Cosas para ver: Spider-man Homecoming


Después del intento del fracaso de la tercera película de Spider-man dirigida por Sam Raimi, que significó el final de la primera serie de películas modernas de Spider-man, y el fallido intento de resucitar al personaje interpretado por Andrew Gardfield tenemos ante nosotros la primera de, seguramente, una nueva serie.  En  esta ocasión Sony (dueña de los derechos cinematográficos del personaje)  busca la colaboración de los exitosos Marvel Studios para garantizar el éxito que, hasta ahora, les ha sido, relativamente, esquivo.

Curiosamente la película evita, conscientemente, repetir muchos de los tópicos comunes del personaje, el definitorio influjo de tío Ben queda simplemente sugerido en el pasado y, en general, todo el origen del personaje es dado por sabido y conocido. 

Así la película se inicia, tras el breve prólogo que nos presenta al villano, con un divertido montaje de un vídeo supuestamente grabado por Parker con su móvil durante los eventos de la película Civil War, haciendo un trabajo muy eficiente en generar inmediata simpatía por nuestro héroe. 

Toda la película destaca por ese uso de la simpatía y del humor de Parker, oculto por la timidez de Peter pero desatado como Spider-Man.  Tom Holland es un gran Spiderman, con una edad más cercana al personaje que Maguire y Gardfield, resulta fresco y divertido, en una película en que no tiene ocasión de grandes momentos dramáticos. Es, en general, una película divertida en todo momento, que consigue evitar muchos de los defectos de estructura más repetidos de las películas de superhéroes recientes, evitando por ejemplo el final apoteósico con oleadas de masillas que parece repetirse de unas a otras sin apenas variación. 

Aunque Michael Keaton es genial como el despiadado, aunque totalmente distinto a su versión del comic, Buitre, sus motivaciones como personajes son un poco limitadas. La sorpresa final no consigue explicar más allá de la simple codicia (y no niego que sea un buen motivo pero parece algo limitado) para justificar la carrera criminal de este Adrian Toomes.

Marisa Tomei como la rejuvenecida Tia May (un proceso que inició ya la Sally Field de Amazing Spider-man) no tiene mucho protagonismo ni tiempo de pantalla. El papel, tan comentado, de Zendaya es también bastante breve y parece ser más una semilla para futuras películas.

El instituto al que acude este Peter Parker de los 2010's es un escenario mucho más multiracial que el de su homólogo de los 60  y así muchos de los personajes del pasado (y otros nuevos) son interpretados por rostros de color, representando un escenario de diversidad integrada en la que dicha condición no determina los papeles de los personajes. No podemos olvidar que el tiempo pasa y lo que podría haber sido asumible hace 50 años, cuando la segregación era aún una realidad en gran parte de su país, no sería creíble, ni deseable, hoy día.

La película ofrece una visión nueva del personaje, seleccionando elementos muy diversos de diferentes periodos e integrando los que, suponen, mejor encajan en el unvirso cinematográfico Marvel en el que esta película se sitúa claramente. La presencia de Iron Man, no tan ubicua como parece insinuar el trailer, o los divertidos cameos del Capitán America, sirven para dar esa sensación de universo que hizo grandes a los comics Marvel y cuyo método han adoptado en el cine.

Pero como es lógico este universo es muy distinto que el del universo-616 y por ello estos personajes también lo son, pero la conclusión de la película no deja de recordarnos la personalidad del Peter Parker más clásico (aunque la situación sea completamente nueva).

Puntuación: 8/10

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