Las leyendas en torno a ricas minas de oro en el sudoeste de Estados Unidos abundan, a menudo mezclándose entre si y creando un complejo entramado de referencias que dificultan seguir cualquier rastro, mientras sus riquezas se multiplican cada vez que una nueva versión pasa de boca en boca.
Existen así varias supuestas minas del alemán perdido (en inglés dicen The Lost Dutchman Mine, que propiamente es holandés y no alemán, pero es un uso común en dicho país confundir a unos por otros) en California, Nuevo México... pero en este caso nos referimos a la leyenda más repetida y abundante, aquella que señala a los Montes de la Superstición, Montañas de la Superstición o más simplemente las Supersticiones (Arizona) como lugar donde encontrar este yacimiento.
Las Montañas de la Superstición se trata de un terreno desértico de más de 600 kilómetros cuadrados, extremadamente abrupto, de recortados perfiles rocosos, abundando en pasajes traicioneros, coyotes, pumas y serpientes venenosas y dado a los derrumbamientos inesperados y los corrimientos de tierras. Pese a que el clima es en general muy seco, donde solo pueden crecer ralos matorrales y saguaros, también se producen ocasionalmente grandes tormentas, especialmente en los meses de verano, que llegan a provocar riadas, que arrastran gran cantidad de barro y piedras por los cauces generalmente agostados, y provocan no pocos accidentes.
Pese a las leyendas los geólogos están de acuerdo en que no se trata de terreno aurífero, siendo fundamentalmente un macizo de origen volcánico (donde las vetas de oro son muy raras). Esto lleva a pensar a algunos que realmente no se trata de una mina propiamente dicha, sino de un depósito de oro extraído en otra parte (y en otro tiempo) y ocultado en dicho lugar.
El Apache Trail, una antigua ruta de diligencias ampliada y asfaltada en 1905, que a su vez seguía un antiguo camino apache, es uno de los pocos modos seguros de cruzar las montañas (e incluso se ha convertido en una atracción turística, con rutas en coche desde Phoenix). Otro puñado de caminos fueron abiertos y mapeados por el ejército americano durante las campañas contra los indios, principalmente contra grupos de apaches en 1864-1868, pero estos caminos están mal mapeados y aún peor mantenidos. Al contrario de lo que solemos ver en el cine, estas tropas eran sobre todo exploradores nativos (especialmente del pueblo pima) y tropas de infantería de los fuertes cercanos, por que el terreno (más allá de esos caminos) es prácticamente impracticable a caballo.
Las Siete ciudades de oro de Cíbola
Las leyendas sobre grandiosas riquezas de oro en la región del sudoeste comienzan muy pronto, con la búsqueda por parte de algunos exploradores españoles de las míticas Siete ciudades de oro de Cíbola. Esta leyenda originalmente había nacido en la península ibérica: se decía que siete obispos habían huido de la invasión árabe, navegando hacia el oeste, para fundar un fabuloso reino, en una tierra desconocida a menudo denomina Antilla. La situación de estas ciudades se fue trasladando paulatinamente al oeste, según avanzaban las exploraciones, primero al Atlántico, luego al Caribe, la península de Yucatán y después hacia los territorios aún inexplorados al norte de Nueva España.
En la crónica de su naufragio y epopeya a pie por lo que ahora es el actual sur de Estados Unidos, la narración del naufragio de Cabeza de Vaca (1492-1559) afirma haber escuchado de los nativos (posiblemente hopi) confirmación de que esas ciudades fabulosas se encontraban aún más al norte y las autoridades llegan a lanzar varias expediciones. En una de ellas (1539) el monje Fray Marcos de Niza afirma haber llegado a vislumbrar la ciudad desde un alto, pero no haberla visitado, en territorio del actual estado de Nuevo México.
En otra, la capitaneada por Francisco Vázquez de Coronado en 1540 que cuenta de nuevo con de Niza como guía, los españoles visitan por primera vez las montañas, a las que llaman Sierra de la Espuma (y cito aquí la explicación del nombre que ofrece el diario de Pedro Font, un misionero del siglo XVIII "A essa sierra llaman de la espuma, porque en el remate de ella, que acaba cortada y acantilada á modo de esquina de baluarte, se ve en lo alto cerca de la cumbre una ceja blanca como de peñasco, la qual sigue igualmente á lo largo de la sierra por un buen trecho, y los Indios dicen que aquello es la señal de la espuma del agua, que llegó hasta alli.").
Pese a los numerosos esfuerzos, las ciudades doradas se mostraron esquivas y nunca se localizaron, aunque siguieron proponiéndose nuevas ubicaciones, cada vez más remotas e improbables. En el legendario del suroeste, sin embargo, algunas de estas ciudades perdidas siguen reapareciendo, bien como una mala interpretación de los asentamientos de los indios pueblo o bien como persistentes leyendas sobre ciudades y civilizaciones subterráneas. Una de las más recurrentes es, por supuesto, Aztlán, de la que ya hablé hace mucho tiempo.
Aún en 2007 un investigador, de reputación dudosa, afirma haber localizado Cíbola nada menos que bajo el monte Rushmore (en Dakota del Sur) pero no pudo aportar mayores pruebas que una imagen con obvio retoque informático. Los datos aportados parecen establecer una conexión con la cultura y escritura olmeca, aunque en este estadio de la investigación solo podemos hacer conjeturas aproximadas.
La masacre de los Peralta
No existe testimonio cierto de la realidad de esta masacre, ni siquiera de la presencia de los Peralta en las montañas (aunque es un apellido común a ambos lados de la frontera y, efectivamente, hubo minas administradas por una familia Peralta en Arizona en torno a 1840, ninguna parece encontrarse en esta región). Las pistas grabadas en la roca también llevan a confusión, ya que en los cañones y paredes de las Superstición existen sin duda abundantes muestras de petroglifos nativos, algunos de gran antigüedad, cuya relación con el oro es más que dudosa (que sepamos los habitantes de la región nunca practicaron la minería de oro y, posiblemente, se trata de petroglifos con contenido religioso o místico).
El oro de los dioses apaches
Por otro lado se afirma que, aunque no practicaran ellos mismos la minería, los apaches chiricahua consideraban algunas partes de estas montañas como terreno sagrado y el lugar de residencia de su Dios-Trueno y que, quizás, adscribieran una naturaleza sagrada a un tesoro abandonado, por otros, en dichas cavernas. De estas historias ha surgido también la noción sensacionalista de que pesa sobre el tesoro una maldición, un destino aciago para cualquiera que lo busque y que es mejor ni siquiera pensar en el oro.
¿Es posible que los apaches descubrieran un tesoro proveniente de alguna de las civilizaciones más antiguas de la región? ya hemos hablado de la leyenda de Cíbola y su posible conexión con los olmecas. Igualmente existen otras posibilidades aún más antiguas, como las conexiones con los antiguos dominios de los Hombres serpiente o la conexión con los misterios de K'n-Yan. Muchos de los petroglifos presentan lo que parecen criaturas inhumanas, quizás grandes lagartos o reptilianos bípedos, que aparecen en diversas formas en las leyendas locales.
Aunque a vista de cualquiera ni los apaches, ni los pima (O'odham), ni los yavapai, ni ningún otro de los pueblos nativos que habitan o habitaban en la zona muestran un interés especial por la mina, ni por las montañas, algunos afirman que existe en realidad una organización secreta dedicada a proteger los antiguos lugares sagrados, pero las pruebas sobre la existencia real de una organización similar son escasas y poco convincentes.
La historia del Dr. Thorne
Se dice que un tal doctor Abraham Thorne (quizás vinculado a la guarnición de Fort McDowell) encontró una mina, que podría ser o o no ser la de los Peralta o la posterior Mina del alemán perdido, en torno a 1865. Según esta versión historia, menos conocida que otras, el doctor a menudo ofrecía tratamientos a los apaches que vivían en torno al fuerte. En determinado momento uno de sus tratamientos salvó la vida de un jefe o un chamán importante. Como recompensa los nativos se ofrecieron a mostrarle algo en las montañas.
Según cuenta la historia le llevaron con los ojos tapados durante varias horas, y cuando se los destaparon se encontraba en un cañón, a cierta altura sobre lo que parecían unas ruinas de piedra "que no parecían de factura india" y a la vista de un monte con forma de sombrero mexicano (que los buscadores posteriores suelen identificar con el ahora llamado Weaver's Needle y, en español, El Sombrero). Junto a él, en la pared del cañón, se encontraba el túnel de una mina, lleno de pepitas de oro ya excavadas, y los apaches le dijeron que podía llevarse las que quisiera. Después de llenarse los bolsillos, volvieron a taparle los ojos y le devolvieron al fuerte con su regalo.
Aunque un grupo de soldados del fuerte intentaron seguir las, pocas, instrucciones que el doctor Thorne podía dar, ninguno fue capaz de encontrar el lugar.
Jacob Waltz, el "alemán perdido"
La identidad del alemán/holandés que da nombre a la leyenda esta relativamente clara, señalando a un tal Jacob Waltz o Waltzer que murió en Phoenix en 1891.
Según la versión más conocida en la década de 1860 (suponemos que después de la visita del Dr. Thorne), Waltz (a veces junto con un compatriota llamado Weiser que desaparece rápidamente de la historia, quizás asesinado por Waltz, quizás por los apaches) habría conseguido descifrar las pistas dejadas por los Peralta, quizás con la ayuda de uno de sus descendientes.
Durante años habría realizado expediciones secretas a la misma y, al mismo tiempo, habría hecho circular abundantes historias sobre las dificultades para encontrar la cueva o incluso pistas oscuras y contradictorias sobre su ubicación. Además un terremoto que afecto a las montañas el 3 de mayo de 1887 puede haber destruido o alterado irremediablemente parte de las señales que usaba como referencia, complicando aún más la posible resolución del misterio
Algunas de las pistas más repetidas, que supuestamente compartió Waltz en algún momento de su vida, incluyen:
- "Desde mi mina se puede ver el camino militar, pero desde el camino militar no se puede ver la mina"
- "Se encuentra en un un cañón en dirección norte que desemboca en el río Salado"
- "Si pasas 3 Colinas rojas has ido demasiado lejos"
- "Cuidado con las revueltas del camino"
- "Hay una casa de piedra situada a la entrada de un cañón bloqueado por arbustos"
- "Busca una piedra con grabados, los grabados muestran a un hombre en pie"
- "Hay dos columnas de piedra que pueden ser vistas desde la entrada de mi mina"
- "Hay un ojo en la roca o un arco natural desde el que puedes ver la mina"
- "Si trepas directamente sobre la entrada de mi mina podrás ver un monte puntiagudo"
- "Los rayos del sol poniente inciden sobre la entrada de mi mina" (la mayoría suponen que esto debe referirse a una fecha concreta, no aclarada)
-"Mi mina se encuentra donde ningún otro minero miraría"
-"Mi mina tiene tanto un túnel (horizontal) como un pozo con forma de embudo (vertical)"
-"Un rostro de piedra puede encontrarse en el camino"
-"El camino pasa junto a un viejo establo para ganado"
-"Desde el lado oeste de la montaña toma la primera garganta en el lado sur"
Al poco de su muerte las expediciones en busca de su supuesta mina, y las historias sobre mapas originales y supuestas instrucciones adicionales se multiplicaron. En particular varias historias señalan a Julia Thomas, una joven de Phoenix que atendió a Waltz en sus últimos días, como receptora de información fidedigna, que le habría confiado en su lecho de muerte.
En 1895 la mina comenzó a ganar fama a nivel nacional, con la aparición de un artículo en el San Francisco Chronicle escrito por un tal Peirpont C. Bricknell, supuestamente tras entrevistarse con Julia Thomas. Este artículo sería la base de mucha de la información posterior, que se limitaría a copiar (y en ocasiones inventar sobre) este artículo.
En 1896 se produce la muerte de Elisha M. Reavis, un ermitaño poco sociable que habitaba solo en las montañas, al que algunos conocían como "el Loco de las Supersticiones". Su cuerpo aparece supuestamente decapitado, tras varios días a la intemperie, y no es posible establecer una causa de la su muerte, pero muchos lo incluyen entre las muertes misteriosas relacionadas con la mina. Su tumba, apenas un montón de rocas, es un punto de referencia para varios de los senderos que cruzan las montañas.
En 1908 un ranchero llamado Jack Adams descubre la que bautiza como Skeleton Cave, en la parte norte de la región, al descubrir el macabro rastro de la masacre sufrida por el pueblo yavapai en 1872, cuando el 5º de caballería, bajo las órdenes de George Crook asesinó a más de setenta nativos (especialmente mujeres y niños) que se habían refugiado en la cueva. Hasta 1933 los cuerpos de las víctimas no fueron exhumados y entregados a sus descendientes.
A lo largo de los años algunos afirman haber visto, o oído, al espectro de Waltz vagando por las montañas, tarareando una canción tradicional alemana o riéndose a carcajadas ante el pánico del atemorizado campista. Otros dicen que han visto los espectros de los Peralta, o de guerreros apaches (a veces sin cabeza) o incluso de una mujer llorosa vestida de blanco en un punto u otro de las Supersticiones. En épocas más modernas (después de los 60, principalmente) también ha habido ocasionales avistamientos de ovnis y la versión local de Arizona del bigfoot, el monstruo de Mogollon.
Buscadores en la era pulp
La leyenda es muy popular en la América de la era pulp, artículos de prensa, novelas y libros de aventureros reales tocan o referencian el tema de forma regular y la promesa de un gran tesoro oculto (y multitud de supuestos mapas del tesoro de dudosa autenticidad) en alguna parte de los Montes de la Superstición atrae a buscadores más o menos preparados para enfrentarse a las dificultades...y no todos salen vivos de allí.
En el verano de 1931 uno de estos buscadores, el sexagenario Adolph Ruth, desapareció en las montañas. Su desaparición se convirtió en fuente de noticias sensacionalistas (publicadas mayormente por el Arizona Republic) y más cuando cráneo fue localizado en diciembre del mismo año, mientras que su cuerpo solo se encontró en enero del año siguiente, a unos 600 metros de donde apareció su cráneo. Informes contradictorios cuentan que el cráneo mostraba un agujero de bala, aunque las autoridades oficialmente declararon su muerte como accidental y la separación del cuerpo y la cabeza como producto de la acción de los coyotes y otros animales carroñeros. Pero, a lo largo de las décadas, otras muertes han presentado esta misma separación anatómica de forma regular, llevando a algunos a sugerir explicaciones más siniestras.
En 1933 un artículo sobre la desaparición de otro buscador llamado J.A. "Tex" Bradford, en ese año, se afirma que se trata de la 10ª desaparición misteriosa relacionada. Otro artículo muy posterior (1966) habla de al menos 21 homicidios probados, junto con un número indeterminado de muertes accidentales, desapariciones, etc.
El famoso visionario y místico americano Edgar Cayce (1877-1944) también se interesó por el tesoro, y en 1944 afirmó en una de sus lecturas haber localizado la mina, situándola en las cercanías de Weaver's Needle.
Barry Storm publicó varios libros sobre el tesoro en los 30 y los 40, entre ellos el más conocido Thunder Gods Gold de 1945, que fue adaptada al cine como Oro Maldito (Lust for Gold, 1949, y S. Sylvan Simon), con Glenn Ford como Jacob Waltz e Ida Lupino como Julia Thomas. En ellos afirma haber sido objeto de disparos, por persona o personas desconocidas, mientras exploraba la montaña. Sin llegar a señalar culpables, parece indicar que alguien está efectivamente defendiendo u ocultando conscientemente todo rastro del oro.
El escritor Erle Stanley Gardner, el creador del archiconocido Perry Mason, realizó su propia búsqueda infructuosa del tesoro en helicóptero, ya en la década de 1960, cuando afirma que había descubierto historias de al menos 350 muertes "inexplicables" en las montañas, pero desgraciadamente no da más detalles sobre las mismas o como llegó a dicha cifra.
La mina del alemán perdido para la Llamada de Cthulhu
Llegar hasta las montañas de la superstición es sencillo en los años 30, al menos si los investigadores disponen de un coche privado, pero no es un territorio amable ni densamente poblado (la población total de Arizona en 1920 es de tan solo 334162 personas y Phoenix no llega los 40 000 residentes).
Al este del macizo, Apache Junction (que hasta 1922 era conocido como Youngsberg Junction) es apenas un puñado de edificios en torno al cruce de la autopista Globe-Phoenix y el Apeche Trial. Hacia el oeste Miami, con poco más de 6000 habitantes, es el centro habitado más cercano. Hacia el norte, hasta la frontera con Utah, y el sur, hasta llegar a Tucson, se abren espacios abiertos, sin ciudades ni pueblos de importancia. En el mismo Apache Trial la ciudad fantasma de Goldfield (unos cuantos edificios ruinosos de madera de las décadas de 1880-1890) recuerda una época de mayor prosperidad.
Pero literalmente el último punto de civilización, en este caso la parte sur de la sierra, es el Bent Triangle Ranch, un rancho ganadero que ha pasado por mejores tiempos, regentado desde 1910 por un tal Robert "Ox" Brighstone, donde a veces los buscadores de tesoros pueden encontrar hospitalidad o consejo (normalmente que no pierdan el tiempo en "tonterías y leyendas de viejas"). Desde hace poco aumentan sus magros ingresos, el negocio ganadero está en crisis desde el fin de la guerra, ofreciendo habitaciones y "experiencias rancheras" a turistas (lo que en América llaman dude ranch, donde los turistas van a montar a caballo, atar reses y jugar a ser verdaderos trabajadores de un rancho durante un fin de semana).
Por cierto, en el caso de la desaparición de Ruth algunos han señalado (sin pruebas) a ex-trabajadores del rancho como responsables de la desaparición y, quizás, del robo de un mapa (adquirido supuestamente de un descendiente de los Peralta en 1912) que aquel afirmaba poseer y no se encontró entre sus objetos personales.
En realidad el oro (y otros objetos) guardado en la cueva, que no es realmente (o principalmente) una mina, se trata de un alijo de tesoros k'n-yanos, un repositorio de piezas de oro, instrumentos de metal-tulu y tecnología alienígena, olvidado por casi todos (incluso por los habitantes mismos de K'n-yan), pero que cuenta con sus propios sistemas de defensa, en forma de una arcana maquinaria, situada en el punto más profundo de la mina.
Tiene los siguientes efectos:
- Provoca un aura de confusión, que impone un dado de penalización a cualquier tirada de orientarse, seguir rastros o descubrir que busque localizar la mina en toda la superficie de las montañas (área amarilla). En el área más cercana a la mina (círculo rojo) la penalización se incrementa a dos dados.
- Durante la noche, los personajes "sensibles" (COR menor de 60 o el talento Poder psíquico) dentro del área marcada en color amarillo sufrirán alucinaciones provocadas por la maquinaria. La máquina incide directamente sobre el cerebro de la víctima, provocando un aura de miedo sobrenatural y provocando alucinaciones visuales y sonoras (que pueden ser distintas entre diferentes individuos, e irán desde luces y sonidos inexistentes hasta los espectros mencionados más arriba), enfrentarse a una de esas alucinaciones requiere una tirada de COR 0/1d4. Dentro del área roja, o para personas con COR inferior a 40, estas alucinaciones pueden producirse también de día, pero siempre en áreas oscuras o en sombras.
Pero también cuenta con otro sistema adicional, lo cierto es que Brighstone es el responsable de muchas de estas desapariciones... aunque el mismo no lo sepa. Él, como muchos otros, en su juventud también buscó la mina y, al contrario que la mayoría, tuvo la mala suerte de encontrarla. En la cueva fue poseído por el espectro, de un hechicero-científico k'n-yano (llamado M'nir-thull) aprisionado en la caverna hace muchos miles de años.
M'nir-thull fue castigado por herejía y brujería por adorar a Tsathoggua, su cuerpo fue destruido y su mente grabada en el recodificador para futuro castigo. Pero cuando sus congéneres abandonaron la región para retirse hacia Tsath, hace miles de años, la máquina y su mente grabada quedaron atrás, un eco del ser que una vez fue. Con el tiempo descubrió como abandonar su prisión y hacerlo de forma agresiva, durante los últimos siglos ha poseído sucesivamente una serie de cuerpos humanos con los que ha hecho todo lo posible por mantener la Mina oculta (quienes han sido estos cuerpos puede dar lugar a varias investigaciones diferentes, posiblemente Waltz fuera uno de ellos, pero las encarnaciones anteriores y posteriores quedan a discreción del Guardián), principalmente difundiendo desinformación de una forma u otra.
Desde entonces el k'n-yano ha permanecido por lo general durmiente dentro de Brighstone (que solo es consciente de algunas lagunas inexplicables en sus recuerdos); solo toma el control cuando necesita acabar con algún buscador demasiado insistente. Normalmente utilizará métodos convencionales (un derrumbamiento provocado en el momento oportuno, incluso un disparo de rifle desde larga distancia,...). De esta manera, aunque no lo recuerde, efectivamente mató a Ruth y le robó su mapa, que realmente podría haberle llevado hasta la caverna donde descansa el tesoro (el uso de este mapa proporciona dos dados de ventaja para buscar la cueva, anulando el efecto del área de confusión), lo tiene aún guardado en su despacho, en uno de los cajones de su escritorio, aunque no recuerde siquiera que hace allí.
Brighstone es directo, chistoso (aunque sus bromas no siempre sean graciosas) y amigable, M'nir-thull es frío, calculador y, sobre todo, despiadado, hará cualquier cosa para evitar que unos extraños se hagan con los tesoros de la caverna y no le importa a quién o qué se pueda llevar por delante. Una tirada de psicología puede notar estos cambios de comportamiento y lenguaje corporal, aunque suelen ser reacciones breves y casi inconscientes.
Algunos de los trabajadores del rancho han notado cosas extrañas en el comportamiento de su jefe (verle salir de noche a deshoras y luego afirmar no recordarlo, ocasionales gestos extraños o miradas inhumanas ante preguntas inocentes,...), pero no más allá y tampoco les gusta hablar de ello con extraños. Ninguno de ellos hará cosas claramente ilegales que este les ordene, pero si están más que dispuestos a gastar "bromas" a los forasteros (quizás cambiar algunas señales de caminos, dar un susto en la noche o similar) para disuadirlos de internarse demasiado en las montañas (o por simple aburrimiento).
Robert "Ox" Brighstone (M'nir-thull)
FUE 60 CON 65 TAM 80 DES 60 INT 70 (100)
APA 55 POD 60 EDU 60 Cor 40 PV 15
BD: +1d4 Corp.: 1 Mov.: 6 PM: 16
Combate:
Fusil/Escopeta 65% (.2020 Lee-Enfield, Daño 2d6+4)
Arma corta 60% (.45 Colt Single Action, Daño 1d10+2)
Pelea 55%
Habilidades: Charlatanería 30%, Conducir automóvil 40%, Conducir maquinaria 30%, Descubrir 60%, Equitación 50%, Historia 25%, Mecánica 30%, Naturaleza 40%, Orientarse 45%, Sigilo 45% (Intimidar 60%, Ciencias [Biología] 60%, [Química] 60%, Mitos de Cthulhu 45%).
Idiomas: Inglés 60%, español 15%, k'n-yano 80%
Conjuros: Dominar, Nublar la memoria, Palabras poderosas, Protección corporal
Recodificador de engramas
Esta maquina (y el término máquina siempre tiene un significado complejo cuando hablamos de tecnología k'n-yana), permite reescribir los engramas cerebrales de un individuo, modificando su memoria y en cierta forma reescribiendo su identidad. En la antigua K'n-yan era utilizado como castigo para algunos criminales, sobrescribiendo los engramas de un individuo en un cuerpo inferior (lo que los antiguos llamaban y'm-bhi). Físicamente es una gran consola de pared (de unos cinco metros de ancho, 3 de alto y un metro de profundidad) de un metal oscuro desconocido (Mitos de Cthuhlu permite identificarlo como metal-Tulu), con inscripciones, ruedas mecánicas y diales triangulares y una plataforma circular de una piedra rojiza y lisa.
Encontrándose tanto él como su objetivo dentro de la cueva puede activar la máquina para extraer sus engramas del cuerpo de Brightstone e intentar poseer a un ser humano vivo. Abandonar el cuerpo le costaría todos sus puntos de magia (dejando el cuerpo de Brighstone inconsciente). Esto provocará una vibración perceptible, así como que algunos indicadores se muevan enloquecidos durante unos segundos.
Para, a continuación, recodificar otra mente debe superar un proceso que pasa por dos fases:
- Infección: el atacante debe superar al defensor en una tirada de POD contra POD. En caso de superarlo la mente invasora queda en estado larvario, sin poder actuar sobre la mente consciente todavía. Este ataque solo puede realizarse en el interior de la Mina, aunque M'nir-thull puede permanecer indefinidamente en la memoria del decodificador. El ataque en si solo dura un asalto, pero provoca un agudo dolor de cabeza, tirada de CON para poder actuar sin un dado de desventaja durante unos diez minutos después del mismo. Si M'nir-thull falla en esta primera tirada de infección el objetivo se considerará inmune a otros intentos de infección futuros.
-Toma de control: Durante los siguientes días, cada anochecer, debe hacer una nueva tirada de POD contra POD y deben considerarse los victorias y derrotas de M'nir-thull. Cada victoria añade un dado de ventaja para las siguientes tiradas y cada derrota un dado de desventaja (recuerda que un dado de desventaja y uno de ventaja se anulan entre si). Si acumula tres éxitos, el atacante puede tomar finalmente posesión del cuerpo, sin embargo si antes llega a tres fracasos debe abandonar el cuerpo de nuevo. Si en ese momento no se encontrara dentro del alcance de la máquina (área amarilla) su mente no tendrá donde refugiarse y será destruida. Sin embargo si está dentro del área amarilla puede volver a retirarse a la máquina. Durante esta fase de toma de control el defensor irá notando una creciente cadena de síntomas: lapsos de memoria, confusión, glosolalia (en realidad palabras en k'n-yano) y pesadillas con temas relacionados con la civilización subterránea.
- Cada tirada de POD enfrentada (en ambas fases), sea cual sea el resultado para uno y otro, provocará una perdida de cordura en el defensor (1/1D6).
La mente del individuo poseído no es totalmente borrada, aunque M'nir-thull pasa a ser la parte controladora de la personalidad, normalmente permanecerá durmiente, dejando que su víctima continúe engañada con su vida normal (usando sus conjuros para eliminar, en caso de ser necesario, el recuerdo de los momentos en que toma el control del cuerpo). Aunque conserva su inteligencia superdotada (100), el POD pasará a ser el de la víctima. Si M'nir-thull decide abandonar el cuerpo (quizás para poseer a otro o por que el individuo este herido de gravedad) la mente original volverá a ser la única dominante, pero con una perdida adicional de Cordura 1/1D6.
Candidatos a la posesión
M'nir-thull no intentará la posesión si no es su última posibilidad (especialmente si eso conlleva llevar a alguien hasta la cueva), y tiene que tener mucho cuidado con a quién elige como víctima ya que se juega su propia destrucción. Debido a que el POD pasa a ser el de la víctima, y no el del cuerpo original, su valor actual (el que fuera el original de Brightsone) no es demasiado alto y así, aunque su intención sería poseer al más poderoso y hábil de los personajes, es muy posible que en esa disputa esté en desventaja contra el elegido
De la misma manera si un personaje ha demostrado talentos excepcionales (especialmente en una campaña pulp un personaje con el talento Poder psíquico) tendrá más papeletas de sufrir el ataque inicial. Si un personaje ya ha tenido contacto anterior con K'n-yan o alguno de sus habitantes y tecnología también puede ser de especial interés para ser poseído.
Si va fallando la tirada de infección intentará atacar sucesivamente a víctimas más accesibles, si no consiguiera infectar a nadie... bueno, su mente puede permanecer en la máquina mientras esta exista.
El tesoro
Debido a la naturaleza paramagnética del metal tulu, que forma una parte importante de las máquinas y el alijo) se podría utilizar otro fragmento de dicho material como brújula para ayudar (dando un dado de ventaja que puede anular parcialmente el efecto del aura de confusión) a orientarse para encontrar la cueva. Las máquinas en si están ancladas al suelo y su funcionamiento requiere el uso de capacidades mentales y paranormales de los k'n-yanos, manipularlas descuidadamente puede ser una buena explicación para provocar el derrumbamiento de la cueva (o puede hacerlo un individuo poseído por M'nir-thull de forma consciente).
Dependiendo de la campaña y el alcance que quieras que tenga este descubrimiento las inscripciones y mensajes pueden conducir hacia la misma K'n-Yan o incluso los túneles de la mina pueden abrirse hacia las Tierras del Sueño, el abismo de N'Kai y otros misterios subterráneos.
Pulsa para mostrar el mapa con la localización visible y el mapa del interior de la mina.











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