Irlanda en la época de Solomon Kane (1555-1607) Introducción


Irlanda (Éire en gaélico actual) es considerada en general durante el siglo XVI una de las regiones más pobres y aisladas de Europa, especialmente por parte de sus dominadores, los ingleses. Para estos es un ejemplo de barbarismo y atraso, una tierra sin ley ni organización, dominada por señores levantiscos y violentos, sumida además en las penumbras supersticiosas del papismo.

Un país desgarrado
En realidad es una tierra que está sufriendo una difícil transformación, mientras muere el antiguo orden social gaélico y se impone el nuevo orden inglés; al mismo tiempo  un profundo cambio religioso trastoca la vida de sus habitantes.

La conquista imperfecta llevada a cabo en época normanda y siglos de despreocupación por parte de la corona inglesa habían creado una situación excepcional, en que en el poder efectivo del "Señor de Irlanda"  apenas se extendía más allá de la zona conocida como la Empalizada, mientras que el resto de la isla era en la práctica gobernada a su antojo por señores independientes, cabezas de grandes clanes y familias. El impulso de los reyes de la dinastía Tudor por hacer efectivo el control sobre la totalidad de la isla lleva a conflictos de creciente intensidad y, finalmente, a la imposición de un sistema colonial, cuyas consecuencias perduran en la actualidad.

Por debajo de todo ello las leyendas de la tierra y males más antiguos que cualquier leyenda aún rebullen y se revuelven, irrumpiendo en ocasiones violentamente en el mundo cotidiano. Las agrestes costas y el poco poblado interior de Irlanda (se calcula que en la isla habitan sobre 1 millón de habitantes únicamente) es el sitio ideal para que extrañas monstruosidades pervivan, de espaldas al mundo moderno que cree haberlas superado.

Aclaraciones preliminares.
Durante toda la serie de artículos que dedicaré a Irlanda los dos términos, inglés y gaélico, se utilizarán a menudo como opuestos, estableciendo las diferencias entre unas regiones y otras de la isla: donde dominan la cultura autóctona o donde esta ha sido sustituida por la reorganización de los tudor. Es necesario sin embargo hacer algunas apreciaciones:

- En primer lugar el término inglés puede ser muy engañoso, ya que entre los así designados incluiré a menudo individuos nacidos en Irlanda y cuya familia lleva siglos en la isla (para los que a menudo se utilizan en la bibliografía términos compuestos como "anglo-irlandés", "hiberno-normando" o "hiberno-cámbrico", para aquellos de origen galés), junto a verdaderos ingleses y galeses recién llegados. 

- En segundo lugar hay que considerar que cuando hablemos de sociedad gaélica y sociedad inglesa como dos modelos estos sólo se dan en estado puro en regiones muy concretas de la isla, en las zonas más gaélicas del Ulster y en las más interior de la Empalizada respectivamente, mientras que en la mayoría de la isla existe un sistema mixto e imperfecto que combina elementos de ambos.

- En tercero, los gaélicos, en general, carecen de la idea de un estado unido o de una organización más allá de la de sus jefes y clanes y raramente cuestionan la existencia o la legitimidad del poder colonial. Normalmente cuestiones la aplicación concreta de sus leyes y costumbres en sus dominios, más que la existencia de dicha dominación, son la fuente más común de conflicto.

Tampoco la equivalencia gaélico-católico e inglés-protestante, aunque útil como resumen, es siempre válida; por ejemplo las primeras plantaciones (establecimiento de colonos ingleses en tierras confiscadas a "rebeldes") se realizan durante el reinado de la católica María Tudor, y en general los anglo-irlandeses continuarán siendo católicas (o cripto-católicas) durante todo el periodo. 

Otro elemento que necesita alguna aclaración son las referencias a los "condados", que puede resultar confusa. En castellano esta palabra traduce dos palabras diferentes del inglés, y dos conceptos también diferentes:
- Por un lado "earldom" se refiere al territorio feudal bajo la autoridad de un conde ("earl"), de los que en Irlanda en la década de 1550 hay 7* (Clanricarde, Tyrone, Thomond, Kildare, Ormond, Waterford y Desmond, a los que se unirá el Clanclare en 1565 y el de Tyrconnell en 1603)

- Por otro  "county" (o "shire") se refiere a una división administrativa, efectiva en las partes de la isla dominada por los ingleses; estas divisiones a menudo se utilizan como referencia geográfica debido a que, a grandes rasgos, se han mantenido hasta la actualidad. Para evitar confusiones he preferido utilizar la palabra "county" en inglés, o la abreviatura co., para referirme a estos y traducir earldoms por condados. Un mapa actual de los condados de Irlanda (como este) será de mucha ayuda para situar las cosas en los artículos siguientes.

*En realidad existe un octavo títulos de earl, el de conde de Ossory pero este es un un título secundario concedido a Piers Butler, conde de Ormond.

Y una última aclaración, en general usare las grafías y los nombres ingleses (y no los gaélicos) de clanes, ciudades y personajes (indicando de ser posible el nombre gaélico al menos la primera vez que los nombre) por una mera cuestión de comodidad, las fuentes en inglés son más accesibles, y por ser más fáciles de pronunciar y de escribir.

Las cuatro provincias (cúige)
Comúnmente Irlanda se divide en cuatro provincias, Connacth o Connaught (Connatcha), Ulster (Ulaidh), Leinster (Laighin)  y Munster (Mumhain). Tradicionalmente existió una quinta ,Meath (Midhe); en realidad el nombre de estas provincias (cúige) en gaélico significa "quintos", pero usualmente  Meath se incluye dentro de Leinster y, una parte menor, en Ulster. Las fronteras tradicionales de las cuatro provincias aparecen en el mapa, y provienen de los antiguos reinos o áreas de influencia de las grandes dinastías anteriores a la invasión normanda.

Estas cuatro provincias tienen una significación principalmente geográfica, y sólo en algún caso adquieren funciones administrativas, y de control del territorio. Tal es el caso de las "presidencias" establecidas en Connatch y Munster durante el periodo a tratar. Temporalmente incluso las fronteras tradicionales (que son las que se muestran en el mapa) son alteradas, cuando el recién fundado co. de Clare (correspondiente a grandes rasgos con el territorio controlado por los Condes de Thomond) pasa a colocarse bajo la autoridad de la presidencia de Connatch en vez de la de Munster en 1570 y luego, en 1600, como una presidencia en si misma.

Además de los cuatro "quintos", tradicionales, es importante distinguir  La Empalizada, técnicamente una parte de Leinster, que incluye las tierras que están bajo control directo de la corona inglesa y sometido a sus leyes al principio del periodo.

Geografía
El relieve de Irlanda es muy variado y, aunque no hay grandes altitudes, a menudo parece abrupto, con costas rocosas y montañosas, especialmente en el oeste del país. El pico más alto es el Carrauntoohil (Corrán Tuathail), con unos poco impresionantes 1038 metros, situado en el co. Kerry. El centro de la isla es mayormente llano y cubierto en gran parte de turberas y tierras pantanosas, a través de los cuales cruzan antiguas sendas pobremente señalizadas.

En el siglo XVI gran parte del territorio está deshabitado y permanece en estado natural, bosques y pantanos son comunes, y en general las comunicaciones interiores son muy malas. Normalmente los grandes dominios están separados por fronteras naturales, terrenos de difícil paso, ríos  y bosques que sirven para delimitar áreas de influencia. 

La política inglesa de control del territorio llevará a la instalación de puentes y fuertes en estas tierras interiores, que en general carecen de senderos. También se talarán de forma selectiva bosques, convertidos en refugio de bandidos, y se desecaran pantanos. Igualmente los vados se convertirán en lugar a menudo de emboscadas y batallas, donde los rebeldes  a menudo utilizan su mayor conocimiento del terreno para derrotar a las fuerzas gubernamentales (por ejemplo la batalla de Yellow Ford, 1598). Sin duda la forma más cómoda de transporte es la costera, y por ello los más importantes centros de población se sitúan en la costa. Pero esta no está libre de peligros, entre ellos la piratería, más intensa en las épocas de inestabilidad política pero un riesgo siempre presente para los comerciantes.

También tiene trascendencia el comercio fluvial, permitiendo el acceso de mercancías extranjeras desde la costa o dar salida a la producción del interior. El más importante de los ríos es el Shannon, que incluye tres grandes lagos a lo largo de su recorrido,  Lough Allen, Lough Ree y Lough Derg. Otros ríos importantes son el Liffey, el Lee, los (varios) Blackwater, el Nore, el Suir y el Barrow (que colectivamente son conocidos como "las tres hermanas"), el Bann, el Foyle, el Erne y el Boyne.

En el Ulser destaca el gran lago Neagh, según la leyenda creado por el héroe mítico Finn McCool, Otros lagos a destacar son Lough Erne y Lough Corrib, aunque en general toda la isla está plagada de ríos y lagos de distinta importancia, alimentados por las siempre abundantes lluvias.

Clima
La isla de Irlanda, y las diversas islas adyacentes, es una de las regiones más lluviosas de Europa, pero por lo demás tiene un clima bastante moderado para su latitud, gracias a la corriente del Atlántico Norte. La costa oeste es, sin embargo, famosa por sus tormentas y fuertes vientos oceánicos, que pueden dificultar mucho la navegación durante largas temporadas. El ciento dominante es el del oeste, lo que hace que (por ejemplo) un barco tarde menos tiempo en llevar un mensaje de Londres a Dublín que a la inversa. 

Sin embargo durante el siglo XVI  es en general algo más frío en Europa Occidental que el actual, haciendo más probable la aparición de nieve aún a baja altitud de lo que estamos acostumbrados. 

Lenguaje
La división cultural de la isla es, también,  una división lingüística, entre el gaélico (o irlandés) y el inglés. Una parte importante de la población sólo conoce la lengua gaélica, mientras que en la Empalizada el inglés es el idioma dominante y el único reconocido por la administración. Pero incluso los comerciantes de la Empalizada o de las ciudades costeras deben saber al menos un poco de gaélico para comunicarse. 

El gaélico del siglo XVI es diferente a las variedades actuales de la lengua, el idioma cultivado compartido por las clases educadas tanto de Irlanda como del área gaélica de Escocia. Sin embargo las variedades locales y de clase pueden señalar fácilmente a un viajero entre la población local o destacar a un aristócrata entre los campesinos. 

Curiosamente en algunos periodos  la misma Isabel I intentó fomentar el uso del gaélico, incluso en el interior de la Empalizada, como forma de fomentar la Reforma religiosa, al igual que otras iglesias protestantes hacen uso de la lengua vernácula.

Algo de influencia mutua es visible en ambas lenguas, de forma que los nativos de una y otra área a menudo hacen construcciones gramaticales extrañas o utilizan palabras tomadas de la otra lengua para referirse a conceptos ajenos a la lengua original. Muchos comentaristas inglesas califican el inglés hablado en Irlanda de arcaico, con construcciones y vocabulario pasado de moda. 

Como en todo occidente el latín es en gran medida una lengua universal de cultura, y la lengua eclesiástica de la iglesia católica, y aún estudiada en las universidades de todo el mundo. El scots, lengua de la familia anglosajona diferente del inglés y común en las Tierras Bajas de Escocia, se convertirá también en una lengua hablada en Irlanda tras las plantaciones del rey Jaime (fuera del alcance de estas entradas)

Religión
Irlanda en la segunda mitad del XVI es una tierra que está divida por una clara brecha entre la minoría protestante y la mayoría católica. Resulta interesante señalar que Irlanda representó el fracaso más significativo de la Reforma en las Islas Británicas, que por lo demás en unas pocas generaciones pasaron a ser bastiones de distintas ramas del protestantismo.

En realidad en la época se suceden varios cambios de religión, primero el catolicismo sin Roma de Enrique VIII, después el protestantismo más extremo de Eduardo IV, el retorno del catolicismo bajo María I y, finalmente, la imposición de la ortodoxia anglicana (un compromiso de protestantismo moderado) bajo Isabel I. Los poderosos aprenden a moverse en medio de este cambio continuo de lealtades, cambiando en muchos casos de confesión sin aparentes problemas de conciencia, pero la mayoría de la población de Irlanda mantiene sus devociones tradicionales.

Los miembros de la Iglesia de Irlanda (rama de la anglicana Iglesia de Inglaterra), apoyados por el gobierno colonial, no pasan de ser una minoría sobre la población general; pero sin embargo esta es legalmente la única religión permitida. Técnicamente aquellos que se niegan a la conversión deben pagar una tasa, llamada de "recusación" (por negarse a asistir a los actos religiosos de la Iglesia de Irlanda) pero en gran parte de la isla es imposible hacer cobrar esta multa, y muchos funcionarios desisten de hacerlo.

Otros, llamados "católicos de Iglesia", aceptan exteriormente las normas de la Iglesia oficial pero en secreto siguen considerándose católicos. También hay pequeñas minorías de protestantes no-conformistas, puritanos, anabaptistas, presbiterianos... pero en general su número es apenas significativo fuera de la Empalizada. 

La cabeza de la iglesia en irlanda es el arzobispo de Armagh (en el Ulster), que se titula "Sucesor de San Patricio", debajo del cual se sitúan los arzobispo de Cashel (Munster), Tuam (Connatch) y Dublin (Leinster), que a grandes rasgos se corresponden con las cuatro provincias, aunque el  antiguo Meath depende de la Archidiócesis de Armagh y no de la de Dublin.

El número de obispos, 22, es excepcionalmente elevado, teniendo en cuenta además la escasa urbanización del país, siendo en muchos casos los límites de sus diócesis  antiguos límites de clanes y tribus, a los que un obispo solía ir vinculado y sobre los que, hasta recientemente, tenían poder de designación. El celibato eclesiástico nunca ha sido un punto particularmente respetado en Irlanda y, aún entre los católicos, no es raro ver verdaderas dinastías de obispos o abades.

Tradicionalmente las diócesis están divididas entre aquellas que principalmente atienden a fieles gaélicos, ecclessia inter hibernicos, y aquellas que están dominadas por los anglo-normandos, inter anglicos. En unas los obispos solían ser nativos, en la otra venidos desde Inglaterra, mientras que Armagh intentaba mantener el equilibrio con arzobispo inglés y canónigos y diáconos irlandeses.

Entre los obispos, y otros cargos religiosos, anteriormente católicos en su mayoría aceptan esta situación y se adhieren llegado el momento a la iglesia anglicana, como forma de mantener sus puestos y prerrogativas. Sin embargo durante los años siguiente algunas sedes tuvieron dos obispos al mismo tiempo, uno "oficial" protestante y otro católico, normalmente nombrado por el Papa y actuando de forma clandestina y muchas veces desde el exilio.

En un principio la persecución de los católicos no fue muy exhaustiva, al menos hasta 1570. Ese año el Papa promulgó la bula Regnans in excelso, que llama a la desobediencia de los súbditos católicos de la reina Isabel y pronto se producen revueltas en todos sus dominios. A partir de ese momento la persecución del clero, y el vulgo, católico se intensifica y también la resistencia  contra estas medidas, llevando a ser factor importante en diversas sublevaciones y revueltas. Esto a su vez fomenta las represalias crecientes de la corona que, formando un círculo vicioso, provocan a su vez más descontento católico.

Se calcula que en 1530 había más de 400 monasterios y establecimientos religiosos similares en Irlanda; de estos aproximadamente la mitad fueron disueltos en tiempos de Enrique VIII, de lo que se aprovecharon muchos nobles y señores locales (independientemente de su religión) para hacerse con  tierras y rentas, mientras que otros continuaron existiendo aún en tiempos de Isabel I, especialmente en zonas remotas o lejos de la capital. Para el reinado de Jacobo I prácticamente todos, si no todos, habían desaparecido.

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