Cosas para leer: La venganza de Vulmea el negro y otras historias de Golden Fleece por varios autores


Golden fleece (el vellocino de oro) fue una revista pulp de corta trayectoria (nueve números entre octubre de 1938 y junio de 1939) dedicada a la aventura histórica. Pese a su poco éxito y corta vida comercial reunió a algunos de los nombres más conocidos de este medio, como Talbot Mundy o H. Bedford-Jones (de quien ya reseñé en el blog la edición en inglés de Bellegarde) en un intento de competir en el campo de la aventura histórica en que reinaban la decana Argosy (publicada de 1882 a 1978) y la veterana Adventure (1910-1971).

Este es el tercer volumen que libros de Barsoom dedica a la cabecera con 11 relatos variados en cuanto a su autoría y ambientación, que sigue un orden más o menos cronológico desde el siglo X hasta el XIX.

Se enciende una antorcha (A. Tanner) es un relato muy corto de la juventud de Brian Boru (fundador y antepasado del clan O'Brien) que es poco más que una anécdota o que podría valer como primer capitulo de una historia más larga y que, curiosamente, introduce un elemento levemente sobrenatural (o al menos paranormal) en forma de sueño profético.

El siguiente relato avanza hasta el siglo XIV  de la mano de Gilbert Elredge, con una también bastante breve de una aventurero inglés en Francia, algunas escenas de acción más o menos hilvanadas por una trama muy básica y bajo el título de Francois Villon lanza una bendición.

A continuación el relato más largo del volumen, el conde Gaspar de E Charles Vivian, situado en una Italia renacentista (o tardo medieval) donde el héroe debe enfrentarse a un cruel tirano, con él que le unen más lazos de los que cree en un principio. Curiosa la forma expeditiva en que nuestro héroe se enfrenta a los problemas, sin demasiada preparación ni planes de contingencia pero que .

Seguimos en un marco similar, aunque vuelve a ser más una anécdota que un relato, Cadenas doradas protagonizada por un César Borgia convertido en antihéroe novelesco, igualmente un episodio breve que confía en tratar un personaje conocido y una situación reconocible para no dar demasiadas explicaciones.

El siguiente relato, Dos contra los dioses escrito por E. Hoffmann Price nos lleva a los últimos días del imperio inca, con dos personajes menores que se convierten en clave en el destino del imperio de una forma bastante inteligente. Una cosa que me ha llamado la atención es que presupone cierto nivel de conocimiento de la situación, al menos para reconocer los personajes de Hernando de Soto (me parece raro por otra parte mantener la grafía Ferdinand en el relato), Diego de Almagro o Francisco Pizarro sin demasiada presentación.

La historia que se cuenta en La clemencia de la reina, por Victor Rosseau, es quizás la que más me ha gustado de este volumen, posiblemente por encontrarse muy cerca de la época en que se ambientan las aventuras de Solomon Kane y contar con un personaje protagonista muy aventurero, situado en medio de una intriga en torno a la rebelión de Wyatt. Aunque el final es un poco flojo (parece un poco forzada la resolución) cuenta con algunas magníficas escenas de acción. 

La venganza de Vulmea el Negro, de Robert E. Howard, que cuenta una aventura del pirata irlandés Terence Vulmea en algún momento del siglo XVII, introduce algunos elementos casi cthulhoideos incluyendo una misteriosas ruinas ancestrales en la costa ecuatoriana en las que los nativos no se atreven a entrar y sangrientos combates para una historia entretenida.

La hoja del Gascón, de W.C. Clarke, es una aventurilla en el molde de los mosqueteros, pero dejando de lado algún detalle no deja ningún recuerdo perdurable, pese a no ser par particularmente breve.

Algo más interesante resulta Fuego sobre la nieve, de J.J. Des Ormeaux, ambientada en la guerra ruso turca en tiempos de Catalina la Grande y que es, curiosamente, la única historia con un protagonista norteamericano. 

Volvemos a los terrenos de la anécdota, y de la historia casi sobrenatural, con el oro del ahorcado, de Thorp McCluskey, aunque consigue proporcionar un inicio. nudo y desenlace en apenas nueve páginas. 

Finalmente el Emisario del khan, de nuevo de E. Hoffmann Price, es una historia de espionaje y batallas en la segunda guerra afgana que no consiguió despertar especialmente mi interés.

En cuanto a las ilustraciones nos encontramos con una buena reproducción de ilustraciones de Harold Delay, Jay Jackson, Maurice Archbold, y H. McCauley, y también de la reina de Weird Tales Margaret Brundage. Las de McCauley me han gustado particularmente, con su uso dramático de tramados y punteados, mientras que las de Jay Jackson parecen las menos conseguidas. 

El libro sufre de ciertos problemas con la división en lineas del texto (apareciendo demasiado a menudo guiones dividiendo palabras que no se encuentran al final de las lineas, palabras cortadas y algunas erratas de más) y, personalmente, me da la sensación de que la traducción cae ocasionalmente en algunos falsos amigos (como ingenuidad por ingenuity o viñas por vines) pero por lo demás tanto la distribución del texto como el uso de ilustraciones de la revista da un aspecto muy agradable al volumen. 

Un buen ejemplo de producción pulp con relatos de un nivel bastante correctos y una interesante introducción que sitúa los relatos dentro de la historia de la revista lo hacen un volumen muy interesante para hacerse una idea de la producción de aventuras históricas.

Puntuación: 7/10

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