Las historias pulp están llenas de lugares mágicos, inexplicables o ocultos que sirven como localización excepcional para las aventuras de nuestros héroes. Incluso los héroes más urbanos, como La Sombra, a menudo terminan encontrandose en estas situaciones y en estos lugares legendarios.
Los lugares misteriosos son algunas de estas localizaciones que he usado en alguna de las aventuras de los personajes o que siempre he querido usar y nunca he tenido la ocasión. la mayoría han sido extraídos de la literatura de género (o de la literatura en general) y de los libros de historia, mitología y, ocasionalmente, la literatura de misterios que vende fantasía como si fuera historia.
Ciudad de los Inmortales, África del Norte Italiana (Libia)
Estas impresionantes ruinas se encuentran en algún punto de la región desértica conocida como Tadrart Acacus, rica en restos prehistóricos, cerca de la frontera con las posesiones francesas de Argelia.
Sobre una elevada meseta, aparentemente inaccesible, se alza este lugar, una ciudad de apariencia monumental y que, ante la vista, parece apenas afectada por el paso de los siglos. Los edificios parecen formar, sin embargo, una pared continua y desde el exterior es muy difícil apreciar demasiado del interior de la ciudad. Los edificios son de diversas rocas, algunas de ellas obviamente traídas de lugares lejanos, en tiempos olvidados, lo que aumenta la sensación de extrañeza que provocan las edificaciones.
Para entrar en la ciudad e intentar descubrir sus secretos es necesario utilizar un laberíntico sistema de cavernas excavadas en la roca que le sirve de base, túneles oscuros y secos que ,tras muchas vueltas y revueltas, desembocan en una de sus calles.
Pero al llegar allí se descubre la verdad: no hay tesoros ocultos, nadie reside en esos fantásticos palacios vislumbrados desde el exterior; en realidad es sólo la sombra de una ciudad, vacía de vida y construida sin ninguna lógica, sin ningún plan discernible; escaleras que no van a ninguna parte o que surgen de un muro, edificios suntuosos sin ninguna entrada o puertas a las que no se puede alcanzar plagan la construcción.
Aunque los materiales son suntuosos, el oro brilla sobre el mármol y las joyas refulgen al sol inclemente del desierto, la ciudad produce una sensación de antinatural desasosiego y pocos la soportan mucho tiempo. Los más nerviosos afirman haber visto sombras moverse tras sus dinteles y haber oído susurros ahogados, o incluso carcajadas, a sus espaldas.
A su sombra habitan algunos cavernícolas muy primitivos, sin lenguaje discernible, en torno a un cenagoso río, se alimentan fundamentalmente de serpientes e insectos. Se desconoce el origen de este grupo lastimero. Parecen ignorar la ciudad que se encuentra sobre ellos como si no les interesara y nunca responden, ni siquiera por signos, a las preguntas que sobre ella puede hacer el visitante.
Aunque estos cavernícolas no son peligrosos, no suelen ser violentos, la ciudad se encuentra en un territorio árido y rodeado de peligros incluyendo no sólo los naturales del clima extremo, los animales y el frío nocturno, si no también el movimiento de bandidos y contrabandistas a lo largo de la frontera.
La ciudad más cercana es Ghat, bajo control italiano incierto y que cuenta, desde 1923, con una fortificación para protegerse de los ataques de la Hermandad de los Senussi: Una orden religiosa y militar de inspiración sufí, fundada en 1837 en la Meca, pero establecida muy pronto en el Mahgreb, que tienen su centro en la ciudad de Bayda.
Nadie sabe con seguridad quien elevó esta ciudad pero una leyenda tamahaq, tribu tuareg local, afirma que el río pantanoso que corre a los pies de la meseta es el legendario Río de la Eterna Juventud y que la ciudad fue alzada por los mismos inmortales, que hastiados de su vida eterna (o quizás debido a la manifestación de un ser ultraterreno) la abandonaron para vivir como trogloditas. La dicha tribu tamahaq considera el lugar maldito y harán todo lo posible para evitar que nadie se acerque a la meseta y al río, desde negarse a guiar a una expedición a través del desierto a atacarles si creen que no tienen otro remedio.
Pese a lo que se ha afirmado, algunos estudiosos piensan que en la ciudad si existe una riqueza digna del viaje. Es posible que en alguna sala remota en el interior de la ciudad, protegida por la estructura aparentemente caótica de la ciudad, se conserva una gigantesca biblioteca en la que se pueden encontrar textos de fantástica antigüedad. Incluso es posible que versiones integras de obras que hoy se creen perdidas, desde tratados de la antigüedad a grimorios alienígenas.
La ciudad de los inmortales mantiene ciertas similitudes, y una posible conexión, con otras ciudades abandonadas como Irem de los Pilares en Arabia o la, relativamente, cercana Zerzura.
Los lugares misteriosos son algunas de estas localizaciones que he usado en alguna de las aventuras de los personajes o que siempre he querido usar y nunca he tenido la ocasión. la mayoría han sido extraídos de la literatura de género (o de la literatura en general) y de los libros de historia, mitología y, ocasionalmente, la literatura de misterios que vende fantasía como si fuera historia.
Ciudad de los Inmortales, África del Norte Italiana (Libia)
Estas impresionantes ruinas se encuentran en algún punto de la región desértica conocida como Tadrart Acacus, rica en restos prehistóricos, cerca de la frontera con las posesiones francesas de Argelia.
Sobre una elevada meseta, aparentemente inaccesible, se alza este lugar, una ciudad de apariencia monumental y que, ante la vista, parece apenas afectada por el paso de los siglos. Los edificios parecen formar, sin embargo, una pared continua y desde el exterior es muy difícil apreciar demasiado del interior de la ciudad. Los edificios son de diversas rocas, algunas de ellas obviamente traídas de lugares lejanos, en tiempos olvidados, lo que aumenta la sensación de extrañeza que provocan las edificaciones.
Para entrar en la ciudad e intentar descubrir sus secretos es necesario utilizar un laberíntico sistema de cavernas excavadas en la roca que le sirve de base, túneles oscuros y secos que ,tras muchas vueltas y revueltas, desembocan en una de sus calles.
Pero al llegar allí se descubre la verdad: no hay tesoros ocultos, nadie reside en esos fantásticos palacios vislumbrados desde el exterior; en realidad es sólo la sombra de una ciudad, vacía de vida y construida sin ninguna lógica, sin ningún plan discernible; escaleras que no van a ninguna parte o que surgen de un muro, edificios suntuosos sin ninguna entrada o puertas a las que no se puede alcanzar plagan la construcción.
Aunque los materiales son suntuosos, el oro brilla sobre el mármol y las joyas refulgen al sol inclemente del desierto, la ciudad produce una sensación de antinatural desasosiego y pocos la soportan mucho tiempo. Los más nerviosos afirman haber visto sombras moverse tras sus dinteles y haber oído susurros ahogados, o incluso carcajadas, a sus espaldas.
A su sombra habitan algunos cavernícolas muy primitivos, sin lenguaje discernible, en torno a un cenagoso río, se alimentan fundamentalmente de serpientes e insectos. Se desconoce el origen de este grupo lastimero. Parecen ignorar la ciudad que se encuentra sobre ellos como si no les interesara y nunca responden, ni siquiera por signos, a las preguntas que sobre ella puede hacer el visitante.
Aunque estos cavernícolas no son peligrosos, no suelen ser violentos, la ciudad se encuentra en un territorio árido y rodeado de peligros incluyendo no sólo los naturales del clima extremo, los animales y el frío nocturno, si no también el movimiento de bandidos y contrabandistas a lo largo de la frontera.
La ciudad más cercana es Ghat, bajo control italiano incierto y que cuenta, desde 1923, con una fortificación para protegerse de los ataques de la Hermandad de los Senussi: Una orden religiosa y militar de inspiración sufí, fundada en 1837 en la Meca, pero establecida muy pronto en el Mahgreb, que tienen su centro en la ciudad de Bayda.
Nadie sabe con seguridad quien elevó esta ciudad pero una leyenda tamahaq, tribu tuareg local, afirma que el río pantanoso que corre a los pies de la meseta es el legendario Río de la Eterna Juventud y que la ciudad fue alzada por los mismos inmortales, que hastiados de su vida eterna (o quizás debido a la manifestación de un ser ultraterreno) la abandonaron para vivir como trogloditas. La dicha tribu tamahaq considera el lugar maldito y harán todo lo posible para evitar que nadie se acerque a la meseta y al río, desde negarse a guiar a una expedición a través del desierto a atacarles si creen que no tienen otro remedio.
Pese a lo que se ha afirmado, algunos estudiosos piensan que en la ciudad si existe una riqueza digna del viaje. Es posible que en alguna sala remota en el interior de la ciudad, protegida por la estructura aparentemente caótica de la ciudad, se conserva una gigantesca biblioteca en la que se pueden encontrar textos de fantástica antigüedad. Incluso es posible que versiones integras de obras que hoy se creen perdidas, desde tratados de la antigüedad a grimorios alienígenas.
La ciudad de los inmortales mantiene ciertas similitudes, y una posible conexión, con otras ciudades abandonadas como Irem de los Pilares en Arabia o la, relativamente, cercana Zerzura.
A lo mejor es simple coincidencia, pero veo que te has inspirado en Borges. xD
ResponderEliminarBuen blog, por cierto.
Claro que me he inspirado en Borges, un grande sin duda.
ResponderEliminarGracias por el comentario y perdón por la tardanza