mismo año de 1977. En este campo la crueldad de los mandatarios y expedicionarios, la tendencia a las usurpaciones del poder y las revanchas que conllevan, tienen un trasfondo doloroso que impiden pensar en ellos como meros elementos narrativos.

Alvar Mayor, como personaje, vive en ese campo de otros personajes de finales de los 70 en una situación de crisis del héroe clásico, pero que no termina de perfilarse en una forma nueva de acción y que, a menudo, parece más espectador, o ejecutor, que actor en las historias con las que se cruza. Poco averiguamos sobre su pasado más allá de lo que nos cuenta en su primera historia (que es hijo del cartógrafo de Pizarro) y tampoco desvela a menudo su pensamiento o sus planes. Enfrascado en la búsqueda eterna de quimeras es extremadamente capaz, casi sobrenaturalmente hábil e inteligente, pero raramente articula un pensamiento elaborado o desvela una hondura personal. Se limita a observar con sonrisa irónica la perdición de otros, el mismo intacto pese a participar de los mismos riesgos y las mismas circunstancias. El buscador de tesoros eterno que es Alvar Mayor se salva por que en realidad no quiere el tesoro, permanece moralmente a salvo por que su sueño es la búsqueda, no su conclusión, un idealista en el sentido más completo del término.

El dibujo de Breccia es, como digo, apabullante en su densidad, con un trabajo de líneas y tramas que dibujan escenas barrocas y densas, que trasmiten también cierto realismo sucio que contrasta con las tramas fantásticas. La mayoría de los rostros comparten esa densidad de líneas con el dibujo general, formando una galería feísta, que a menudo conecta con la caricatura, entre los que destacan por su limpieza relativa los ocasionales rostros de las mujeres hermosas que se encuentran en el camino, islas de líneas claras en un mar de arrugas, papadas y verrugas. Como señala la introducción de Ángel de la Calle según avanzan las historias el uso del espacio en blanco y el vacío en el dibujo parece ir cobrando mayor importancia hasta adueñarse de algunas páginas, como una tensión entre el negro y el blanco acentuado en esta edición.

Alvar Mayor es una lectura muy recomendable, aunque quizás sea mejor para leerse en forma de pequeñas capsulas narrativas que de forma continuada, dada esa estructura episódica y algo reiterativa que puede llegar a aburrir por la repetición de figuras narrativas.


Puntuación: 8/10

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