Cosas para leer: The League of Heroes por Xavier Mauméjean

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Novela originalmente en lengua francesa, publicada en inglés por Black Coat Press. La primera de una serie, según parece, de gran éxito en nuestro país vecino, aunque realmente ni el libro ni la página web de la editorial proporcionan demasiada información sobre el tema. Si alguien lee francés y sabe algo más sobre el autor o la serie me encantaría recibir comentarios.

Aviso: contiene algunos spoilers.

Nada más abrir el libro nos encontramos con una serie de fragmentos de variada longitud que, por orden cronológico pero sin una hilo argumental común, nos cuentan viñetas de la vida en un mundo diferente al nuestro, en que la historia sigue un curso diferente, pero extrañamente paralelo, y en el que un protagonista, un tal Lord Kraven, y diversos personajes provenientes de la ficción victoriana forman un grupo que se enfrenta contra villanos melodramáticos y los enemigos del imperio británico (o de Albión en este caso) ¿Os suena a Anno Dracula o la Liga de los Caballeros Extraordinarios? Y por favor, perdonadme por usar esos dos “sagrados” nombres en vano, ya que la Liga de los Héroes (o al menos este primer volumen) se queda muy atrás con respecto a estas. Pero las similitudes son evidentes, especialmente con la obra de Newman. En este caso no es el conde transilvano y los chupadores de sangre si no los habitantes de la tierra de Nunca Jamás los que “asaltan” el Londres Victoriano, y al contrario de lo que podríamos esperar es Peter Pan el villano principal de este mundo. A saltos descubrimos a algunos de sus villanos, o pasamos por algunos acontecimientos históricos importantes, alterna los fragmentos narrativos con supuestas citas de libros de esa tierra paralela. Algunas ideas son sin duda destacables, un Hook como lord del Almirantazgo, el príncipe Simbad una mezcla del personaje de las mil y una noches y el Nemo hindú, pero la cantidad de información y de personajes es excesiva y confusa. Los personajes cambian de personalidad y de principios, entre fragmentos, mueren o sobreviven sin que nos importe demasiado.

Y entonces, de pronto cambiamos de registro y de marco temporal y de tono. Y pasamos a un prosaico suburbio londinense, aparentemente en nuestra propia historia a finales de los 60, donde una familia normal recibe en su casa al misterioso padre de la esposa, amnésico y de extraño comportamiento, que con el tiempo comenzará a recordar personajes y acontecimientos provenientes de esa otra realidad. Aquí el libro cobra algo de interés, aunque a veces parece que el autor intenta ganar un concurso de referencias a la cultura popular, curiosamente casi exclusivamente anglosajona.

Pero de nuevo somos llevados a la tierra paralela antes descrita, y seguimos a su Holmes (una de las versiones más “curiosas” que he leído en mucho tiempo) en una investigación tardía en una fecha muy posterior, en que la aparente utopía ha degenerado en horror tras la desaparición de Lord Kraven. Se trata de una historia casi independiente que se podría leer con interés como tal pero que aquí parece fuera de lugar e interrumpe la trama principal de forma forzada. Eso si, aquí consigue ser un poco más conciso, aunque no demasiado, describiendo su mundo y no da tanta sensación de querer saturarnos con personajes que no nos importan para nada.

Y con todo preparado el autor se lanza a su supuesto momento álgido, cuando todo es revelado, llega la apoteosis final y… ésta es tremendamente insatisfactoria. Una nueva vuelta de tuerca, que habría sido efectiva quizás en un relato corto pero que al final de una novela de doscientas cuarenta páginas no compensa, para nada. Uno de esos finales además que desvirtúa lo anteriormente narrado, relegándolo prácticamente a la nada.

Dejando de lado el vacuo final, creo que el primer problema del libro es un error de estructura. La primera parte se vuelve monótona y aburrida presentando el mundo antes de que en la segunda realmente sintamos algún interés por los personajes, la parte tercera parece como ya he dicho un relato corto insertado forzadamente en medio de otra historia. Si el autor hubiera organizado las partes de forma distinta, alternando por ejemplo los capítulos en una y otra realidad (y adelgazando sus excesos de la primera parte), hubiera conseguido un resultado mucho mejor.

Pero, sobre todo, es un libro extremadamente tramposo. Las supuestas explicaciones que debieran justificar ese juego de realidades, y su conclusión, son demasiado concretas, pedestres e inconsistentes con lo narrado hasta entonces.

Una lectura moderadamente entretenida, sin más, y gracias a la semana negra y sus precios incluso económica.

Comentarios

  1. la Ley de Sturgeon es Implacable. pero ojo. Si entretuene, yo lo aplaudo. Porque eso es lo mínimo que debe de cumplir una obra de este tipo.

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