Cosas para ver: Peacemaker


¿Cómo convertir que una historia sobre un personaje poco conocido, que además trastoca dicho personaje hasta dejarlo casi irreconocible, sea una de las mejores series (en general) del momento?, si supiéramos como contestar a esta pregunta, tendríamos en nuestras manos la alquimia que ha logrado James Gunn con esta serie. Con el personaje favorito de nadie ha creado una mezcla aparentemente imposible que funciona como un reloj y que rompe con todas las expectativas. Peacemaker es algo que, a primera vista, no debería funcionar... y que sin embargo funciona.

Peacemaker (o el Pacificador) fue creado por Joe Gill y Pat Boyette en 1966, parte del universo superheroico que la editorial Charlton intentó levantar en esos años, que incluían el segundo Blue Beetle (Ted Kord), el resucitado Capitán Átomo o The Question. Este primer Pacificador era en realidad Christopher Smith,  un diplomático "tan comprometido con la paz que estaba dispuesto a usar la violencia para defenderla". El éxito de esta línea fue escaso, pese a la resurrección contemporánea del cómic de superhéroes de la Edad de Plata, y la mayoría de títulos se cancelaron rápidamente; habrían sido una mera nota a pie de página de la historia del cómic si DC no hubiera comprado los personajes en 1983 y les hubiera dado una nueva vida.


Es bien conocida la historia de que Watchmen originalmente iba a usar a los personajes de Charlton para contar su historia distópica, y al igual que The Question sirve como modelo para Rorschach Peacemaker fue el patrón sobre el que Alan Moore y Dave Gibbons crearon al personaje a El Comediante. Pero, aunque algunos personajes de la Charlton tuvieron efectivamente una nueva vida y popularidad en el universo DC, Peacemaker nunca fue un preferido del público. Su diseño extraño, su credo absurdo y la existencia de otros personajes que podían cumplir con más eficiencia su papel le dejó relegado a un eterno segundón.

En determinado momento se tomó la decisión de acentuar su locura, incluyendo sufrir alucinaciones con el fantasma de su padre (que resultaba ser, literalmente, un nazi) criticando constantemente sus acciones o con los fantasmas de aquellos a los que había matado. Su última aparición de cierta importancia fue en el maravilloso Pax Americana, una vuelta tanto a las raíces de los personajes de Charlton como un homenaje a Watchmen, que no ha tenido continuidad.


Con estos materiales James Gunn recupera al personaje para su versión cinematográfica del Escuadrón Suicida (2021), uno más entre la selección de segundones y personajes secundarios que trata sin misericordia, para obtener una película cruenta pero sorprendentemente sensible, efectiva para contarnos una historia de perdedores en ese universo de personajes más grandes que la vida. Peacemaker, encarnado por el antiguo luchador John Cena, se convierte en un personaje sorprendente, que roba muchas de las escenas en las que aparece: un torpe patán, lleno de prejuicios mal asimilados, que parece no demasiado inteligente y que termina convertido en uno de los villanos de la función.


La serie retoma al personaje desde ese final, ofreciendo una historia de redención que, sin llegar a negar los múltiples problemas sociales y mentales de un personaje que sigue siendo igual de patán y, a veces, igual de desagradable, muestra una humanidad que termina ganándonos

Así descubrimos el origen de su personalidad problemática en una infancia traumática; marcada por la figura de un padre violento y racista (una especie de redneck trumpista interpretado por Robert Patrick), un supervillano por derecho propio, y donde la única válvula de libertad es el rock que escuchaba con su hermano (que se convierte en hilo conductor de la selección musical de la serie). Cena consigue sorprendernos con una vulnerabilidad y capacidad de reírse de si mismo que engancha y fascina, muestra una persona que desea ser mejor, ser algo más de lo que es, aunque a menudo fracase. 

El guion planta al personaje en medio de una trama de espías, donde un equipo con evidentes problemas de coordinación y de moral, se convierte en la única defensa de la humanidad frente a una infiltración alienígena. En dicho equipo Jennifer Holland, Danielle Brooks, Chukwudi Iwuji y Steve Agee, conjugan una serie de personalidades enfrentadas, a las que se va cogiendo cariño. 

Todos ellos realizan una labor encomiable  pero mención especial  merece el Vigilante interpretado por Freddy Stroma, una versión enloquecida del personaje creado por Marv Wolfman y George Pérez. Un personaje, socialmente inadaptado, irreflexivo, violento y  que roza, o supera, la psicopatía pero que consigue también resultar uno de los grandes valores cómicos de la serie, robando el protagonismo en cuanto Cena se distrae.


Pese a los rasgos ridículos, a violencia exagerada y el humor escatológico
, se se convierte la serie en una mera sucesión de burradas; la comparación con los guiones de Garth Ennis que algunos han trazado, es en parte acertada, pero a mi entender el guionista irlandés a menudo (pienso, por ejemplo, en su Hitman) pierde de vista el objetivo narrativo y cualquier corazón emocional. Aquí los guionistas no escapan de los absurdos del cómic de superhéroes, ni de añadir una capa de humor referencial adicional, pero aún así los personajes y las tramas funcionan maravillosamente, más allá de la parodia.

En conclusión, la serie de superhéroes más divertida, alocada e irreverente que puedes ver (perdóname Doom Patrol), con unos personajes desquiciados pero entrañables (o algo así). Y por cierto, sin cruces con otras propiedades, ni maniobras de mercado forzadas.

Puntuación: 10/10

Comentarios

  1. Ya tenía ganas de verla después del escuadrón suicida. Me pareció una película divertidísima, no me reía así en mucho tiempo.

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  2. Me fascina la habilidad que tiene Gunn para eso, que sea descojonante, pero también funcione a nivel narrativo y sentimental. Lo consigue con Escuadrón Sucidida y, ya digo, lo consigue con nota sobresaliente en Peacemaker. ¡Muchas gracias por comentar!

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