Cosas para leer: Rocketeer, Cargo of doom por Mark Waid y Chris Samnee


Continúan las aventuras de Cliff Secord  bajo el sello de IDW, esta vez en forma de historia larga, en una miniserie (publicada ahora en tomo). En realidad es la primera aventura larga que produce IDW, tras reeditar las historias originales y después de los relatos cortos publicados en Rocketeer Adventures con un equipo creativo estelar, que ya hizo sus pinitos con el personaje en dicha antología.  Se trata de una miniserie correcta, muy agradable de leer y de ver, pero que resulta más convencional  y exagerada que las historias originales. 

El dibujo de Samnee es, a simple vista, bastante diferente al de Dan Stevens (el creador del personaje, perteneciente a la tradición de la ilustración realista clásica), con un estilo algo más caricaturesco y con menor peso de las sombras y los volúmenes y más de las formas abstractas. gualmente es un trabajo de gran calidad y aporta una modernidad propia al tebeo. Ofrece su propia versión de los personajes y lugares de las historias originales, reconocibles pero diferentes. Además también aparecen nuevos secundarios y un nuevo y misterioso villano diseñados por él, personajes que, sin duda, seguirán apareciendo en siguientes aventuras del héroe de la mochila-cohete. La versión en tomo se completa con una reproducción, la mayoría a tamaño reducido, de los bocetos de todas las páginas de la miniserie, que nos permiten apreciar mejor el trabajo de Samnee en cuanto a narrativa sin necesidad del color, faceta en la que destaca.

También el coloreado (realizado por Jordie Bellaire) es más esquemático que el de tipo realista utilizado en la reedición de las historias originales, y quizás con una selección de colores demasiado saturada para mi gusto, pero combina bien con el cambio en el estilo de dibujo. 


En cuanto al guion este intenta mantener la combinación de aventuras y romance que caracterizaba las historias originales, donde los vaivenes de la relación entre Cliff y Betty eran tan, o más, importantes como el enfrentamiento con el villano de turno. Pero resulta curiosa cierta “desexualización” de Betty, nada de splash pages con ella en atuendos sugerentes en este tomo,  cuya carrera profesional como modelo/pin-up/actriz tampoco es apenas mencionada en la miniserie. El hecho de que algunas de las tramas no queden cerradas en esta miniserie, que parece servir como introducción de una historia mayor, también puede ser un impedimento para el disfrute de la misma de forma aislada.
La historia principal gira en torno a un misterioso cargamento vivo traído de cierta isla en las cercanías de Sumatra, que nunca es nombrada directamente pero creo que todos sabemos a cual se refiere, cargamento que,  por supuesto, termina siendo liberado en una sorprendida Los Angeles y que sólo nuestro héroe puede detener.

Desde mi punto de vista  quizás se trata de un argumento un punto demasiado exagerado y fantástico en comparación con las historias de Stevens. Muchas reseñas en la red alaban el tono “pulp” del argumento pero creo que esta idea parte de una concepción surgida de un desconocimiento parcial del género, un conocimiento más conseguido por fuentes indirectas (que tienden a destacar estos elementos más exagerados) que por una lectura de los relatos originales mismos.

Si resulta agradable, por otra parte, leer un cómic alejado de la narrativa “descomprimida” tan de moda hoy día; este es un comic en que pasan cosas, en que los personajes tienen espacio para actuar y hablar sin verse la trama innecesariamente alargada.

Dos curiosidades más que me han llamado la atención, para terminar. Una es la forma en que Waid decide continuar con la tradición de las referencias a los héroes pulp clásicos, en este caso introduciendo a un criminal que parece haber sido sometido al tratamiento cerebral dado por Doc Savage a sus enemigos, aunque de nuevo sin ser nombrado directamente. Hay algunas reseñas que identifican a otro de los villanos de la historia con John Sunligth (el único villano recurrente en aparecer en los pulps del buen doctor) pero personalmente, y precisamente acabo de releer la Fortaleza de la soledad (the Fortress os Solitude), etngo que admitir que no se me pasó por la cabeza dicha relación.  La otra curiosidad es el uso en la portada  del tomo (la que aparece en la parte superior de esta entrada) de una escena que no tiene relación alguna con lo que sucede en el anterior ¿intento consciente de sorprender a los lectores? ¿reaprovechamiento de una ilustración ya terminada?.

PUNTUACIÓN: 7/10


Comentarios