Cosas para leer: Lost in Shangri-La por Mitchell Zuckoff


Libro algo decepcionante, que narra una anécdota real (sucedida en los periodos finales de la II Guerra Mundial), pero que no termina de aprovechar realmente las ideas que su premisa parece sugerir. Casi da la sensación de que el autor empezó la investigación basándose en fragmentos de la historia, esperando encontrar realmente una gran aventura, y que al acabar quizás esta no era digna de tanto trabajo. 

El suceso se resume en que el 13 de mayo de 1945, un avión militar norteamericano (llamado el Gremlin Special) llevando a una veintena de personas a bordo, se estrelló en una región casi inexplorada, y de difícil acceso, de Nueva Guinea. Los supervivientes, heridos y sin apenas suministros, se enfrentaron a al jungla y a las dificultades del terreno, antes de ser localizados cuatro días después y rescatados, finalmente y tras superar diversas dificultades técnicas, el 28 de junio de ese mismo año. Durante esas semanas se les proporcionan suministros por vía aérea y un pequeño grupo de paracaidistas filipinos (incluyendo a su oficial norteamericano y a un documentalista "rebotado" de Hollywood) se unen a los supervivientes para atender sus heridas y protegerles de los potencialmente peligrosos nativos. 

El autor intenta trazar perfiles de gran parte de los personajes implicados, de los supervivientes, de los fallecidos en el accidente, de los soldados e, incluso, de los nativos (donde las fuentes de época son más parcas e indirectas). Cuenta para ello con referencias documentales, a los textos escritos en la época, y entrevistas posteriores con algunos de los implicados o sus descendientes. Las biografías de los personajes que van atravesando sus páginas, desde el explorador Richard Archbold (que parece ideal para explicarle a alguien el concepto de diletante) hasta la superviviente Margaret Hastings (de la que quizás con demasiada insistencia se recalca su belleza), ofrecen detalles interesantes sobre la vida en las primeras décadas del siglo XX. 

A lo largo de sus páginas se tratan varios puntos de interés para el autor de este blog, y espero que para los escasos lectores. Entre otros es curiosa la elección por parte de los norteamericanos del nombre Shangri-La para referirse al valle aislado donde se produjo el accidente (mostrando la penetración en el imaginario popular de la novela Horizontes perdidos de James Hilton y de la película homónima de 1937), una breve referencia al origen del término gremlin en el argot de los pilotos aliados o el repaso a la historia de los planeadores sin motor (que se usaron para rescatar finalmente a los supervivientes del accidente) durante la II Guerra Mundial.  

También los apuntes antropológicos sobre la población del valle, llamado hoy valle de Baliem, resultan intrigantes, pero los protagonistas del libro tampoco se sumergen demasiado en el asunto (limitados por las barreras idiomáticas) y parecemos testigos de una historia de incomprensión mutua, que da lugar a algunos de los momentos cómicos que salpican sus páginas. Igualmente el capítulo dedicado a la historia del valle desde los 40, y sus circunstancias actuales, se queda bastante corto. 

El texto está muy bien escrito, ilustrado con numerosas fotografías (aunque algunas de calidad discutible) y se lee con satisfacción pero, en realidad, no termina de pasar nada durante gran parte de las páginas, más allá de la descripción de las rutinas diarias establecidas en el valle. Algunas sugerencias de tensiones se resuelven sin llegar a producirse, dejando igualmente una sensación de decepción. Por supuesto no se puede culpar a una historia real de falta de emociones, al fin y al cabo pedirle que cuente más de lo que sucedió sería traicionar la naturaleza testimonial del libro, pero igualmente la sensación al terminar sus páginas es de frustración de las expectativas.

Como siempre con las obras imperfectas se abren muchas posibilidades para la reinterpretación y la apropiación,  quizás el escenario de los supervivientes perdidos en un valle aislado sea suficiente para hacer despegar tu imaginación. Por otro lado algunos de los escenarios hipotéticos que no llegan a realizarse (como la alianza de algunos jefes nativos para expulsar a los supervivientes o el descubrimiento de una columna de soldados japoneses dejados atrás) pueden añadir algo más de emoción a tu propia versión de la aventura. 


Puntuación: 6/10

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