Las sombras sobre Thule es una historia con ecos lovecraftianos, pero sobre todo con una estrecha relación con las aventuras histórico-fantásticas del Brak Mak Morn de Robert E. Howard. En ciertos momentos la trama parece remitir directamente a dos de los mejores relatos sobre el último rey de los pictos, Los gusanos de la Tierra (Worms of the Earth, Weird Tales, Septiembre 1932) y Los reyes de la noche (Kings of the Night, Weird Tales, Noviembre 1930). Sin llegar a la mera imitación o al pastiche, en ocasiones lo bordea. Además de Howard también resulta inevitable ver una notoria influencia de otra personaje situado en la prehistoria céltica, el irlandés Sláine, creado por Pat Mills y Angela Kincaid para la mítica revista británcia 2000 A.D. (aunque muchos lo recordamos especialmente por sus aventuras dibujadas por Simon Bisley, recopilado bajo el título de El dios cornudo).
En este caso el rey de los pictos, y personaje principal (aunque por momentos la obra adquiera tintes corales), es Cormak Mac Fianna. Gobernante sabio, poderoso guerrero, se ve superado por una amenaza mucho más terrible que los invasores, romanos y celtas, con los que se ha enfrentado hasta ahora. Una hechicera dispuesta a traer a la tierra a las Hirudíneas (nombre latino de la sanguijuela, lo que también me ha hecho pensar en la obra de
Laird Barron, donde un trasunto de deidad lovecraftiana es conocida como
la Vieja Sanguijuela) Históricamente el grueso de la historia tiene lugar en el 154 d.c. con algunas viñetas al pasado reciente y el más remoto, desde la destrucción de Cartago, hasta el pasado mítico de reinos perdidos como Atlantis,
Hiperbórea y
Thule.
Pero pese a que Cormak cumple las funciones principales de protagonista, y la bruja Idomea es la gran villana de la función, hay una reparto muy amplio de personajes secundarios, pertenecientes a los distintos pueblos que se cruzan en la trama, desde el niño gaélico Calum, el veterano legionario de origen británico Thorfel (que sin embargo tiene un nombre completamente nórdico, con referencia tomado posiblemente de un personaje vikingo presente en otro relato de Howard con pictos, El hombre oscuro), la guerrera picta Bridia o el general romano Horacio. Esto marca una de las debilidades del guion, la perdida de foco y desarrollo en varios de ellos, que la historia no tiene tiempo que dedicarles y algunos giros parecen gratuitos y poco desarrollados.
Ya he hablado anteriormente en este blog de como el creador de Conan estaba, podríamos decir, un poco obsesionado con los pictos, pero también como la imagen howardiana de los mismos entra en contradicción con la visión actual (lo más radical es considerar que en realidad el término picto no se utiliza hasta el siglo III y sus reinos siguen existiendo varios siglos después, por lo que hablar del último rey de los pictos en pleno siglo II es un poco...) de este pueblo de la antigua Britania. Y esta contradicción se trasmite también, en parte, a la obra de Mallet & Marty, complicando la distinción entre ambientación de tinte historicista y la puramente fantástica, favoreciendo claramente a la segunda. Esta fidelidad a Howard también implica la pervivencia de algunas connotaciones raciales fuera de lugar (como el retrato casi inhumano de algunos de los pictos o la imagen de estos como una "raza moribunda" que incluso llega a robar los niños de otros pueblos).
El dibujo de Lionel Marty se luce, con apoyo fundamental del color de Axel Gonzalbo, sobre todo en las escenas de acción y en las dominadas por presencia terrible de las Hirudíneas. También muestra algunos espectaculares vistas de paisajes y escenas del pasado (como la breve visión de la caída de Cartago o el resumen en forma de página doble de la historia de las civilizaciones prehumanas) Pero en ocasiones los personajes en las escenas más tranquilas también aparece como deformados por la violencia contenida, con anatomías y rostros en ocasiones extraños y dislocados. Especialmente los primeros planos resultan en ocasiones en exceso toscos.
Una historia en realidad sencilla, complicada por la multitud de piezas en movimiento, que destaca por la espectacularidad de los recursos fantásticos y la energía de sus escenas de acción.
Puntuación: 7/10
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