Cosas para ver: Man of Steel de Zack Snyder


Vuelve el superhéroe original  al cine y vuelve con todos los fastos y fanfarrias de una superproducción, cuyo objetivo manifiesto es cambiar la trayectoria poco brillante de los héroes DC, a excepción de Batman, en los últimos años, adaptando muchos de los "tics" de la trilogía de Nolan.

Es innegable que, tanto DC como su casa madre  Warner, están haciendo un esfuerzo para capitalizar sus personajes en la gran pantalla, intentando imitar el éxito de las adaptaciones de Marvel, pero elecciones equivocadas y películas mediocres no ayudan para nada a conseguirlo. Mencionaré rápidamente el fiasco que resulto ser Linterna Verde o el decepcionante resultado de la última película de la trilogía del Batman de Nolan; podríamos retrotraernos también a la ya olvidada por la mayoría Superman Returns (aunque personalmente me parece una versión superior a la que nos ocupa hoy, injustamente tratada) también partía de un error de base: en su caso, pretender hacer una continuación directa de Superman 2 ¡26 años después!

El  director de este último esfuerzo es  Zack Snyder, un director se ha hecho famoso por hacer adaptaciones de cómics (Watchmen y 300) o películas propias (Sucker Punch) que resultan tan apabullantes visualmente como vacías en cuanto argumento y mensaje. En ese sentido 300 era el cómic perfecto para él, basado en una visión igualmente maniquea y simplista (por no usar argumentos más fuertes) de las guerras médicas, mientras que con Watchmen, sin embargo consigue, con una fidelidad estética al comic pasmosa, anular completamente la profundidad de la novela gráfica reducida a un espectáculo pirotécnico sin más. 

En el caso del Hombre de Acero nos encontramos con un resultado igualmente irregular: algunos diseños (y digo algunos por que otros son sorprendentemente genéricos), el uso de distintas texturas para distintas épocas o el uso de una narrativa no lineal resultan interesantes; pero el argumento que nos intenta hacer tragar con toda esa espectacularidad fracasa complemente. Incluso esos elementos son usados de forma torpe, con una reiteración del flashback que dificulta seguir una trama principal que transcurre a saltos, y que en la mayoría de los casos tampoco ofrece ninguna información adicional relevante.

Para mi el primer y más grave defecto es que este Superman apenas actúa como un superhéroe, durante una parte de la película lleva el traje y, por supuesto, tiene los poderes; pero a lo que dedica la mayor parte de la misma es a enfrentarse a un retorcido enemigo personal, sin mostrar demasiada preocupación por los humanos que se ven atrapados en medio, hasta un final que se vuelve risible en comparación. 

Parece que Snyder pretende dirigirse a un público que ya sabe que Superman es un superhéroe, o "el" superhéroe, y por tanto no hay ninguna necesidad de ello; se nos repite por medio de diálogos que hará cosas maravillosas o que “guiará a los humanos con su ejemplo”, pero lo único que vemos es como se pega de leches con otro superhumano durante una cuarta parte del metraje, mientras en el resto permanece escondido (aunque no demasiado bien ya que se salta su disfraz siempre que le da el aire).

Lo mismo sucede con la relación entre el héroe y la periodista Lois Lane, que debemos suponer que existe por sus acciones injustificadas, y... por que son Superman y Lois ¿no te has enterado?; sin que en ningún momento consigamos creernos que realmente entre esas dos personas haya nada.

La espectacularidad por la espectacularidad misma parece colocarse por encima de consideraciones de caracterización o trama, y algunos momentos pretendidamente emotivos sólo consigue provocar indiferencia o, peor, risas. Incluso el uso de imágenes claramente inspiradas en el 11 de septiembre (superado ya, aparentemente, el periodo de duelo y autocensura), esas figuras lastimosas cubiertas de polvo mientras los edificios se derrumban, parecen tener la intención de provocar una respuesta emocional que falla completamente por que los personajes no han llegado a importarnos en ningún momento.

Los actores, algunos de ellos de probada solvencia, parecen completamente desaprovechados: un Russell Crowe  (Jor-El) desganado, un Michael Shannon (Zod) sobreactuado y una Amy Adams (Lois Lane) absolutamente olvidable. Quizás la única actriz que consigue trasmitir algo de dignidad a su papel sea Ayalet Zurer (como Lara), aunque su participación sea desgraciadamente muy corta y desaprovechada. Pero el problema más serio en este sentido es el personaje de Superman en si mismo, Henry Cavill  resulta ser un Superman que resulta algo frío y distante, que apenas sonríe o se permite un momento de alegría o comunicación con los humanos, fuera de la torpemente resuelta escena del vuelo, aunque es posible que esa sea la intención de un guion bastante deprimente. Es difícil, imposible más bien, saber si estos son fallos del actor, del guion o del director pero sea como sea el resultado es a mi entender pésimo. Si Superman es un símbolo de esperanza, como el diálogo se empeña en decir una y otra vez, nada de esa esperanza consigue trasmitirse en la película

En definitiva, y por concluir, un muy mal comienzo si esto pretende ser el renacer de la franquicia cinematográfica del universo DC, una decepcionante primera parte de la nueva saga del héroe  y una película más que olvidable en todos los casos.

Puntuación: 1/10

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