Héroes y villanos: La primera generación (1938-1956)


A lo largo de los años, los sistemas y las múltiples campañas de género superheroico que he dirigido se ha ido configurando un “universo” de personajes, lugares y ambientes que han dado lugar a un universo donde sitúo todas mis partidas del género. Aunque muchos cambios retroactivos y ajustes han sido necesarios para que este universo naciera, a partir de historias en principio independientes, y constituya algo mínimamente coherente no me parece que sea algo muy distinto al papel jugado por la continuidad en las editoriales de comics.

Muchos de estos personajes, y los que aparecerán en siguientes entradas de Héroes y villanos, fueron creados por los jugadores de alguna de estas partidas, gracias a todos por soportarme y por crear estos personajes, espero que a ninguno le moleste la forma en que he decidido continuar (o terminar en algunos casos) sus historias.


Terminología
Superhumano y metahumano, a veces abreviado como “meta”, son términos que se utilizan en un momento u otro para referirse a esos individuos excepcionales que han vivido mezclados entre nosotros desde un tiempo indeterminado, dotados por la naturaleza, el destino, la magia o la ciencia con capacidades y habilidades por encima del común de la humanidad.

Durante la mayor parte de nuestra historia su presencia a sido sutil, siendo algunos mitos, historias tradicionales y leyendas el único rastro de su existencia; pero desde principios del siglo XX, el concepto del superhéroe, y su contrapartida el supervillano, ha dado una nueva presencia y visibilidad a los metahumanos. Las “máscaras”, como se les denomina a veces de forma peyorativa, se ha convertido en parte aceptada, si bien a regañadientes, de la vida y la cultura popular, presentes en las noticias y en las revistas científicas pero también en el cine, la literatura y, por supuesto, el comic.

Existen antecedentes de esta idea del héroe enmascarado al menos desde el siglo XVI, pero la mayoría de expertos en el tema coinciden en situar el punto de inflexión, el momento germinal que dio carta de naturaleza al concepto, en la aparición pública y casi simultanea de varios justicieros a finales de la década de los 30 y su posterior participación en la II Guerra Mundial.

El comienzo (1938-1941)
La presentación al público el mismo año, y con escasas semanas de diferencia, de Capitán Justicia (en Chicago),  Wraith (en Boston) y Dragón (en San Francisco) suele considerarse como el pistoletazo de salida de esta primera generación de héroes. Algunos, como el Vigilante (Nueva  York), aunque habían iniciado su carrera algunos años antes saltaron ahora a las primeras planas. Estados Unidos se vio atravesada de la noche a la mañana de una verdadera fiebre por los superhéroes, tanto los reales como los ficticios, y su número comenzó a multiplicarse increíblemente.

Por algún motivo, los estudios de toda clase intentando analizar la razón son muy numerosos, desde un primer momento el fenómeno superheroico ha tenido mayor peso social en los Estados Unidos, y en su cultura popular, que en otros países del mundo, donde la presencia es casi testimonial pese a que el índice de metahumanos es muy similar sobre la población total.  Aún en estos primeros momentos, aunque hay constancia de la presencia de justicieros enmascarados en diversos puntos del planeta, su número se concentra en las grandes urbes de los EEUU y en especial en la multicultural Nueva York. 

Estos primeros héroes, en general, se enfrentaron sobre todo a las mafias, funcionarios corruptos y otros criminales comunes, aunque también surgieron en estos años algunos de los primeros considerados como supervillanos (Sangre AzulEl Imp o Doctor Omega entre otros), según pasan los años muchos además deben enfrentarse a un número creciente de espías y saboteadores extranjeros.

En realidad  muchos de estos héroes no poseían tampoco poderes propiamente dichos, no eran por tanto metahumanos, tratándose estos más de aventureros disfrazados que otra cosa, quizás con la ayuda de un único gadget o truco a su favor.  Sin embargo, aún aquellos que físicamente resultaban ser totalmente humanos, requiere un valor excepcional lanzarse a luchar contra el crimen armado con una pistola de rayos, un traje brillante y mucho optimismo.

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945)
La II Guerra Mundial fue la prueba suprema para esta generación de héroes, que habían surgido para una lucha muy diferente, y para otros muchos que tomaron el uniforme específicamente para el conflicto. Gran número de enmascarados dieron durante estos años la vida por sus respectivos países, o por sus ideales, en la mayor conflagración bélica que el mundo ha conocido.

Desde 1939 hasta 1941 la principal fuerza metahumana, en cuanto a número y poder, eran los bien organizados Übermenschen germanos.

En secreto el gobierno nazi había iniciado ya, al poco de acceder al poder en 1933, un programa secreto de reclutamiento (y creación) de soldados superhumanos escondido bajo los auspicios de las SS; durante los primeros compases de la guerra esta preparación había dado sin duda sus frutos, siendo estos utilizados como cabeza de lanza de la Blitzkrieg. La poderosa máquina de guerra alemana parecía así imparable, ayudada por individuos como Riese, OrkanHexe pero también por la utilización de armamento experimental especial. Este era desarrollado por científicos como Alexander Von Stahl, ingeniero armamentístico muy avanzado a su tiempo, o el Doctor Lennart Brandt, experto en bioquímica. Además también contaban con la Sociedad Tule, y más tarde de la Ahnenerbe, combinando los conocimientos científicos con fuerzas místicas oscuras. El ejemplo máximo de este acercamiento híbrido fue el muchas veces pospuesto proyecto Wehrwolf, que pretendía convertir a un gran número de soldados en licántropos tecnológicamente mejorados, pero que nunca llegó a ser completamente desarrollado al acabar la guerra.

También debemos considerar el número importante de científicos, contrarios al régimen nazi, que escaparon de Alemania hacia otras naciones, contribuyendo con sus propias invenciones al esfuerzo de la guerra. El profesor Lukas Dreher, por ejemplo, fue el diseñador de los aviones experimentales de la Brigada Aérea, un grupo de pilotos de varias nacionalidades unidos por su odio a los nazis y que actuaban desde suelo británico.

También hubo unos cuantos enmascarados que se enfrentaron a las fuerzas del Reich en estos primeros años; por citar sólo a dos: Monsieur Renard se convirtió casi en una leyenda entre la resistencia francesa y Spitfire salvó incontables vidas británicas durante la batalla de Inglaterra. Pero su número era escaso, y además carecían de ninguna organización, en comparación con las fuerzas que los nazis podían poner sobre el terreno sus esfuerzos resultaron fútiles.

Tras el ataque alemán a la URSS, en la denominada operación Barbarroja,  los soviéticos  desvelan  también un grupo de metahumanos, el Protectorado, reclutados en secreto tras la firma del pacto Ribbentrop-Mólotov y  comandados por el enmascarado Camarada de Hierro. Aunque su presencia no consigue frenar el avance alemán, si lo ralentiza considerablemente, mientras los alemanes se adentran más y más en el territorio ruso.

En el pacífico los japoneses habían llevado a cabo, imitando a sus aliados alemanes, un programa de reclutamiento propio, que sirvió para dotarles de su  fuerza superhumana, llamada Sentai. El 7 de diciembre la aviación japonesa, apoyada por los agentes metahumanos Kagu-tsuchi y Raiju, atacó la base naval de Pearl Harbor, provocando la entrada de EEUU en la guerra. Menos conocido es que al mismo tiempo se produjo un intento de asesinato contra el presidente FDR, llevado a cabo por agentes de los Dragones Negros, que fue impedido por la acción combinada de Dragón, el Vigilante y Capitán Justicia.

Pero sin duda a partir de ese momento la fuerza metahuman más numerosa era la de los superhéroes americanos, entre los que destacan los numerosos héroes “abanderados”, vestidos con los colores de su nación y con un nombre patriótico (Minuteman, Sargeant Stripes y Corporal Stars, El Patriota Enmascarado y su ayudante Tommy,…) y surgidos en su mayoría tras el estallido de la guerra. Algunos de ellos tuvieron una carrera tan breve como dramática, otros se convirtieron en leyendas. 

En ese momento la situación de los diversos metahumanos era bastante caótica en el bando aliado; algunos servían bajo órdenes de sus respectivos ejércitos, en unidades regulares o como comandos, o como agentes especiales de las distintas ramas de inteligencia  o incluso, un número significativo, actuaban totalmente por libre ayudando al esfuerzo bélico siguiendo su propia iniciativa. En 1942, finalmente y tras muchas tensiones y difíciles acuerdos, los líderes de las naciones aliadas aprobaron la formación de un único equipo conjunto: la Alianza por la Victoria,organizada bajo un mando conjunto de Gran Bretaña, La URSS y Estados Unidos (a las que más tarde se uniría la Francia Libre). Poco a poco a la misma se unieron, voluntariamente o forzados por las circunstancias, casi todos los héroes enmascarados de las naciones aliadas. El presidente de EEUU lanzó una Orden Presidencial Especial en que reclutó oficialmente a todos los héroes enmascarados para dicho grupo. Aún así un puñado de ellos siguió actuando independientemente pese a las presiones y órdenes de sus gobiernos. 

Las misiones de esta Alianza se centraron fundamentalmente en contrarrestar a los metahumanos enemigos y dar apoyo y cobertura a los ejércitos convencionales. Además también se les consideraba un importante activo en la política propagandística de los aliados, produciéndose un enorme volumen de comics y películas protagonizadas por los Aliados por la Victoria.

El conflicto se volvió más y más enconado y sangriento, mientras se establecían lazos de amistad entre héroes muy separados geográfica e ideológicamente. La Alianza parecía ser una señal de la posibilidad de una paz duradera

Pero el fin de la guerra significó también el fin de esa gran Alianza; primero Camarada de Hierro, y los otros héroes del naciente bloque soviético, la abandonaron, tras la conferencia de Yalta (1945), para organizarse en  la llamada Guardia Roja. Mientras otros  héroes abandonaron su identidad enmascarada tras la guerra, y muchos simplemente habían caído en combate, haciendo innecesaria una organización internacional de esta escala.  

Como casos curiosos podríamos mencionar el de Monsieur Renard que tras la guerra se convirtió en un infame ladrón de arte internacional o el de Sargeant Stripes, George W. Lancaster, que reveló públicamente  su identidad secreta y se convirtió en congresista por su Iowa  natal (R.).
 


La Guerra Fría  y el fin de los superhéroes (1945-1956)
Tras  conocerse los terribles experimentos realizados por los científicos nazis y japoneses, el código de Nuremberg (1947) y la Convención de Ginebra (1949)  incluyeron artículos adicionales que prohibían la experimentación con humanos, especialmente la destinada a la creación artificial de superhumanos. Sin embargo tanto EEUU como la URSS (y en menor medida otras naciones)  demostraron una constante tendencia a ignorar estos acuerdos en su propio beneficio.

Como parte de la Operación Paperclip, EEUU reclutó a gran parte de esos mismos científicos alemanes implicados en dichos experimentos y fundó, ya en 1946, un centro conocido como “La Granja” destinado a “entrenar y producir” agentes superhumanos.

Mientras tanto los soviéticos, con sus propios científicos alemanes reclutados, construyeron varios centros experimentales secretos, “Ciudades científicas”  situadas en lugares aislados, con el mismo fin.  A esto, se unieron intensos a programas  de filtrado y reclutamiento por parte de los servicios de inteligencia de ambos bloques destinados a identificar a todos los potenciales "operativos" antes de que lo hicieran sus oponentes.

Sólo un puñado de metahumanos siguió actuando públicamente, pero, en gran medida, controlados por las administraciones de una forma impensable en la época anterior a la guerra. Así el Capitán Justicia fue a menudo criticado, especialmente en el extranjero pero en menor medida también dentro de su propio país, por actuar como apoyo superpoderoso de la política exterior de los EEUU, mientras que la Guardia Roja, y su líder el Camarada de Hierro, era parte fundamental de la propaganda soviética.

Como ejemplo de este polarización ambos héroes, antiguos aliados y amigos, se vieron obligados a enfrentarse varias veces, siendo su combate más sonado el que se produjo en plena guerra de Corea, en octubre del 52 y que estuvo a punto de costarles a ambos la vida. 

Al mismo tiempo, y sin que la mayoría de la población fuera consciente, el final de los años 50 fue una época de gran actividad en el espacio cercano a la Tierra.  El número de visitantes no deseados a nuestro planeta parecía estar en continuo incremento durante los años 50 y gran parte de los esfuerzos de los héroes supervivientes se concentran en el “frente especial”.  En 1956 un Capitán Justicia, desencantado y cansado de su papel en la Tierra,  abandona el planeta, dando para muchos carpetazo a esta primera generación.

Entre los pocos héroes bien conocidos que empezaron su carrera en los años 50, y que sirven de puente entre la generación anterior y la siguiente, podemos mencionar a El Custodio, protector  de Gate City hasta los años 90, y a Astroman, héroe afincado en Los Ángeles, de supuesto origen alienígena.

Sin embargo sus acciones parecen no capturar de la misma manera el entusiasmo de sus compatriotas y muchos pensaban que más tarde o más temprano el fenómeno de los héroes enmascarados desaparecería de la misma manera que había aparecido.

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