John Byrne es uno de los grandes autores de la historia del comic de superhéroes, su etapa como dibujante en la Patrulla-X o sus números como autor completo en los 4 Fantásticos y en Superman son continuamente recordados y republicados. En estos Next Men de nuevo se trata del autor tanto del guion como del dibujo, pero además lo hace creando su propio universo narrativo en una editorial menor, relativamente, como era Dark Horse. Tras 31 números la serie cerró en 1995, dejando el final de la historia en el aire, hasta que fue retomada y finalmente completada por el autor en IDW Publishing entre 2010-2012.
Los Next men del título ( cuatro jóvenes que responden a los nombres de Jasmine, Nathan, Jack, Bethany y Danny), son un grupo de personajes que a lo largo de la mayor parte de la narración aparecen perdidos, sin encontrar un camino propio y, a veces, con una personalidad que tampoco parece bien definida. Criados en un mundo de realidad virtual, dotados de poderes sobrehumanos (pero afligidos por efectos secundarios igualmente graves) deben descubrir y comprender un mundo que no es el suyo y que parece también algo enloquecido. Junto a ellos aparecen una multitud de personajes secundarios, que en ocasiones no parecen bien aprovechados o que terminan confundiéndose un tanto, otros resultan meras parodias de enemigos personales, editores principalmente, del autor (algo que Byrne ha hecho en otras obras). El villano, llamado nada menos que Satanás, resulta algo unidimensional, frente a la complejidad moral de los héroes su oponente parece seguir funcionando como un tópico supervillano.
Los personajes principales recuerdan a arquetipos superheroicos con los que Byrne ya había trabajado, con especial referencia a los X-Men. No es descabellado ver un reflejo de la relación entre Coloso y Kitty en la de Jasmine y Jack y Nathan, que ejerce como líder de alguna manera del grupo, recuerda también a Cíclope.

Publicados recientemente en España por Norma, en 4 tomos que contienen los 31 números de la serie original (1992-1994), y la precuela/secuela 2112, además de los números de la segunda serie y tercera series (2010-211 y 2012) publicadas por IDW.
Es una historia compleja con viajes en el tiempo, paradojas y falsas realidades. A veces es complicado seguir el hilo narrativo de lo qué pasa y a quién, especialmente cuando se multiplican las versiones alternativas de los personajes principales y la línea temporal más se enreda.
Respecto a la edición de Norma, aunque físicamente me gusta el diseño de las sobrecubiertas y de las portadas, con cada número basado en un color distinto, resulta un poco escasa, sin extras de ninguna clase ni artículos aclaratorios. El coloreado y la reproducción de las imágenes no siempre es perfecta especialmente en el primer tomo, mientras que el último tomo con material moderno no sufre de estos problemas, con algunos dibujos que parecen algo borrosos, con el color virado o incluso levemente pixelados.
El dibujo de Byrne muestra el paso del tiempo entre ambas épocas, pese a que el autor parece esforzarse para que esa diferencia sea mínima, especialmente en los personajes principales. El trabajo más moderno muestra un cuidado y una atención al detalle que se echa en falta en otros trabajos menos personales de Byrne, pero tampoco se deja llevar tanto por la sobrecarga de líneas y el diseño más "feista" que a mi entender a afectado negativamente a su trabajo de las últimas dos décadas (especialmente con algunos entintadores). Se puede decir que es el Byrne maduro imitando, con habilidad, a su yo más joven.
En definitiva una lectura muy interesante, que no llega a ser un imprescindible de la revisión del género de los 90, pero si ofrece historias diferentes a lo habitual.
Puntuación: 7/10
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