Cosas para ver: La fuente de la eterna juventud de Guy Ritchie


Nueva aventura arqueológica, en forma de película aunque vista en la pequeña pantalla (en este caso en Apple TV+), dirigida por el antaño interesante Guy Ritchie que, para mi gusto, en los últimos años no termina de realizar ningún proyecto realmente redondo; personalmente creo que, al menos, desde la injustamente olvidada The Man from UNCLE parece algo perdido, sin ser capaz de encontrar su lugar ni su estilo, quizás huyendo de un tempano encasillamiento en el cine criminal (hace no tanto reseñaba su anterior  El ministerio de la Guerra Sucia). Esta La fuente de la eterna juventud falla, paradójicamente, en rejuvenecer su carrera, ahondando en muchos de los defectos de esta última etapa y, en general, en algunos problemas generales del cine comercial (y especialmente el destinado a plataformas) contemporáneo. La película cuenta con todos los componentes que podría haber dado si no un futuro clásico al menos una interesnate adición al canon de los arqueólogos aventureros, pero desperdicia sistemáticamente todas sus fortalezas sin ofrecer más que una reproducción mecánica de elementos que resultan repetitivos y realizados sin convicción.

Es posible que parte de la falta de personalidad que lastra la película tenga que ver con que Ritchie se incorporó a la producción de forma tardía, sustituyendo a Dexter Fletcher que fue el director originalmente asignado a este proyecto. Es posible que Fletcher, un director que en sus mejores momentos me parece mucho menos imaginativo que Ritchie, puede haber dejado el camino marcado en la preproducción... aunque quizás solo esté intentando buscar excusas para una película tan mediocre, agresivamente mediocre, como esta. Como punto positivo el diseño de producción y la fotografía son correctos, y el acabado formal no sería criticable más allá de esa falta de personalidad general.

Argumentalmente la película gira en torno a dos hermanos, algo improbables, interpretados por John Krasinski y Natalie Portman. Los hermanos Purdue se han distanciado tras una infancia siguiendo a su padre (llamado Harrison, nada más y nada menos) en aventuras por todo el globo: Luke (Krasinski) sigue siendo un buscador de tesoros con problemas constantes con la ley mientras que Charlotte (Portman) trabaja como conservadora en la National Gallery, llevando una vida mucho más respetable, aunque en medio de un desagradable divorcio y la pelea por la custodia de su hijo Thomas (Benjamin Chivers). Cuando Luke reaparece en su vida para enfrascarle en una nueva aventura, en este caso la búsqueda de la mítica Fuente de la Juventud, Charlotte intenta resistirse pero al final se ve enfrascada en una búsqueda internacional de pistas. Mientras tanto una orden secreta de guardianes, representados por la Esme interpretada por Eiza González, intentan impedir que se desvele los secretos de la mítica fuente.

La principal falla de la película es que sus personajes resultan planos y aburridos y sus relaciones nunca llegan a resultar creíbles ni interesantes. Resulta curioso que los dos personajes principales sean hermanos y que la tensión sexual que intenta crearse entre Luke y Esme resulte también mayormente teórica. Como se ha comentado ya en varios análisis una característica de cierto cine de acción actual es esa paradoja entre personajes sexualmente atractivos y una castidad argumental casi total (ya lo comentaba en relación con un ejemplo similar en el Jungle Cruise de Disney). Otros personajes, como los otros miembros del equipo de cazatesoros o el ex-marido de Charlotte, están aún peor dibujados y podría prácticamente prescindirse de su presencia sin afectar a la película. El único que parece darle algo de entusiasmo a su papel, pese a los tópicos, es Domhnall Gleeson como el millonario Owen Carver, que financia la expedición de los hermanos Purdue. La pareja protagonista, especialmente Portman, parece no tener ningún interés por estar ahí y el bien demostrado carisma de ambos brilla por su ausencia. 

Le película se abre en Bangkok y ofrece una serie de postales turísticas de los diversos lugares por donde va pasando el camino de los aventureros, cuya búsqueda de pistas parece algo inconexas, con diversas justificaciones dudosas y conveniencias más o menos forzadas (que solo llaman la atención ante lo aburrido del desarrollo) Resulta curioso que el guionista, James Vanderbilt (Zodiac), utilice su propia historia familiar para proporcionar una de las pistas de la aventura, pero más allá de esa mínima conexión personal el guion parece estar falto de cualquier verdadera pasión por lo que cuenta.  Ninguna de las escenas de acción, aún las que cuentan con un interesante planteamiento sobre el papel, como el enfrentamiento en el barco recuperado desde el fondo del océano, resultan memorables. Solo al final algunas de las trampas y pistas arqueológicas animan un poco la cuestión, hasta aproximarnos a un final quizás demasiado manido.

Repasando solo esta sencilla sinopsis, y repasando escenas concretas, no podemos dejar de señalar las similitudes con películas anteriores, desde la saga de Indiana Jones (especialmente la Última Cruzada), la de la Búsqueda y, en menor medida, la Momia (con al menos un guiño también a un antecedente como es El secreto de los incas), pero no consigue reproducir el carisma de ninguna de ellas.
 
Tampoco puedo destacar especialmente su banda sonora, más allá de la curiosa inclusión de una versión de Bang, Bang (My Baby Shot Me Down) en tailandés en los primeros compases, pese a que precisamente la música pretenda tener un papel importante en la resolución del misterio. El score, realizado por Chris Benstead, colaborador habitual de Ritchie y ganador del Óscar por Gravity, no deja demasiado impacto (lo cual, como creo que he comentado en otras ocasiones, puede ser beneficioso para usarla en las partidas sin que la música evoque asociaciones indeseadas). Muchas de las piezas, por ejemplo Raising the Lusitania, tienen un tono de suspense adecuado para partidas de investigación pero que no parecen particularmente apropiadas para el tono pretendidamente aventurero de la película.
 
Decepcionante en su resultado final, solo algunas ideas y momentos permiten imaginar lo que una realización más apasionada o un acercamiento más personal podría haber realizado. 

Puntuación: 3/10

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