Africa Occidental en tiempos de SK: Ciudades-estado Hausa

Puertas de la ciudad de Zaria (antes Zazzau) en el siglo XIX

Al oeste del Songhai se encuentran la región habitada por los huasa, organizados en torno a una serie de ciudades-estado. A lo largo del periodo la frontera entre ciudades sometidas al poder del imperio e independientes cambia con frecuencia y podemos presenciar campañas militares importantes en esta frontera.

Los hausa están muy implicados en el comercio a larga distancia y sus comunidades se extienden por las rutas de los oasis, en todas direcciones desde esta región. Así hay comunidades hausa en muchas ciudades del imperio songhai y otras regiones de África occidental. Aunque comparten una lengua y muchos rasgos culturales, y un pasado mítico común, los hausa se sienten sobre todo habitantes de su ciudad y carecen de una idea nacional común. 

Como muchos de los pueblos en el área se han convertido mayoritariamente al islam sunní, pero perviven tradiciones más antiguas, sus practicantes reciben el nombre de mugawaza. Como también es común se ha producido cierto sincretismo entre ambos sistemas de creencias y no es raro que los hausa islámicos, incluso los reyes, acudan a los rituales paganos en momentos de incertidumbre. 

Los hausa maguwaza suelen ser fáciles de distinguir por utilizar la escarificación facial, como otros pueblos no islámicos del área (como los igbo, los yoruba o los mossi). Sus comunidades, principalmente rurales, están gobernadas por tres jefes, uno (el más importante) encargado de las actividades agrícolas, otro de las religiosas y un tercero dedicado a las cinegéticas y militares. 

El centro de la religión tradicional son los bori, aljan (del árabe djinn, "genio") o ishoki (literalmente "vientos", singular iska), un complejo panteón de más de 300 espíritus, que a veces se confunden con los djinns de la tradición islámica. Estos residen en la ciudad invisible de Jangare ("ciudad roja"), situada en algún punto del este, en el desierto, y están divididos en 12 casas o familias. Su rey es llamado Sarkin Aljan, que cuenta con una corte similar a la de los gobernantes hausa. Como otras religiones africanas la posesión de los fieles o mediums por parte de los espíritus es una parte fundamental de muchos ritos. Tradicionalmente el hierro, especialmente el de una espada, repele a los ishoki. 

También hay cierta presencia del sufismo, corriente mística o esotérica dentro del islam, dividida en multitud de escuelas iniciáticas o tariqas diferentes. Katsina y su mezquita, con su famoso minarete, es también un centro de enseñanza islámica muy respetado. Recientemente se ha comenzado a utilizar una forma variante del alfabeto árabe para escribir textos en lengua hausa, especialmente crónicas regias y textos religiosos. 

En las leyendas y algunas tradiciones hay pervivencias de un antiguo sistema matrilineal y una mayor independencia de las mujeres. Así se supone, por ejemplo, que antiguamente la ciudad de Daura era gobernada por reinas (con el título de kabara). Esto aún pervive parcialmente en las comunidades rurales que siguen siendo mayoritariamente paganas y donde las sacerdotisas (inna) y curanderas (boka) son especialmente respetadas. Sin embargo, quizás por la influencia islámica-bereber, la sociedad hausa urbana es fuertemente patriarcal. 

Las hausa utilizan decoraciones geométricas bordadas en su ropa, habitualmente de algodón. Algunos de los motivos más comunes son los "ocho cuchillos" (que se puede apreciar en la imagen inferior, especialmente en el segundo individuo por la izquierda) que supuestamente protege contra el mal de ojo o el tambari (o "tambor del rey", en forma de espiral).

En la batalla los nobles, que luchan a caballo, utilizan armaduras de anillas o de laminas metálicas, así como yelmos abiertos (normalmente cubiertos por un turbante), así como lanzas y espadas. La infantería suele ir más pobremente equipada.

Cuatro hombres hausa delante de un edificio (fotografía del siglo XIX)

El corazón de cada estado hausa es la ciudad-fortificada (birni o birnin en hausa), con grandes terraplenes de tierra y murallas, que sirve como centro político y administrativo del territorio. Las edificaciones son en su mayoría de adobe, con decoraciones geométricas, con colores a veces abigarrados, y a menudo tejados con forma de cúpula. 

A su alrededor se establecen radialmente comunidades agrícolas, en muchas ocasiones habitadas fundamentalmente por siervos, y muchas veces poblaciones no hausa, que suministran alimentos y otras materias primas (como el fundamental algodón) a la ciudad. 

Las ciudades son importantes centros de producción artesanal, ante todo telas teñidas (especialmente Kano y Katsina), joyas de plata (Kebbi y Zamfara) y productos de cuero. También son famosas sus espadas, del tipo conocido como takabu o takoba (en términos de reglas se trata como una espada ancha), muy apreciadas en toda la región y en el Sáhara (a menudo con hojas importadas desde Europa). Los artesanos de cada ciudad se organizan en asociaciones gremiales, para garantizar un estándar de producción y controlar la competencia. 

Hay siete ciudades hausa "auténticas"(llamadas colectivamente Hausa Bakwai): Daura, Kano, Katsina, Zazzau, Gobir, Rano y Biram. Tradicionalmente Daura es considerada la más antigua y prestigiosa de todas ellas, pero a lo largo de los años el equilibrio de poder ha fluctuado y cambiado constantemente, en el periodo de SK quizás la más rica e influyente sea Kano.

Estas siete ciudades habrían sido fundadas, o refundadas ya que muchas muestran ocupación anterior, por los descendientes de un héroe llamado Bayajidda, supuestamente venido de Bagdad a mediados del siglo IX. Entre las hazañas atribuidas a este personaje está el haber derrotado a una gigantesca serpiente, llamada en las leyendas Sarki ("Rey"), que aterrorizaba a las gentes de la región en torno al pozo de Kusugu, lo que le valió la mano de la última reina soberana de Daura, Daurama II. 

Otras siete reinos y ciudades son consideradas también fundados por descendientes de Bayajidda, pero por sus descendientes ilegítimos, hijos del héroe y una esclava, estos "otros" reinos (conocidas como Banza Bakwai) son: Zamfara, Kebbi, Yawari, Gwari, Kwararafa y Nupe. Estas son regiones, ciudades o pueblos que, sin pertenecer completamente a dicha cultura, han sido fuertemente influenciados por ella.

Una takoba típica, espada ancha con mango corto y guardas cuadrángulares

Cada ciudad es gobernada por un rey (sarkin), asistido por un visir (galadima) y un consejo de ancianos (tradicionalmente de nueve miembros). El rey nombra también algunos cargos como recaudadores de impuestos, oficiales militares, etc. 

Uno de los personajes históricos más interesantes de este periodo es la princesa Amina de Zazzau (a veces también Aminatu, m. en torno a 1610). Según la tradición consiguió ser instruida en la carrera de las armas por pura insistencia, y cuando su hermano ascendió al trono se convirtió en su general. Tras morir su hermano en batalla en 1576, sin embargo, logró ser nombrada su sucesora con el título de Reina (Sarauniya). Fue una monarca guerrera que mantuvo enfrentamientos con otras ciudades Hausa (especialmente contra Kano y Katsina) pero también contra Nupe y la confederación tribal de Kwararafa. Rechazó el matrimonio, posiblemente como forma de no perder el poder, pero sus enemigos afirma que a menudo fornica con esclavos (a los que hace matar a continuación). Durante su reinado condujo a su reino a la primacía entre los reinos hausa y a enfrentarse victoriosamente al imperio Songhai.  

Nota: Existe cierta confusión sobre la época exacta de su reinado (las fechas van desde mediados del siglo XV, a principios del XVII), incluso hay autores que dudan de su existencia histórica, pero su presencia es demasiado interesante para dejarla de lado.  Por cierto hay una película reciente, disponible en Netflx, sobre ella: titulada Amina, la reina guerrera (Amina, 2021, Izu Ojukwu), no muy buena, en mi opinión. 

Dentro de sus fronteras habitan también grupos de otras culturas como pastores fulani (cuya migración desde el oeste ha aumentado en las últimas décadas), comerciantes dyula (conocidos en hausa como wangara), y campesinos kanuri (procedentes de Bornu, un gran estado al este), además de grupos de tuaregs  y otros bereberes y esclavos procedentes de las tierras del sur (jukun, igbo, igala, etc.).

Allí, hacia el sur, se encuentra la región de Kwararafa (o Kororofa), habitada por poblaciones consideradas paganas y bárbaras por los hausa. Se supone que pertenecen principalmente a la etnia jukun, aunque no se trata de un estado uniforme. El centro religioso y político de los jukun (y esta región) es Wakuri, donde se asienta el Aku Uka (rey-sacerdote) y los cocodrilos sagrados (según una leyenda, los cocodrilos ayudaron a los jukun en su migración desde su tierra natal, en Yemen, en torno al siglo VI d.c.) En torno a 1600 los ataques desde Kwararafa llegarán a poner en peligro la supervivencia misma de las ciudades hausa.

Comentarios

  1. Muy interesante. Sabemos tan poco de fuera de Europa...

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    1. Cierto, yo acabe la carrera de historia sin haber dado nada de África hasta la colonización. Pero bueno, eso siempre deja la oportunidad de aprender más. Un saludo y muchas gracias por comentar

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