Hiperbórea, también conocida como Thule, o Última Tule en ciertos ambientes, es otra tierra perdida del pasado, considerada mítica por la investigación histórica tradicional. La localización geográfica donde se habría encontrado esta región se sitúa casi universalmente en el extremo norte del mundo, ya sea en la parte más septentrional del continente asiático, en Groenlandia o más allá, bajo las aguas heladas del Océano ártico. Literalmente la palabra hiperbórea es la transcripción un vocablo griego que se refiere a las tierras "más allá del boreas (el viento del norte)" aunque otra etimología relaciona el vocablo con el héroe epónimo de los hiborios, Bori. Se han barajado diversas teorías sobre el nombre con el que los hiperbóreos se designaban a si mismo, proponiéndose algunos como Lomar, aunque otros creen que el nombre original de la nación ha sido ocultado por una cuestión de tabú suedoreligioso y no puede ser pronunciado, al menos sin nefastas consecuencias.
Los restos arqueológicos que han podido vincularse con Hiperbórea son escasos, y en la mayoría de los casos su atribución es dudosa. No se han localizado, al menos que el público general sepa, ninguna de sus antiguas ciudades, ni siquiera fortalezas o templos que se puedan adscribir con seguridad. Un grupo minoritaria defiende la teoría de que Hiperbórea, o las distintas regiones que han sido conocidas como tal, no se encuentran en el mundo de la superficie si no en el interior, dentro de lo que sus defensores llaman la Tierra Hueca o incluso en las Tierras del Sueño.
La leyenda hiperbórea más conocida, que ha llegado hasta nosotros, tiene su origen entre los autores griegos clásicos, que hablan de esa tierra "más allá del viento del norte" como un paraíso septentrional, poblado por inmortales, donde no existe el invierno y la describen como un lugar contemporáneo con su propia civilización. Así ya lo menciona Heródoto en el siglo V a.C., y son muchos los autores clásicos que los mencionan, situándolos en diversos lugares, tanto cercanos (como Tracia) o lejanos (como Britania). Aquellos que aceptan hoy la existencia histórica de Hiperbórea, pero en periodos más antiguos, consideran que estos testimonios clásicos son sólo el recuerdo lejano de la existencia de un pueblo que vivió en una época mucho más remota, aunque es imposible determinar cuanto exactamente.
Los restos arqueológicos que han podido vincularse con Hiperbórea son escasos, y en la mayoría de los casos su atribución es dudosa. No se han localizado, al menos que el público general sepa, ninguna de sus antiguas ciudades, ni siquiera fortalezas o templos que se puedan adscribir con seguridad. Un grupo minoritaria defiende la teoría de que Hiperbórea, o las distintas regiones que han sido conocidas como tal, no se encuentran en el mundo de la superficie si no en el interior, dentro de lo que sus defensores llaman la Tierra Hueca o incluso en las Tierras del Sueño.
La leyenda hiperbórea más conocida, que ha llegado hasta nosotros, tiene su origen entre los autores griegos clásicos, que hablan de esa tierra "más allá del viento del norte" como un paraíso septentrional, poblado por inmortales, donde no existe el invierno y la describen como un lugar contemporáneo con su propia civilización. Así ya lo menciona Heródoto en el siglo V a.C., y son muchos los autores clásicos que los mencionan, situándolos en diversos lugares, tanto cercanos (como Tracia) o lejanos (como Britania). Aquellos que aceptan hoy la existencia histórica de Hiperbórea, pero en periodos más antiguos, consideran que estos testimonios clásicos son sólo el recuerdo lejano de la existencia de un pueblo que vivió en una época mucho más remota, aunque es imposible determinar cuanto exactamente.
Uno de los testimonios más valiosos sobre Hiperbórea, el texto del Libro de Eibon (y las especulaciones teosóficas asociadas con el mismo), sitúa la existencia de este continente y civilización hace millones de años, lo que lo situaría mucho antes de la supuesta aparición del ser humano sobre la Tierra. Sin embargo, como veremos más adelante, se trata de un texto tan contradictorio, y plagado de interpolaciones, que resulta imposible tomarlo al 100% como testimonio histórico.
Otra tradición, basada en un puñado de inscripciones localizadas en yacimientos dispersos en el círculo ártico, ofrece cifras mucho más modestas, relacionadas con el máximo glacial en torno al 114000 B.P. que coincidiría también, aproximadamente, con la fecha de la supeusta destrucción de Mu-Lemuria.
Finalmente otros investigadores sitúan la existencia de Hiperbórea en fechas aún más tardías, durante la llamada Edad Hibórea (que la mayoría de investigadores sitúan en torno al 14000-9000 a.c.)
Es posible así que estemos hablando de varias realidades distintas, unidas por el nombre, confundidas en la tradición y, quién sabe, si por otros lazos más indeterminados.
Hiperbórea y la teosofía
Hiperbórea aparece en el esquema mitológico de la teosofía (la escuela filosófica-mística de Mademe Blavatsky y sus seguidores) como el hogar de la Segunda Raza Raíz. Esta se trataría de una especie casi completamente espiritual, que representaría sólo el primer paso en el descenso hacia la materialidad desde el puro espíritu, que es el motor de la antropogénesis teosófica*.* Para los teósofos una serie de razas raíz sucesivas habría poblado la tierra durante millones de años. Los primeros habitantes habrían sido seres perfectamente espirituales mientras que cada ciclo sucesivo habría significado una mayor materialidad. Nuestra propia raza raiz representaría el punto más bajo de espiritualidad y el principio de un nuevo ciclo ascendente. Este idea está tomada directamente de ciertas ideas cosmológicas hinduistas.
La Hiperbórea de Eibon
Como ya hemos dicho uno de los principales argumentos a favor de la creencia en la antigua cultura Hiperbórea es un documento conocido como Libro de Eibon. La civilización que describe es claramente humana, y muy diferente a la planteada por los teósofos.El libro describe la vida de un hechicero hiperbóreo en su época "clásica", con un buen puñado de interpolaciones tardías, así como incluye diversos hechizos, conjuros e invocaciones supuestamente creados o recogidos por ese tal Eibon. Es posible que Eibon sea una mezcla de diversos personajes históricos, de distintas eras, explicando así ciertas contradicciones en el relato, que incluso llega a presentar teorías alternativas sobre la muerte (o falta de esta) del hechicero. Otros creen que Eibon fue únicamente el autor material del libro, pero que lo redactó reuniendo leyendas atribuidas originalmente a otros magos más antiguos, y haciéndose a si mismo protagonista para apropiarse del prestigio de estos.
De forma secundaria el libro nos permite conocer diversos aspectos de la sociedad, cultura y tecnología hiperbóreas. Así en este texto se habla de dos ciudades principales Commorion y Uzuldaroum y de la raza de seres simiescos llamados voormis. Es posible que estos seres, aunque reducidos a una condición casi animal en los tiempos en que fue redactado el grimorio, poseyeran con anterioridad su propia cultura antecesora, y posiblemente antecedente, de la hiperbórea humana.
El texto hace continuas referencias a deidades conocidas por otras fuentes, como Tsathoggua (cuyo culto en vida de Eibon estaba, sin embargo, prohibido) y otras desconocidas, como la diosa Yhoundeh, además de muchos otros seres y entidades míticas.
Existen diversas copias del Libro de Eibon, completo o en partes, en diversos idiomas, incluso un par de copias muy fragmentarias en supuesto hiperbóreo, guardadas en diversos museos, bibliotecas y colecciones privadas. Una historia de más completa de la que puedo escribir aquí sobre la tradición y traducciones del Libro de Eibon puede encontrarse en la informativa Enciclopedia de los Mitos de Cthulhu.
La descripción física de los hiperbóreos es poco clara, el autor no parece sentir la necesidad de describirse a si mismo o a sus compatriotas en profundidad. De lo que se ha podido extraer y de algunas obras de arte asociadas al libro, aparecen como seres casi, pero no totalmente, humanos con pequeños rasgos extraños: gran estatura, a menudo superando los 2 metros, lóbulos excepcionalmente alargados y piel antinaturalmente blanca y sin vello o con cabellos blanco muy fino (descripción que concuerda, al menos en parte, con la descripción del rostro grabado en la montaña Ngranek en Oriab, en las Tierras del Sueño que supuestamente representa a un Dios de dicha región).
Con esta versión o etapa de hiperbórea se relaciona también un idioma, llamado comúnmente hiperbóreo o tsath-yo, con un sistema pictográfico del que una muestra encabeza una sección anterior el artículo. Se conocen fragmentos del Libro de Eibon en esta lengua y diversas inscripciones y textos en dicho idioma, aunque ninguno de los cuales ha podido datarse fehacientemente en este remoto pasado.
También se supone que el conocido como Pentáculo Pnakótico fue utilizado por esta civilización, aunque su origen sería aún más antiguo. Otro texto o tradición menos conocido referido a la misma época es el ciclo de leyendas de Commoriom, atribuido al sumo hierofante de la Atlántida Klarkash-Ton (a quién en el Manuscrito de Sussex se identifica, por cierto, como un ávatar de Yog-Sothoth)
Según esta obra, llena de contradicciones y oscuridades, la causa del enfriamiento del globo, y la destrucción de Hiperbórea, seria sobrenatural. Este habría sido un proceso iniciado cuando el supremo templo del continente, llamado en el texto Gorinium (posiblemente una deformación de Commorion), fue profanado por la entidad Heca-Emem-Ra o Neb-Ogeroth, La Diosa Negra. Esta entidad también habría seducido y corrompido al último gran rey del continente, a quien da el nombre de Thot. Dando inicio así a una época oscura, de decadencia y magia negra antes de la definitiva desaparición de esta civilización. En otros capítulos del libro Heca-Emem-Ra es identificada con la diosa griega Hécate.
Sea como sea esta civilización hiperbórea (que podría ser, o no, la misma que describe Eibon) desapareció dejando pocos restos materiales y escasa influencia en otras culturas. Una de las piezas conocidas es una espada o machete largo de curiosa forma y doble filo que ha aparecido y desaparecido esporádicamente a lo largo de los milenios. Es posible que algunos descendientes remotos de este pueblo sobrevivieran en Groenlandia al menos hasta el siglo XI, cuando entrarían en contacto con los esquimales y los colonos vikingos.
También es posible que un grupo muy pequeño de sacerdotes huyeran hacia el sur conservando parte de su antiguo conocimiento y dando inicio a diversas ordenes y hermandades secretas en diversos puntos del globo o incluso en su interior que afirman tal cosa.
Con esta versión o etapa de hiperbórea se relaciona también un idioma, llamado comúnmente hiperbóreo o tsath-yo, con un sistema pictográfico del que una muestra encabeza una sección anterior el artículo. Se conocen fragmentos del Libro de Eibon en esta lengua y diversas inscripciones y textos en dicho idioma, aunque ninguno de los cuales ha podido datarse fehacientemente en este remoto pasado.
También se supone que el conocido como Pentáculo Pnakótico fue utilizado por esta civilización, aunque su origen sería aún más antiguo. Otro texto o tradición menos conocido referido a la misma época es el ciclo de leyendas de Commoriom, atribuido al sumo hierofante de la Atlántida Klarkash-Ton (a quién en el Manuscrito de Sussex se identifica, por cierto, como un ávatar de Yog-Sothoth)
El fin de la 2ª Hiperbórea y la "Verdadera historia secreta del Mundo"
Otro libro aún más polémico nos ofrece una narración detallada, aunque divergente, de la decadencia y destrucción de Hiperbórea, se trata de The True Secret History of The World escrito por la medium británica Amelia Dunn, presuntamente en estado de posesión, entre los años 1911-1913.Sea como sea esta civilización hiperbórea (que podría ser, o no, la misma que describe Eibon) desapareció dejando pocos restos materiales y escasa influencia en otras culturas. Una de las piezas conocidas es una espada o machete largo de curiosa forma y doble filo que ha aparecido y desaparecido esporádicamente a lo largo de los milenios. Es posible que algunos descendientes remotos de este pueblo sobrevivieran en Groenlandia al menos hasta el siglo XI, cuando entrarían en contacto con los esquimales y los colonos vikingos.
También es posible que un grupo muy pequeño de sacerdotes huyeran hacia el sur conservando parte de su antiguo conocimiento y dando inicio a diversas ordenes y hermandades secretas en diversos puntos del globo o incluso en su interior que afirman tal cosa.
Hiperbórea en las Crónicas Nemedias
Una tercera Hiperbórea que habría existido, si hemos de creer a las muy discutidas Crónicas Nemedias, en lo que actualmente es la costa de Finlandia no parece tener conexión directa con ninguna de las anteriores a primera vista.En dicho documento se describe una sociedad dominada por la brujería y donde la esclavitud es un motor económico fundamental. Se trataría de un reino bárbaro y primitivo. Las descripciones de los habitantes de la región son contradictorias, en algunas ocasiones aparecen descritos como humanos normales (si bien de gran estatura y de rasgos nórdicos), y en otras con rasgos similares a los hiperbóreos descritos con anterioridad. Es posible que estos aspectos no humanos estuvieran distribuidos de forma desigual entre la población, con mayor presencia de los mismos en ciertos linajes o regiones del país.
Para esta tercera Hiperbórea se suelen manejar fechas de entre el 14 000 y el 9000 a.c., según las Crónicas Nemedias descendientes de estos hiperbóreos llegarían a diversos puntos de la geografía actual después de que su civilización fuera arrasada, incluyendo la Irlanda pre-céltica.
En definitva ¿Hiperbórea o Hiperbóreas?
Para intentar solventar la aparente incongruencia se ha aventura la teoría de que las sucesivas "Hiperbóreas humanas" fueron el resultado de un despertar o renacer de los primeros hiperbóreos no humanos tras el cataclismo o desastre que destruyó su cultura original. Estos verdaderos hiperbóreos, de algún modo poseyeron, infectaron o controlaron a los humanos recién llegados, de forma que una Hiperbórea no sería más que el reflejo imperfecto, a través de las eones, de la otra.Es posible que estos seres procedieran originalmente de las Tierras del Sueño y que algunos de ellos contaran entre sus antepasadas a algunos de los llamados Grandes Dioses o Dioses de la Tierra, que dominan dichas regiones. Esto no deja de recordarme, y otros han apuntado en esa misma dirección, al comportamiento de los seres conocidos como Gran Raza o Gran Raza de Yith y su huida a través del tiempo, según cuentan los Manuscritos Pnakóticos. El libro de Eibon parece citar en ocasiones los manuscritos Pnakóticos por lo que es posible que las mismas técnicas utilizadas por los yithianos fueran conocidas por los hechiceros hiperbóreos.
La presencia de poderosos entes psíquicos descorporizados, antiguos, poderosos e incomprensibles para los humanos normales, puede explicar algunos fenómenos misteriosos ocurridos a varias expediciones árticas, como los dramáticos relatos de las expediciones Cavendish de 1879 y 1921 (en lo que la mayoría han dado en interpretar como alucinaciones producidas por las penurias) , y también los testimonios de diversos místicos, que aseguran estar en contacto con estos entes espirituales por medio de sueños y visiones.
Las intenciones de estas entidades descorporizadas, de existir, son un misterio; de alguna manera parecen vinculadas a estas extremas latitudes, quizás sean incapaces de abandonarlas .lo que establecería conexiones con la entidad conocida como Ithaqua o El que camina en el viento... lo que de nuevo nos recuerda a la idea de Hiperbórea como al región "más allá del viento del norte". Las historias también son contradictorias en más sentidos: mientras algunos hablan de ellos como seres amables que les ayudaron o rescataron en un momento de necesidad; otros cuentan historias terroríficas de crueldad y locura.
También es necesario recordar que, según las leyendas irlandesas, los Tuatha Dé Dannan (la principal estirpe de dioses en dicho legendario) llegaron a la isla desde unas lejanas islas en el norte del mundo y de cuatro ciudades conocidas como Falias, Gorias, Murias y Finias. Es posible que este nombre, y el similarmente utilizado de fir dé (o "hombres-dios") y leyendas estén asociadas a una rama de la migración Hiperbórea tras la caída del continente. Su destino posterior (con su retirada al Otro Mundo o Shide) quizás señale a una migración final de retorno de dicho pueblo a las Tierras del Sueño.
En muchas historias en torno a estas manifestaciones aparecen de forma central amuletos y reliquias de "espato de Islandia" una variedad de calcita transparente con peculiares propiedades ópticas de refracción y, si creemos las historias, capaces de canalizar o aislar la energía espiritual de estos seres.
Hiperbórea y los nazis
Los grupos que se han dado en denominar ariosofistas, que combinan las ideas teosóficas con un ideario racista anglogermánico, han crecido mucho en las primeras décadas del siglo XX, especialmente en Alemania y sienten un gran interés por esta leyenda de la mítica tierra septentrional.Para los seguidores germanos de Blavatsky el tema racial constituía ,cada vez más, el elemento fundamental y la "raza aria" (siendo este un constructo casi mítico a partir de la idealización de los rasgos de las poblaciones nórdicas y germánicas) se convirtió en depositaria de las herencias espirituales de Hiperbórea, Mu y la Atlántida.
En este esquema, Hiperbórea sería la fuente primera de la civilización aria superior de donde luego se habría dispersado al centro secundario de la Atlántida, a veces llamada Thule y situada en el Mar del Norte. En este ambiente ideológico nace, y se mueve, la Sociedad Thule cuya influencia en el pensamiento mágico de los nazis no se puede ignorar, como tampoco su interés, y los medios, en corroborar la realidad de estas leyendas (y posiblemente encontrarse con algo muy diferente a lo que esperaban).
El poder del vril
A menudo también se asocia la misteriosa energía, de la que hablamos en el punto anterior, con el Vril, una supuesta energía psíquica desplegada por civilizaciones antiguas que fue descrita por primera vez a público en la novela La raza venidera de Edward Bulwer-Lytton (1871).
Pese a su naturaleza eminentemente ficticia de la obra de Bulwer-Lytton, muchos alegaron que su autor había descubierto o descrito, quizás sin saberlo, una realidad subyacente. Así la cita, por ejemplo, Madame Blavatsky en Isis desvelada (1877) y en la Doctrina secreta (1888)... pese a las protestas del mismo Bulwer-Lytton.
La especie humanoide, habitante en el mundo subterráneo descrito en el libro, recibe en este el nombre de Vril-ya, y es interpretada por muchos como un trasunto de algunos supervivientes hiperbóreos. La descripción de este pueblo muestra los rasgos que ya hemos visto son habituales en todas las fases de la cultura hiperbórea que hemos descrito.
Se dice que la energía vril es capaz tanto de curar como de destruir, y que ciertos instrumentos o materiales (como varas, espadas de forma característica y complejas máquinas, a menudo de materiales cristalinos o seudocristales, quizás incluso con espato de Islandia mencionado más arriba) permiten concentrarla, acumularla o transferirla, pero que su naturaleza última es eminentemente psiónica, creada por las mentes conscientes de los mismo vril-ya.
En los 30 llegó a existir una Reichsarbeitsgemeinschaft, una sociedad esotérica dedicada la investigación del vril como una fuerza real, en la Alemania de entreguerras (quizás en 1925). Llegando a publicar un panfleto de 60 páginas Vril. Die Kosmische Urkraft (Vril, el poder cósmico elemental). La relación de esta sociedad con la Thule y con los nazis, o su relevancia, es cuestión de algún debate entre los investigadores.
No quiero, aunque se escape el marco cronológico de estas entradas, la similitud de las descripciones de los hiperbóreos y los vril-ya con los nordicos de la literatura ufológica a partir de los años 60.
Soy investigador, y claro que HIPERBOREA existio, no es mitologia, se trato de suprimir y tomarlo como una leyenda, al igual que la ATALNTIDA, tambien fue una ciudad existente, y les dire mas, HiperBorea fue la primera ciudad con habitantes humanos que se formo en nuestro amado planeta tierra, ellos provenian del sistema estelar ALFA CENTAURO, y la civilizacion debio escapar y abandonar todo debido a un enorme asteroide que choco contra la corteza terrestre hace 65 millones de años, ellos son nada mas ni nada menos que nuestros ancestros. somos seres extraterrestres, y seria bueno dibulgar mas esto, porque es mas viable esta realidad que creer que evolucionamos de un simio... somos seres perfectos, ytenemos codigos geneticos que nos "obligaron a olvidar" eso del simio y el salto al hombre es imposible... la raza humana existio y existe mucho antes de lo que muchos creen y no solo en la tierra, ademas, la tierra es la gemela de marte, estos dos planetas fueron formados tras la separacion de MALDEK, un antiguo planeta de nuestra via lactea. y otra cosa, la luna, fue puesta en nuestra orbita a proposito por los mismos seres que se encargaron de dar vida a los humanos, seres de 4ta dimencion, la luna es una esfera hueca y metalica, traida desde la constelacion de la Osa Mayor, fue cubierta de polvo para su discimulacion, funciona como satelite de seguimiento, para controlar lo que pasa en la tierra y sus alrededores, ademas cumple un rol fundamental con respecto a las mareas y demas.
ResponderEliminarinvestiguen por favor, no es locura.
Está bastante claro que Diego no tiene ni idea de astrofísica, ni de geología, ni de biología.
ResponderEliminarNo se puede decir que Marte y la Tierra sean gemelas, entre otras muchas cosas porque Marte es un planeta bastante más pequeño, y porque, realmente, Venus es muchísimo más parecido a la Tierra (por tamaño, composición, etc.) aunque el efecto invernadero lo tenga bastante hecho polvo.
En cuanto a que seamos seres extraterrestres: la mayor parte del código genético de una especie es heredado de las que lo precedieron. El hombre y el mono tienen en común el 90% de su código genético. Ahí no hay trampa ni cartón: o el uno viene del otro, o tenemos un ancestro común. Los biólogos, a través de otras muchas evidencias, saben ahora que tenemos, efectivamente, un ancestro común. Lo de que "el hombre viene del mono" es la versión simplificada; un poco la versión para niños, para entendernos.
La Luna a estas alturas sabemos bien no sólo que es 100% sólida, sino que sabemos con total precisión su peso, densidad, etc. Con cuerpos astronómicos estas propiedades son fáciles de medir, midiendo bien sus órbitas y aplicando las leyes de la gravedad; cualquiera con conocimientos suficientes de física (no hace falta una carrera) podría hacerlo.
Luego está lo de "traído desde la constelación de la Osa Mayor". Es un error muy, muy frecuente entre la gente que no tiene ni idea de astronomía pensar que las constelaciones son lugares reales, adonde uno puede ir. Eso, simplemente, no es así. Las constelaciones son un efecto de perspectiva. Las estrellas y otros objetos que forman una constelación sólo se ven próximos mirados desde el Sistema Solar; si las viéramos desde otra estrella, veríamos a las mismas estrellas agruparse de forma totalmente distinta en constelaciones totalmente distintas. Nos parecen próximas porque, vistas desde donde estamos, se ven así.
Y mejor no hablar de lo de que "somos seres perfectos", y otras cosas por el estilo. Yo, desde luego, no soy perfecto. Y tampoco he conocido a nadie que lo fuera. Ni ganas, la verdad.
Me temo, Diego, que el que tiene que investigar un poco eres tú. Wikipedia puede ser un buen comienzo...
Diego, quedate tranquilo que lo tuyo no es locura, es otro cosa. Y una recomendación, aprende a ponerle filtro a la información de los documentales de EnigmaTV ;).
ResponderEliminarGracias por el aporte, me vino de 10 :D
No se como se me ha pasado la "aportación" de Diego hasta ahora, la verdad es que leyendola no se si lo dice en serio o está siguiendo con la broma.
ResponderEliminarPara que quede claro, lo que aparece en esta entrada es ficción y además ficción muy fácilmente demostrable como tal.