Hace unos meses hice la reseña del primer tomo de aventuras de este abanderado británico creado por Paul Grist, titulado en español Todo solía ser en blanco y negro, y ahora dedico una entrada al resto de la, desgraciadamente breve, historia de este personaje. Estas historias fueron publicadas, en inglés, por la editorial Image en tres tomos, con los títulos de Soldiers (Soldados), Echoes of Tomorrow (Ecos del mañana) y Rocky Realities (Realidades Rocosas). En España solo aparecieron publicados los dos primeros, quedando el tercero en el limbo.
Si el primer tomo incluía todo lo publicado en el primer volumen original del personaje (2000-2003), colección que fue autoeditada por el autor y, como su propio título indica, en blanco y negro, estos tomos recogen la segunda serie del personaje, editada por Image directamente, ahora a pleno color (2003-2011).
Si el primer tomo incluía todo lo publicado en el primer volumen original del personaje (2000-2003), colección que fue autoeditada por el autor y, como su propio título indica, en blanco y negro, estos tomos recogen la segunda serie del personaje, editada por Image directamente, ahora a pleno color (2003-2011).
Recordemos las bases de la historia para los despistados: Jack Staff (identidad civil John Smith) es un superhéroe británico, similar en diseño al Union Jack de Marvel (las historias cuentan que originalmente Grist propuso estas historias a la editorial americana para dicho personaje), que inició su carrera en la segunda guerra mundial y que, dotado de una longevidad excepcional, siguió actuando hasta los años 70. Tras retirarse de la vida pública por entonces vuelve a adoptar su uniforme en torno a los 2000, enfrascándose en aventuras que a menudo se relacionan con asuntos pendientes del pasado y una multitud de personajes (inspirados tanto en superhéroes y supervillanos de Marvel como en personajes clásicos del cómic, y en general la ficción fantástica, británica). Al contrario que otros héroes británicos aristocráticos, creados por americanos, en su mayoría, demasiado apegados al tópico, Jack es un héroe de características relativamente humildes y de clase obrera. Además tampoco centra sus aventuras en Londres, si no que estas tienen lugar en una imaginaria ciudad del norte del país Castletown
El primer tomo que nos ocupa Soldiers (Jack Staff v2 #1-5), pretende servir como nueva presentación del personaje en esta, su nueva serie, y lo hace contándonos una historia dividida en dos momentos temporales, el presente de los 2000 y el lejano día de los años 70 en que Jack Staff se retiró. Se nos cuenta como decidió hacerlo, y el motivo, después de que la pequeña ciudad de Castletown, donde reside, casi fuera completamente arrasada por una especie de Hulk descontrolado. En el presente la misma ciudad se ve azotada por una sucesión de inexplicables actos de violencia y estallidos de ira.
Se trata de una historia quizás menos interesante que las anteriores (aunque desvela ciertos misterios insinuados en esos primeros números) y donde los saltos temporales a veces provocan cierta confusión, al no marcar especialmente ese cambio de era.
La verdad es que después del nivel de la colección anterior esta primera historia me resultó un poco decepcionante, demasiado alargada para lo que pretende contar.
Echoes of Tomorrow (Jack Staff v2 #6-12)también se inicia con un viaje al pasado, en este caso de nuevo (como ya hicieran en Todo solía ser en Blanco y Negro) la Segunda Guerra Mundial, para plantear algunas pistas y nuevos caminos para el futuro de los personajes. Al depender de ciertos acontecimientos del pasado del Sgt. States (superhéroe americano análogo al Capitán América) desvelados en el primer tomo... no sé cuan claro será para lectores nuevos esa trama.
La trama actual, continuando los indicios presentados en Soldiers, tiene ciertos paralelismos con el Zenith de Morrison con sus guerras cósmicas (y no solo por la apropiación de personajes clásicos del cómic británico) y se divide además en diversas subtramas e historias tangenciales. Especialmente una centrada en Helen Morgan, miembro de la misteriosa organización conocida como Q, una rama de la policía dedicada a resolver crímenes inexplicables y a mantener la barrera "entre lo real y lo irreal".
El último tomo, Rocky Realities (Jack Staff v2 #13-20 & Special #1), es una continuación directa de varias de esas subtramas, que siguen diversificándose y bifurcándose, en un entramado fractal que a veces resulta confuso.
Es quizás el tomo más deslavazado (con multitud de historias dentro de historias, presentación de personajes nuevos cada dos páginas y un desarrollo apresurado de algunos argumentos) y a veces da la sensación de que el mismo guionista-dibujante ha perdido el control de su creación y sigue añadiendo cosas (llevado por el placer de ampliar su universo), pero sin saber muy bien que hacer con ellas o como manejar cada vez más y más elementos en juego. Es como si intentará contener en una sola colección todo un universo de cómics, como si no pudiera contenerse a mostrarnos más y más de lo que rodea Castletown y a sus habitantes.
Los lápices siguen en manos del creador del personaje, el magistral Paul Grist, y este sigue fiel a su estilo particular, ayudados por un coloreado eficiente (realizado principalmente por el también británico Phil Elliott), que sigue dejando espacios para las escenas en blanco y negro (o con colores limitados) ahora con una funcionalidad narrativa concreta (mostrar otras dimensiones, otros tiempos...).
El estilo juega con los géneros al igual que el guion, sin desentonar en los momentos cómicos, en las tramas más fantásticas ni en las más mundanas. Sus personajes, lejos de la hipermusculación propia de la mayoría de dibujantes, son estilizados y expresivos, magníficamente representados con solo un puñado de líneas angulares y manchas de negro, a las que ahora se unen unos colores, casi planos pero muy matizados.
En todas las historias Grist sigue bebiendo de la tradición fantástica británica, introduciendo homenajes poco disimulados a personajes Captain Hurricane o el Campeón Eterno de Moorcock. Como en toda ficción fantástica pop nacida en Gran Bretaña tampoco andamos nunca lejos de la sombra de Doctor Who.
En realidad, lo más curioso es como mientras se suceden los números (y notamos como se acerca el final) siguen apareciendo sin fin nuevos personajes, nuevos conceptos, nuevos elementos que parecen acumularse en una continua inflación creativa que se interrumpe de pronto, dejándonos colgados con ganas de más. Pero, cerrada la colección y sin más material en la recámara, no hay más munición a la que echar mano.
La saga de Jack Staff no tiene aquí un final, ni respuesta a muchos de los misterios planteados y es como si todo un universo hubiera muerto con él, casi antes de nacer. Quizás por ello, también, puede ser un material perfecto para crear o inspirar tus propias aventuras de superhéroes, quizás para dar respuesta a esos interrogantes que quedan por resolver.
En general estas historias me han parecido algo peores que el primer tomo, pero aún bastante destacables y dignas de leerse. Resulta increíble que no tengamos, ocho años después, nuevas aventuras de Jack Staff y, sin embargo, colecciones más populares, pero mucho menos imaginativas, sigan produciendo números y más números todos los años. Si algún día Paul Grist decide retomar al héroe aquí estaré esperando para averiguar que ha sido de él, de Becky, de los Bramble y de tantos otros personajes e historias.
Os recomiendo fervientemente estos cómics, si aún pueden encontrarse, si queréis descubrir un magnífico narrador con un estilo visual excepcional (lejos de cualquier otro dibujante mainstream de superhéroes) y con una imaginación desbordante, donde el mayor problema es aclararte tú mismo entre el titánico esfuerzo creativo que tan solo estos 20 números representan.
Puntuación: 8/10
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