Cosas para leer: ¡A por el Bogavante! por Mike Mignola, John Arcudi, Tonci Zonjic y Dave Stewart


Siguen las aventuras del Bogavante y siguen apareciendo tomos que, poco a poco, van dotando de sustancia al universo de este justiciero urbano neoyorquino del universo de Hellboy (aunque como siempre las referencias son bastante oblicuas entre ambos) 

Repite el mismo equipo de La mano ardiente y continúa con los números 16 al 20 de la serie del personaje, en un ejemplo de la participación cada vez menor de Mignola en alguna de sus creaciones. siendo Zonjic el dibujante único tanto del interior como de las portadas del tomo. Sería interesante saber cuanto en realidad del trabajo de guión que comparten Mignola y Arcudi corresponde a cada uno.

La historia retoma a los personajes que ya conocemos, el equipo de colaboradores del Bogavante, la periodista Cindy Tynan o Arnie Wald y su siniestro lugarteniente Isog o el detective Eckerd, que van formando el plantel de caras conocidas y cuyas historias parecen cobrar una importancia mayor. Además también conecta esta historia con alguna de las aparentemente deslavazadas historias aparecidas en el tomo de aventuras cortas Satán se huele el pastel

El tomo tiene dos polos claros, por un lado la investigación del Bogavante en torno a un criminal que utiliza individuos controlados mentalmente para sus fechorías, y por otro la investigación de Tynan sobre el pasado del enmascarado y su papel en la ciudad (investigación que es seguida con gran interés por Wald e Isog).  La aventura no resulta particularmente original pero se lee con agrado. 

Para mi esto es lo más interesante del tomo es que, por primera vez, parece querer mostrarnos algo del nebuloso origen del personaje que da título a las historias. Si bien son apenas unas pinceladas sugerentes, quizás un antepasado pirata, un posible ancestro colonial, y el tomo se cierra sin confirmar ni negar esa conexión ni establecer claramente su naturaleza. 

Mientras que la colección de Hellboy optó por un creciente tono mitológico y escatológico que, sin dajar de ser interesante, fue dejando de lado los elementos más pulp de la ambientación, la colección del Bogavante va recogiendo estos elementos para conformar una visión muy diferente del mismo universo.

El dibujo de Zonjic es mejor que nunca, consiguiendo crear ambientes y personajes muy diferenciados con un estilo aparentemente limpio y sencillo. Crea convincentes escenarios propios de los años 30, entre lo increíble y lo cotidiano, sin que en ningún momento dejen de resultar creíbles. Es particularmente divertido el diseño de los luchadores en los primeros compases y de la tecnología creada por el villano de turno que sin embargo adquiere cierto carácter de tópico.

Puntuación: 6/10

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