Cosas para leer: Campeones, Proscritos por Eve L. Ewing, Simone di Meo, Bob Quinn y Federico Blee



Originalmente, aparecieron por primera vez en 1975 (Champions vol.1 #1 USA), los Campeones fue un grupo de héroes raros de Marvel, de los perros verdes que realmente no encajaban en ningún otro equipo. Uniendo a dos antiguos hombres-X, el Ángel y el Hombre de Hielo, con un semidios griego, Hércules, una antigua espía rusa, Viuda Negra, y un ser sobrenatural, el Motorista Fantasma. Un batiburrillo de personajes que no tenían un verdadero hilo conductor, ni un motivo para actuar como un equipo más allá de las necesidades editoriales. Quizás por ello la colección, y el grupo, no duró demasiado, terminando en 1978 en su número 17.


En 2016 (en Champions vol.2 #1 USA) el nombre fue recuperado para un equipo completamente diferente, que esta vez si tenía un hilo conductor claro: comandados por Miss Marvel (Kamala Khan) este grupo reunía a algunos de los héroes adolescentes de la compañía y esta condición de jóvenes, con una visión del mundo contemporáneo propia y a menudo contrapuesta a los héroes adultos, animó los primeros compases de la colección (recientemente recopilados en la línea Young Adults de Panini). 

Guionizados por Mark Waid y con los lápices de Umberto Ramos, era una colección fresca y divertida. Con la ya mencionada Miss Marvel, Spider-man (Miles Morales) y Nova (Sam Alexander) como corazón de un equipo al que se unieron otros héroes jóvenes: Vigor (Amadeus Cho), Viv Visión (la hija de la Visión creada por Tom King en la miniserie del mismo título) y, poco después, un rejuvenecido Cíclope (necesitado de un buen lavado de cara tras años de destrozo del personaje). También añade a Langosta (Fernanda Rodríguez) un divertido, e inesperado, homenaje al Chapulín Colorado.


En el número #19 USA  Waid cedió el papel de guionista a Jim Zub, que se encargaría de la colección, junto con varios dibujantes, durante los dos años siguientes (con un reinicio de la numeración por medio 2019). Este introduciría en el grupo a más personajes jóvenes, entre otros a Ironheart (Riri Williams) o la nueva Avispa (Nadia Van Dyne). Con este equipo, que se había vuelto más numeroso paulatinamente, quizás demasiado, y la presión de los continuos eventos, Zub hace un trabajo más que aceptable con el grupo, pero inferior a esa primera etapa de Waid.


Y así llegamos a Abril de 2020, cuando debuta en América este, el cuarto volumen de la colección, cuyos primeros cinco números americanos se incluyen en este tomo. Para ello se contó con la escritora Eve L. Ewing, una autora con amplia obra literaria y académica ajena al mundo de los cómics, pero cuyo primer gran encargo en Marvel serían los guiones de la serie de Ironheart (Ironheart #1-12 USA)

La base argumental de esta aventura tiene similitudes evidentes con el principio argumental de la primera Civil War: una acción irresponsable de unos héroes adolescentes lleva a un endurecimiento de la ley,  a un registro de héroes, reclusión en campos,... aunque en este caso limitado únicamente a los héroes menores de edad. Quizás lo que se haga más raro de esta versión de la historia es que los héroes adultos no parezcan tener opinión ni participen en un asunto tan polémico, como si el tema no fuera con ellos. 
Más allá de esta sensación de idea repetida, sin embargo, la saga es interesante, maneja bien las dinámicas de los diferentes personajes y trata bien ciertos aspectos del mundo contemporáneo que no suelen verse en otras colecciones, como el peso de las redes sociales, además de perfilar un debate en que ambas posiciones podrían ser razonables  (algo falló la Civil War original muy pronto) y, sobre todo, al no alargarse demasiado ni llevar a cambios demasiado radicales. 

Quizás, como en la etapa de Zub, la proliferación de personajes más o menos conocidos ayude poco al resultado final de la historia, ya que, aunque maneja bien a sus protagonistas, otros parecen servir apenas de atrezzo, sin terminar de tener un papel que jugar en la historia o su propia voz diferenciada.

En cuanto al dibujo, los estilos de Simone Di Meo (que se encarga del número 1 y la mayor parte del número 2) y Bob Quinn (las últimas páginas del 2 y de los tres números restantes) se ven unificados parcialmente al mantener el mismo colorista, Federico Blee que utiliza efectos y recursos de forma similar en ambos (algo excesivos por momentos). 

Di Meo es más expresiva y se nota una mayor influencia del cómic japonés, con composiciones de páginas a veces forzadas, planos que apenas permiten apreciar los fondos o en los que los personajes parecen constreñidos en unos encuadres demasiado cortos. 
Por su parte Quinn es más tradicional en sus influencias y en su composición y planificación de página, con un dibujo algo más clásico, con fondos más trabajados, pero que también sabe jugar puntualmente con la caricatura y la exageración

En definitiva una historia entretenida que se lee rápidamente, pero que no logra tratar en profundidad los temas que abre ni da tiempo para desarrollar todos los personajes que utiliza. Dibujo eficiente, pero no especialmente destacable.

Puntuación: 6/10 



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