Cosas para leer: Ring Shout nuestro cántico, de P. Djèlí Clark


Phenderson
 Djélí Clark (o Dexter Gabriel) es un autor en alza que, en los últimos años, ha ganado una impresionante selección de premios internacionales de fantasía/terror/ciencia ficción, su primera novela larga, El señor de los djinn (recientemente publicada en castellano por Duermevela ediciones) le ha valido nominaciones al Hugo y al World Fantasy, así como ganar el Nebula y el Locus. Pero ya en ediciones anteriores sus novelas cortas habían llamado la atención en la temporada de premios sobre este escritor e historiador de origen trinitense, aunque nacido en Nueva York y graduado por la universidad de Texas. Publicada en 2020, esta Ring Shout, no fue una excepción a esta carrera multipremiada, valiéndole al autor un Locus, un Nebula y un British Fantasy.

En Ring Shout nos encontramos en los años 20, en Macon (Georgia) en el pleno sur, un lugar y un momento en que el Ku Klux Klan está cercano a su máxima influencia y poder, empujado en gran parte por el éxito del relato hagiográfica de El nacimiento de una nación (The Birth of a Nation, 1915, D.W. Griffith). Pero descubrimos que, además del odio mortal, existe una oscura hechicería que ha invocado algo del más allá, algo que se oculta bajo los blancos capirotes de la organización. 

Enfrente de esta amenaza sobrenatural, y mundana al mismo tiempo, tenemos a nuestra protagonista, Maryse, una joven afroamericana armada con una espada mágica y acompañada de un grupo de luchadoras igualmente únicas, Chef, veterana de la Gran Guerra, y Sadie, una tirada de puntería infalible, así como una red de aliados civiles, y sobrenaturales, no menos peculiares. 

El grupo se convierte en un particular equipo de heroínas, que entronca con otros cazadores de monstruos (y, deformación profesional, no puedo evitar pensar en le espada de Maryse en manos de una contemporánea de Solomon Kane), que se enfrentan a un mal cósmico con valor, determinación y un poco de compasión. Las conexiones con Lovecraft están muy presentes (incluso se permite una broma a su costa al final), pero el mayor paralelismo es con la novela  de Territorio Lovecraft de Matt Ruff y, sobre todo, su adaptación en forma de serie (de la que ya hablé con anterioridad); su final, incluso, puede considerarse un reflejo invertido (con su moraleja) del de la versión televisiva.

La historia se sucede a una velocidad vertiginosa, mezclando hábilmente la acción con la construcción de un mundo sobrenatural muy asociado a las tradiciones de la américa negra. Desde los informes antropológicos de las raíces de la música negra (campo del que viene la expresión Ring Shout del título) a los Doctores de la noche, los sueños de retorno a África de Marcus Garvey, la pseudohistoria afrocéntrica o los cuentos infantiles del Hermano Conejo. Incluso el concepto e historia de la espada mágica entronca directamente con el papel tradicional de los herreros como intermediarios con el más allá en el África Occidental. Particularmente los aquí presentados doctores, con aires casi de los cenobitas de Clive Baker (aunque quizás el hilo de conexión temática a través de las dos versiones cinematográficas de Candyman sea, en parte, el responsable de esta sensación), resultan particularmente interesantes.

Maryse no solo sea la protagonista si no también la narradora de gran parte del libro, por lo que su voz y su particular estilo de expresarse, son nuestra puerta al mundo que nos presenta, una voz sincera y espontánea, a veces socarrona, por lo que no hay una elaboración estética elaborada, resultando a veces ligeramente ramplona en su sencillez. 

Me encuentro profundamente dividido respecto a la traducción en castellano, una labor ingrata que realiza Raúl García Campos. Y digo ingrata por que se plantea una dificultad gigantesca para verter este libro a otros idiomas, gran parte del mismo está escrito en un inglés dialectal, no normativo, o en gulá,  un idioma criollo (que combina elementos de varias lenguas africanas y del inglés) hablado en Carolina del Sur. Al traducirlo se hace necesaria una estrategia para transformar esas formas lingüísticas al castellano sin perder, por un lado, cierta inteligibilidad y, por otro, manteniendo su esencia diferenciada de la lengua común. 

Personalmente no sé si estoy realmente capacitado para juzgar una tarea tan complicada, aunque se resuelve con habilidad, leyéndolo produce, ocasionalmente, una sensación de artificialidad (quizás por la combinación de rasgos de distintas variedades comunes del castellano), y muy puntualmente distrae de la función descriptiva del lenguaje.  

Muy buena historia, muy interesante libro para leerse en dos sentadas y pensar en héroes y villanos diferentes.


Puntuación: 8/10


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