Londres en la época de Solomon Kane (Parte V) el Teatro


"El infierno es solo un estado de ánimo."
Christopher "Kit" Marlowe, Dr. Faustus

Y llegamos al entretenimiento isabelino que ha dejado un legado más perdurable has hoy, el teatro. El teatro tiene una larga tradición que parte de la antigüedad clásica, que incluyen los dramas de Esquilo o las comedias de Plauto. Durante la edad media la forma teatral más habitual es el drama litúrgico y los misterios religiosos, obras realizadas en festividades señaladas, habitualmente con mucho contenido alegórico e intención edificante. En toda Europa, sin embargo, comienza a nacer un nuevo teatro profano en torno al siglo XVI, que tiene sus particulares manifestaciones nacionales desarrolladas de forma casi paralela. La primera obra moderna en ingles en verso blanco se considera la Tragedia de Gorboduc (1561), escrita por Thomas Norton y Thomas Sackville. Para 1580 la vida teatral de la isla se concentra en Londres, donde se concentran actores y autores con un ritmo de producción endiablado. 

Entretenimiento popular y cortesano a un tiempo, es un elemento híbrido que combina las formas de la baja y la alta cultura, al público más refinado y al más basto. Por ello junto a los dramas o las comedias respetables se realizaban bailes y espectáculos burlescos, muchas veces con juegos de palabras soeces o canciones alusivas. 

Las obras inspiradas en la antigüedad clásica, la Biblia o acontecimientos históricos son consideradas las más dignas por las gentes de bien, pero también abundan las comedias de enredos, los temas mágicos o sobrenaturales, así como las obras sangrientas que buscan el espectáculo por encima de todo. La comedia física o los números con animales también solían contar con su momento en las actuaciones, incluso en las obras consideradas serias. 

William Kemp o Kempe (c.1560-c.1603), por ejemplo, es un famoso payaso, conocido por sus enérgicos bailes, sus juegos de palabras y su humor improvisado, a menudo soez (además de por realizar bailando el camino entre Londres y Norwich en 1600, una especie de proto reto del Guiness). Y sin embargo fue también uno de los actores originales en obras hoy tan respetables como El mercader de Venecia, Mucho ruido y pocas nueces o Sueño de un noche de verano.


Un rasgo peculiar del teatro isabelino es que, para "evitar inmoralidades", no se permitía que las mujeres participaran como artistas en las obras. Los papeles femeninos eran interpretados por hombres, normalmente muchachos (entre 12 y 21 años aprox.) que servían como aprendices de los actores más veteranos, y que, alcanzada la madurez, pasaban a interpretar papeles masculinos. La ironía de que muchas de las obras contengan escenas de, o giren en torno a, mujeres haciéndose pasar por hombres no puede pasarnos por alto y seguramente era parte de la broma para los contemporáneos. Incluso en algún caso, como en Sueño de una noche de verano la broma se complica con un actor varón que interpeta a un personaje varón que, en la obra dentro de la obra interpreta un papel femenino, complicando aún más el juego de transformaciones. 

Los actores se organizaban ya desde la edad media en compañías, que por ley debían depender de un noble, del que los actores eran considerados legalmente sirvientes. Las más afortunadas lograban ser patrocinadas por un noble importante como los Chamberlain's Men (patrocinados por el chambelán Henry Carey, lord Hunsdon), los Admiral's Men (originalmente Lord Howard's men, por Charles Howard, conde de Nottingham, que fue nombrado Lord Gran Almirante de Inglaterra en 1585), los Worchester's Men (por William Somerset, Conde de Worcester) y por supuesto los Queen Elizabeth's Men (por la reina en persona). En la época de Jacobo I la mayoría de estas compañías pasan a estar directamente patrocinadas por el rey o la familia real, aumentando el control de la corona sobre la vida teatral.

Además de estas compañías importantes, claramente establecidas en Londres, existen aún en el periodo compañías rurales e itinerantes, que llevan sus espectáculos (normalmente más dependientes de la comedia y las acrobacias que del drama) por pueblos, ciudades y ferias. Ocasionalmente incluso las grandes abandonan la ciudad, normalmente forzados por las prohibiciones de actuar durante periodos de peste, incluso llegando a hacer giras por los Países Bajos o Alemania (realizándose algunas traducciones tempranas de Shakespeare, por ejemplo).

Las compañías están compuestas de un núcleo de socios o aventureros principales, que participaban de los beneficios de forma proporcional (normalmente la compañía se divide en 10 participaciones iguales, aunque una misma persona puede tener más de una participación), actores contratados, que cobraban un sueldo (similar al de un artesano cualificado, unos 6 chelines a la semana), y los aprendices, cuyos salarios eran retenidos por sus maestros (que tenían la obligación de mantenerlos) mientras aprendían el oficio.

Al principio del periodo las compañías eran pequeñas, en torno a seis o siete actores (incluyendo normalmente un aprendiz), pero a partir de 1580 se van haciendo más grandes (en torno a 10 o 12 actores) para interpretar obras con más personajes; aún así para las obras más espectaculares los mismos actores debían interpretar comúnmente varios papeles con cambios. Sin embargo a partir de 1608, cuando se comienzan a usar más habitualmente los teatros cerrados, vuelven las compañías más pequeñas y los dramas con menos personajes.

Además de actores trabajando para cada compañía hay guardias, costureras, músicos, tramoyistas... Pero se dice que el principal gasto de la compañía no eran los teatros ni los sueldos del personal si no el vestuario, que muchas veces igualaba los lujos aristocráticos (y por ello se llegan a emitir ordenanzas prohibiendo a los actores usar dicho vestuario fuera del teatro). Un cálculo aproximado es que una compañía debía contar con un capital de unas 700 libras para formarse.

Las compañías más prestigiosas disponen de su propio teatro (o este es propiedad de uno de los socios, que recibía tanto su parte como el alquiler) y su propio repertorio, mientras que otras actúan aún en salas de tabernas o alquilando el teatro a otros y deben comprar las obras a otras compañías (o esperar que estos decidan hacerlas públicas). No era raro que se hicieran ediciones piratas de las obras de éxito (a veces transcritas de cualquier manera y repletas de errores) y las compañías protegían con celo sus originales. Un autor podía esperar cobrar entre 5 y 10 libras por escribir una obra nueva, pero muchas veces debían repartirse entre varias manos ya que a menudo la escritura era colaborativa.

Se calcula que un teatro como the Rose, por ejemplo, llegaba a estrenar 30 obras diferentes en un año y que en total se llegaron a escribir más de 3000 obras en el periodo 1558-1642 (de las que se conservan solamente unas 230). Esta necesidad de novedades alimenta a todo un grupo de escritores profesionales, y algunos aficionados, que en algunos casos eran, ellos mismos, actores.

Legalmente, antes de ser representadas las obras debían ser aprobadas por el Maestro de Entretenimientos (un cargo dependiente del chambelán del reino) con su firma y sello. Sin embargo esto a veces se obviaba para actuaciones privadas. La censura gubernamental podía llegar también tras el estreno, y en algunos casos actores y escritores podían llegar a pisar la carcel por interpetar obras consideradas subversivas. 

Existen diversas tabernas en las que se realizan actuaciones teatrales ya en 1560 como Saracen’s Head (Islington), Boar’s Head (Aldgate), Cross Keys (Gracechurch Street) o Bell Savage (Ludgate Hill), una de las más populares. Otro lugar habitual para actuaciones teatrales tempranas solían ser los Inns of Court (los colegios de leyes de Londres), pero aquí solían ser interpretadas por aficionados (normalmente los propios estudiantes) y a menudo adaptando obras clásicas griegas y romanas.

Esto es común hasta la construcción de los verdaderos teatros permanentes (llamados playhouses en inglés) que comienza con el llamado the Theater en 1576 y su competidor the Courtain al año siguiente. Son edificios de madera, cubierta de escayola en el exterior, supuestamente desmontables, y que siguen una estructura muy similar a los fosos para osos, muy dados a accidentes con el fuego. 

Aunque las gradas estaban cubiertas no lo estaba en su mayor parte el escenario ni el foso, por lo que el mal tiempo significaba la cancelación de las actuaciones. Los actores debían actuar con espectadores a los lados, e incluso a su espalda, y parece que era común que algunos mostraran sus opiniones sobre la obra interrumpiendo a los actores o arrojando cosas contra el escenario. 

Las actuaciones tenían una duración aproximada de entre dos horas y dos horas y media, comenzando en torno a las 2 de la tarde. Al final de la obra principal solía realizarse una danca o jiga, de naturaleza cómica, realizada por los mismos actores. 

También existen compañías itinerantes que llevan los espectáculos a otras ciudades y pueblos del país. Ocasionalmente, especialmente durante las epidemias de peste (cuando es habitual dar orden de cerrar los teatros de Londres) las compañías establecidas también se tienen que echar a los caminos de forma similar

Además se realizan actuaciones privadas en mansiones y palacios, especialmente en el palacio real de Whitehall (Westminster). Hay que distinguir estas actuaciones privadas de las Mascaradas, entretenimiento cortesano en que con disfraces lujosos y gran importancia de la música se interpretaban papeles simbólicos o alegóricos de forma más improvisada y, normalmente, sin la participación de actores profesionales.

Muchos actores (y otros relacionados con el teatro como propietarios, escritores y empresarios) residen en la villa de Shoreditch, al norte de la ciudad, donde se abren los dos primeros teatros (los ya mencionados The Theater y The Courtain), por ello la iglesia de San Leonardo en Shoreditch es considerada la iglesia de los actores. 

En los teatros se cobra entrada (normalmente un penique por ver la obra de pie en el foso, dos por un asiento en las gradas y algo más si se desea un cojín o algo de comida y bebida durante el espectáculo o, como culmen del privilegio, por sentarse en el mismo proscenio). 

Se calcula que en 1595, como año de referencia, había unos 15000 espectadores por semana entre el total de las salas abiertas. 

Este completo mapa muestra los teatros más importantes y sus años de actividad.



"Has't thee seen the yellow signeth?"                                         

Christopher “Kit” Marlowe es quizás el segundo autor de teatro más conocido del periodo pero además está rodeado de un aura misteriosa y oscura que parece ocultar aún muchas cosas por descubrir. 

Nacido en Canterbury en 1564, estudió en Cambridge desde 1581, donde obtuvo su título de bachiller en 1584, pero su licenciatura se le negó “por haber pasado demasiado tiempo fuera del país”. Sin embargo una carta del Consejo Privado obliga a la universidad a darle el título, alegando que había prestado servicios a la corona que justificaban dichas ausencias. Muchos han utilizado este dato para afirmar que podría haber sido un agente infiltrado en los círculos católicos por parte del naciente servicio secreto dirigido por Sir Francis Walshingham.

Comenzó a escribir teatro a finales de la década de 1580 y se conservan seis dramas atribuidos casi con certeza a su pluma: 'Dido, reina de Cartago' (c. 1587), 'Tamburlaine' (c. 1587), 'El judío de Malta' (c. 1589–1590), 'Doctor Faustus' (c. 1588–1592), 'Eduardo II' (c. 1592) y 'la Masacre de París' (c. 1593), además de escribir poesía y algunas traducciones del latín. La mayoría de sus obras fueron estrenadas por los Lord Strange's Men (compañía patrocinada por Ferdinando Stanley, Lord Strange y, a partir de 1593,conde de Derby)

Amigo del aventurero y explorador Sir Walter Raleigh y, con él, supuesto miembro de un grupo conocido posteriormente como Escuela de la Noche, que se alega promovían el ateismo y realizaban estudios ocultistas.

Cuando estrena su versión de la Tragedia de Fausto (1592) algunos creen que han visto verdaderos demonios aparecer en escena, incluso afirman que esta obra es la prueba que el autor ha vendido su alma al diablo.  

Hay quien afirma que, de forma paralela a Fausto, habría escrito (o traducido de un original griego según otra fuente) una obra con el título de 'La Tragedia del Rey de Amarillo' que se cree que nunca llegó a ser representada públicamente.  Solo se conservan fragmentos dispersos del texto que parece hacer referencia a una ciudad llamada Carcosa, una epidemia de peste (debemos recordar que durante las cuales en Londres era costumbre marcar con una cruz amarilla los hogares donde se había producido una infección) y los destinos de una extraña familia y la llegada final del Rey de Amarillo. 

Un rumor señala que la polémica 'La Isla de los perros', obra escrita por Ben Johnson que fue estrenada en 1597 e inmediatamente prohibida (no solo eso, se impuso una moratoria sobre todos los teatros de Londres y el autor fue encarcelado), se atrevía a citar uno de los textos escritos, o traducidos, por Marlowe.

En 1593, en un registro en casa de otro autor amigo suyo, el cruento Thomas Kyd, se encuentra un folleto que niega la divinidad de Cristo y, posiblemente, una copia de la obra; Kyd, es detenido y bajo tortura indica que el folleto fue dejado allí por Marlowe (que había sido su compañero de casa y, posiblemente, su amante).

Marlowe fue detenido e interrogado el 18 de mayo, pero, sorprendentemente, fue dejado libre, bajo fianza, el 20, sin ser torturado (que era la práctica habitual en todo proceso). 

El día 30 de ese mismo mes queda para cenar, en un local respetable, con Ingram Frizer, Nicholas Sheres y Robert Poley (posiblemente los tres agentes, o antiguos agentes, de Walsingham), Según los testigos en algún punto de la cena estalla una violenta discusión y Marlowe es asesinado, apuñalado a través del ojo con su propia daga.  

Supuestamente el motivo fue una discusión por la cuenta pero teorías más complejas se han aventurado, principalmente:
- Que fuera asesinado por temas relacionados con el servicio secreto o por no querer testificar contra Sir Walter Raleigh
- Que fuera mandado asesinar por sir Robert Cecil debido a sus ideas heréticas, quizás como doble-agente católico
- Que poseyera secretos indecorosos sobre miembros de la corte o altos funcionarios
- Que no muriera realmente, que solo usará la mentira para continuar su vida bajo otro nombre e, incluso, que, en realidad, fuera él el autor de muchos de las obras atribuidas a Shakespeare

Kyd, por otra parte, morirá también el siguiente año, sin haber podido escribir más, sus manos destrozadas por las torturas a las que había sido sometido.

Rumores sobre otras copias de la obra han circulado repetidas veces y se desconoce la conexión exacta con la obra francesa del siglo XIX del mismo título y argumento general o  de cualquiera de ella con una obra española casi contemporánea, hoy perdida, titulada 'El reparador de reinos'. 

El teatro de Blackfriars
Como se puede apreciar por el mapa  todos los teatros  que se muestran se encontraban (así lo indicaba la ley) fuera de la jurisdicción de la ciudad de Londrescon una excepción: el que aparece en Blackfriars, muy cerca de la muralla occidental de la ciudad.

¿Qué tenía de especial este teatro para que se le permitiera su existencia? La excepción se basaba en que era un teatro dedicado a obras interpretadas por niños (que no obras infantiles) y así, supuestamente, libre de las acusaciones de libertinaje y depravación sexual que muchos señalaban contra el teatro de adultos. Otros teatros infantiles existieron en otros puntos de la ciudad pero este era el más famoso (por ejemplo había otro vinculado a la catedral de San Pablo y su coro infantil). 

Las obras interpretadas por los niños eran normalmente comedias ligeras con números de baile y musicales, algunas escritas por grandes dramaturgos (como el ya mencionado Ben Johnson y posiblemente el mismo Marlowe).

La compañía infantil que actúa en Blackfriars era llamada la de los Niños de la Capilla, por estar asociada con el coro de la capilla real y a su director Nathaniel Giles, y se volvió muy popular entre las clases pudientes. La entrada era significativamente más cara (3 o 4 peniques) y, sobre todo, más exclusiva, ya que solo podía darse entrada a una décima parte de los que podían asistir a una obra en una playhouse. La distribución de esta sala era más similar a la de un teatro actual, con los espectadores sentados frente al escenario, iluminado con velas (lo que obligaba a pausas para reponerlas) y completamente cubierto.

En diciembre de 1601 dicha compañía se ve afectada por un escándalo que casi la destruye, el  caso Clifton.  Un caza-talentos del teatro secuestra a varios niños, entre ellos el hijo de un caballero, al que le habían exigido posteriormente un pago por su "rescate". Hay que tener en cuenta que el director Giles realmente contaba con una cédula real que le permitía "reclutar forzosamente" niños cantantes para el coro de la capilla real (aunque que pudiera hacerlo para el teatro es más dudoso) por lo que el verdadero escándalo era más profundo.

El padre en cuestión, un tal Henry Clifton de Norfolk, denunció el suceso ante la Cámara Estrellada, mientras los rumores se descontrolan en Londres. Se habla de crímenes aún peores que el secuestro, de suicidios, de niños desaparecidos sin dejar rastro y de abusos de toda clase... historias más extremas sobre satanismo y, de nuevo, la conexión con la obra perdida de Marlowe (así como la participación de figuras importantes de la corte en dichas actividades) también circulan pero nunca llegan a probarse. Aunque se inician acciones legales contra los directores, Henry Evans y Nathaniel Giles, todo queda pronto barrido bajo la alfombra.

Aunque la compañía llega a contar brevemente con el patronazgo de la reina Ana (esposa de Jacobo I) siguió rodeada de polémica durante los siguientes años de existencia. En 1608 el teatro revierte a la posesión de la familia Burbage, que lo convierte en un teatro con compañías de adultos convencional, y la compañía se traslada a otro teatro en Whitefriars, pero terminó desapareciendo en torno a 1616. Nunca llega a aclararse completamente el asunto del caso Clifton.


La deuda de Shakespeare
Algunos indicios en diferentes documentos señalan que Marlowe quizás no fuera el único escritor de la época que había tenido contacto con fuerzas oscuras

William Shakespeare (1564-1616) es, sin duda, el autor más conocido de todos los que escribieron en la época y posiblemente uno de los escritores más famosos de la historia, pese a las teorías (bastante injustificadas) que niegan su autoría. Por ello han surgido multitud de obras que analizan hasta el más pequeño detalle de su vida y obra.

Algunos señalan ciertas inconsistencias y ciertas referencias más o menos veladas en distintos documentos señalan a una Deuda o compromiso que el autor de Strafford debía pagar, especialmente en torno a las fechas de la muerte de su único hijo varón, Hamnet Shakespeare (1585-1596)

Quizás la más llamativa sea  una cita, muy posterior, del diario del actor Ben Fielding:

"En este verano del año 1611 hemos representado por primera vez La Tempestad, de cuyo drama Will me declaró que era la ocasión en que más se había acercado a hablar del Gran Antiguo a quien había hecho su Juramento. Dijo que la suya era una Deuda que Ningún Hombre podía pagar y que daría todas sus riquezas por no haberla adquirido, pues siempre acaba llegando el tiempo en que una Deuda debe ser saldada"


Resulta frustrante que la obra mencionada, de tratar este tema, lo haga de forma lo bastante oblicua para evitar la identificación de la entidad a la que se refiere como el Gran Antiguo.

En esta obra hay un personaje que no aparece en escena pero que es parte fundamental de su trasfondo y que merece nuestra atención especial la hechicera Sycorax, madre del monstruoso Caliban. 

Descrita como una hechicera de Argel que fue desterrada a la remota isla, donde tiene lugar la obra, por su práctica de la hechicería. Allí da a luz a su hijo y esclaviza a los espíritus de la naturaleza del lugar, antes de morir. En el texto se menciona (únicamente dos veces) a un dios adorado por la hechicra, al que da el nombre de Setebos, aparentemente adorado por la hechicera

Curiosamente el nombre Setebos podría haber sido extraído por Shakespeare de la descripción de Antonio Pigafetta de la religión de los habitantes de la Patagonia (traducida al inglés en  The History of Trauayle de 1577) que dice:

 "Uno de ellos, que hace más ruido que los demás, es el jefe o gran diablo, que llaman Setebos, los inferiores se llaman cheleule”. 

Pero poco más podemos deducir a partir de ahí.

El hecho de que nunca se identifique, por otra parte, al padre de Caliban puede señalar la creencia en que Yog-Sothoth puede engendrar hijos monstruosos, híbridos de humano y su ser antinatural. Una carta, no autentificada y bastante deteriorada, conservada en los archivos de John Heminge (otro actor de la época) parece mencionar a la deidad con el nombre de "Y'g Southothe" (sic.) y afirma que el teatro del Globo (construido en 1599) estaba de alguna manera relacionado con la Deuda, pero es imposible discernir mucho más ni confirmar que la carta efectivamente sea, como proponen algunos, una copia de una original de Shakespeare. 

De ser así no queda más que replantearnos la historia oficial del incendio que destruyó El Globo el 29 de Junio de 1613 (tradicionalmente asociado al disparo fallido de un cañón de atrezo durante la representación de la obra Enrique VIII)

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