Llega el final de una era para las películas del MCU, el final de una serie de historias de los últimos años, y la despedida de algunos de sus personajes icónicos, pero un punto y seguido en una franquicia, en un universo que se ha convertido en una de las piedras angulares de la cultura popular actual y que se enfrenta ahora, con posibilidades de éxito, a la difícil transición entre una generación y sus sucesores.
La película se centra en los veteranos, especialmente en el trío fundamental Iron Man/Capitán América/Thor, dejando en segundo plano a los nuevos, pero con las medidas escenas de lucimiento para que no nos olvidemos en ningún momento de las prometedoras estrellas de las películas del futuro.
Esa idea del fin de todo, pero que el negocio no decaiga, pesa en la estructura de una película complicada, mastodóntica. Enredada por la cantidad de personajes, localizaciones y tonalidades a manejar para ofrecer un producto incomprensible por si mismo pero que es la culminación de todo lo que hemos visto hasta ahora. Ya lo dije con la anterior entrega, estas películas (Endgame y su antecesora Infinity War) son la traslación al medio cinematográfico del concepto de crossover, ejecutado con una confianza y convicción que está muy lejos de los superhéroes acomplejados (avergonzados de su propio origen y tópicos genéricos) que encontramos aún en demasiadas producciones y adaptaciones, que parecen ser incapaces de dejarse llevar por la fantasía inherente a estas historias de héroes y villanos cósmicos.
Así, resulta muy inteligente la forma en que aprovechan para hacer recapitulación y revisión de algunos de los momentos fundamentales de las fases anteriores, llevando a sus personajes de vuelta a antiguos escenarios y antiguos enemigos (seleccionando hábilmente las referencias). Jugar con el tiempo siempre es una solución peligrosa, y en ese sentido creo que hay cosas que no han quedado totalmente resueltas o que pueden plantear problemas para la construcción de las siguientes películas del MCU, pero creo que consiguen un resultado más que satisfactorio.
A veces, como viene siendo costumbre, el humor (especialmente en el caso de un Chris Hemsworth que parece haberse cansado hace un par de películas de ser el chico serio de la casa) se va de las manos o resulta contraproducente para la épica, pero otras el chiste medido consigue relajar una tensión que parecería impostada en caso de ser dejada sin adulterar. Personalmente me quedo sin duda con el arco completo del Capitán América, personaje que para mi ha sido finalmente el mejor tratado de todos y, también, el que creo será más difícil de reemplazar por falta de un actor y un personaje que consigan encajar de la misma manera.
Me resulta, en definitiva, imposible ser mínimamente objetivo con una película que me ha dado tanto de lo que quería ver, aunque con la habilidad suficiente para no dar nunca exactamente lo que esperaba ver, que por momentos me ha sorprendido, en general para bien, y emocionado, pero que, sobre todo, me lo ha hecho pasármelo magníficamente durante toda su duración.
Juzgar Endgame (o el díptico Infinity War/Endgame) sólo puede hacerse dentro de su propia categoría, categoría de la que por ahora es el único exponente, y como tal creo que sera una marca difícil de superar para cualquier superproducción que pretenda ser similar.
Puntuación: 10/10
Comentarios
Publicar un comentario