Grant Morrison sigue con sus obsesiones particulares para ofrecernos uno de los mejores comics publicados en los últimos años. Como una extraña miniserie, el argumento de cada número es prácticamente independiente y sucede además en otro universo, nos ofrece en diferentes estilos y con dibujantes variados visiones distintas, aunque complementarias, de las potencialidades no aprovechadas del multiverso de DC. Resulta especialmente sangrante leerlo al mismo tiempo que la completamente prescindible y vacía Convergencia.

La trama general plantea la existencia de unos invasores ajenos al mismo Multiverso, una fuerza capaz de arrasar con los 52 mundos de los que oficialmente consta y como un grupo de héroes de tierras diversas se reúne para combatirlos. y así contado parece lo mismo que hemos leído en cientos de sagas. Pero Morrison va mucho más allá, haciendo un verdadero repaso a ese multiverso y mostrándonos que maravillas y horrores podríamos encontrarnos en él.

El más flojo de los episodios es para mi el titulado Los Justos, situado en un universo en que la segunda generación de los superhéroes se han convertido en celebridades en un mundo que ya no les necesita, un mundo que sus padres salvaron una vez. Resulta frío, con personajes muy parecidos a los del universo anterior a las últimas crísis pero retratados como fríos, egocéntricos y vacíos. Aunque puede interpretarse también como una crítica contra los comics de aquella época resulta el menos interesante de leer y, para mi, el menos divertido.
En el punto álgido se sitúa el impresionante Pax Americana, uno de los mejores comics que he leído jamás, que sirve como una relectura crítica de Watchmen, condensando en 48 página más contenido y lecturas que un año de cualquier colección regular. Protagonizado por los personajes originales de Charlton en los que se "inspiran" los protagonistas de la obra de Moore, es un prodigio de la narrativa, que debe también mucho a los magníficos lápices de Frank Quitely, y que por si mismo justifica todo el proyecto.

En el dibujo Morrion se rodea de un elenco de dibujantes muy interesante, algunos punteros y otros menos conocidos pero que hacen igualmente trabajos muy interesantes. Ivan Reis, que se encarga de los números de apertura y cierre. Chris Sprouse, el ya mencionado Frank Quitely, Jim Lee o Dough Manckhe hacen trabajos que superan con mucho el mero trámite que a menudo parecen los trabajos de estas estrellas. Cameron Stewart hace una labor magnífica, con toques caricaturescos, en Mundo Trueno y, de nuevo, el punto más bajo es el correcto pero frío dibujo realista de Ben Oliver en los Justos.
Mi consejo es que, aunque hayas dejado de leer cómics de superhéroes, aunque nunca lo hayas hecho, le eches un vistazo a esta miniserie, ejemplo de lo que podría ser y, lamentablemente, raramente es el género.
Puntuación: 9/10
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