El entusiasmo de un "converso" al SoTC, y sus preguntas, me ha hecho pensar en todas las películas y series de televisión que en mayor o menor medida constituyen para mi una inspiración a la hora de jugar y dirigir partidas pulp y en especial, al menos en esta primera parte, del género aventurero que es el más común.
Por supuesto no todas las películas son comparables en cuento a calidad: he mezclado clásicos indiscutibles con algunos verdaderos bodrios; además muchos pertenecen a géneros y épocas distintas, lo que las hace difícilmente comparables y, ya en términos más roleros, muchas de ellas son más adecuadas para tipos muy concretos de campaña o ambientación.
He incluido algunas películas de cine negro, genero paralelo, cercano pero diferenciado, a la aventura y los héroes pulp (que es en el sentido en que más habitualmente utilizo el termino pulp en este blog) pero que igualmente me parecen de interés para partidas de justicieros, y que al menos siempre pueden servir como fuente de ambientación, si no de otra cosa.
He incluido algunas películas de cine negro, genero paralelo, cercano pero diferenciado, a la aventura y los héroes pulp (que es en el sentido en que más habitualmente utilizo el termino pulp en este blog) pero que igualmente me parecen de interés para partidas de justicieros, y que al menos siempre pueden servir como fuente de ambientación, si no de otra cosa.
Por supuesto no están todas las que son, si no las que he recordado tras un primer pensamiento. Es posible que en el futuro aparezca una segunda parte, o más, de esta filmografía para hacer justicia a las olvidadas. También he dejado fuera conscientemente a unas cuentas que me parecen demasiado malas para mencionarlas siquiera (alguien podría decir que este tratamiento podría haberse extendido a unas cuantas más pero mi blog, mis reglas).
El orden es, como es normal en mi, absolutamente caótico y aleatorio, pero solo podíamos empezar por un sitio...
En Busca del Arca perdida (Raiders of the Lost Ark, 1981)
Indiana Jones y el Templo Maldito (Indiana Jones and the Temple of Doom, 1984)
Indiana Jones y la Última Cruzada (Indiana Jones and the Last Crusade, 1989)
Steven Spielberg.
Genero: AventurasInteresantes para: arqueólogos, aventureros, viajeros a lugares exóticos, prácticamente cualquiera.
Las películas de Indiana Jones no deben faltar en ningún listado de cine pulp, más que nada por que a muchos (nacidos demasiado tarde para conocer las revistas directamente) nos descubrieron este mundo de acción, aventuras, romance, respuestas ingeniosas y grandes peleas. Yo tengo un cariñoso recuerdo de La Última Cruzada como una de las primeras películas que fui a ver al cine, supongo que quede marcado desde entonces. Es por eso que la trilogía aparece en el primer puesto de esta lista y de otras muchas similares.
George Lucas siempre cuenta que tanto Indiana Jones como Star Wars nacieron de las sesiones cinematográficas de su infancia (y de la de su cómplice Spielberg), y especialmente de los seriales. A eso se añaden muchas más influencias de cine de serie B y de cine clásico de los años 30 y 40 (algunos de los cuales aparecen en esta misma filmografía o en entradas posteriores de la misma) para construir un artefacto cinematográfico casi perfecto. Se suele hablar de Tarantino como el director postmoderno, con su uso de referencias y elementos tomados de películas anteriores, pero Lucas-Spielberg no se quedan atrás, Indiana Jones es el serial (y muchos otros elementos del cine de los 30 a los 50) sublimado y pulido para una nueva generación.
El argumento de las tres películas es similar, en el sentido de que giran en torno a un objeto arqueológico que sirve principalmente como Macguffin (es decir aquello que motiva la trama o a los personajes, pero no tiene un papel importante en los sucesos en si mismos), el Arca de la Alianza, Las piedras de Sankara y el Santo Grial. La búsqueda lleva a nuestro protagonista, y un cambiante plantel de secundarios, a una aventura en escenarios exóticos, que lleva a un crescendo de escenas de acción y persecuciones hasta un final feliz pero, a menudo, no totalmente satisfactorio para el personaje.
Sin embargo, el tono de las tres películas es bastante diferente entre sí, incluso inconsistentes, si lo analizamos con un poco de atención:
La primera película nos presenta al personaje de Indiana Jones como un pícaro, un personaje un poco dudoso que nos recuerda sobre todo al protagonista de El Secreto de los Incas, Harry Steele (interpretado en dicha película por Charlton Heston) en algo más que su indumentaria, o al Fred C. Dobbs (Humprey Bogart) de El tesoro de Sierra Madre; el duelo con Belloq, el villano principal de la función más allá de la labor física de los nazis, se basa en gran parte en las similitudes entre ambos más que en sus diferencias y él arqueólogo francés es plenamente consciente de ello: "And it would take only a nudge to make you like me, to push you out of the light." le dice en determinado momento. El romance con Marion Ravenwood (Karen Allen) es el más personal en las películas, creando una dinámica entre ambos que no se repetirá (desgraciadamente) en las posteriores, dos personajes duros, con aristas más oscuras, pero redimidos por su aventura y su recuperado amor (y no vamos a entrar en el tema de la edad de Marion cuando tuvieron su primer encuentro, al menos por ahora)
La segunda parte, la menos popular de la serie, sitúa al personaje en el pasado respecto a Raiders, para mantener intacto su carácter cínico, y su soltería, interesado únicamente ahora en "fortuna y gloria"; sin embargo es el tono terrorífico de la cinta lo que se impone en el recuerdo, sobre los demás elementos, pese a algunos inoportunos toques de humor con los que Spielberg intentaba rebajar el tono en exceso oscuro de la historia. El personaje de Tapón (Ke Huy Quan) es uno de los pocos ayudantes infantiles que funcionan casi a la perfección en el cine. El tono colonialista, aunque rebajado con una intención humorística, resulta excesivo por momentos. De nuevo el personaje termina en un punto más luminoso que en el que empieza (que nos lleva a dudar incluso que pretenda devolver el lingam sagrado al pueblo de los niños)
La tercera película, sin embargo, parece dejar de lado casi totalmente este aspecto picaresco y dudoso de la primera película y también el aspecto terrorífico de la segunda; Indiana, o Junior, ahora se aproxima más a ser un héroe de una pieza, un dechado de virtud que, ya de niño, está dispuesto a arriesgar su vida para evitar que unos facinerosos roben un objeto arqueológico (exactamente lo que él mismo hacía alegremente en la primera película), y que parece radicalmente distinto al de películas anteriores. Por otro lado aquí el secundario más importante no es la pareja romántica, aunque sin duda Alison Doody está bellísima, si no que es Henry Jones Sr. (Sean Connery), escogido como homenaje a una de las inspiraciones de la saga, el mismísimo James Bond.
La Última Cruzada es la versión más familiar y accesible del personaje y la comedia ha ganado, claramente, terreno a otros elementos como el terror o el romance; es en general una película más amable, más para todos los públicos.
Sin embargo, con todas sus diferencias, estas tres películas forman el material perfecto de inspiración para el director pulp: las secuencias de acción, los diálogos (especialmente el toma y daca de Indy y Marion en Raiders), los villanos, las trampas... todo es pura aventura, un destilado de la mejor calidad. Las persecuciones, largas sucesiones de ideas y giros, especialmente ofrecen un ejemplo de ritmo y elaboración de las mismas, raramente igualadas. Quizás lo peor, por buscar algo malo, es que esta influencia es tan grande que muchos juegos o campañas pulp se basan únicamente en Indiana Jones, explicando la sobreabundancia de hechiceros nazis y tesoros arqueológicos en estos ámbitos.
Sólo un comentario tonto para terminar ¿os habéis fijado en que Indy nunca consigue lo que pretende? ¿se quejaría al master?
Rocketeer (The Rocketeer, 1991)
Joe Johnston
Generos: espías, ciencia ficción.Interesante para: habitantes de L.A., pilotos y daredevils.
Debo dejar claro que esta es una película que me encanta, más allá de cualquier criterio objetivo, pero igualmente creo que es una de las más recuperables de la breve moda pulp de los 90 (de la que veremos otros varios ejemplo) . Además creo que tenía el potencial para ser realmente buena, pero, sin embargo, no llega a cumplir todo lo que promete, en base a la divertida premisa argumental del cómic y a las posibilidades estéticas de la producción, inspiradas en el cómic.
Quizás sea debido a una dirección, por parte de Joe Johnston, que carece del pulso y ritmo de la saga de Indiana Jones, o el algo acartonado protagonista, el joven Billy Campbell, necesitado de algo más de experiencia. En general las actuaciones, excepción hecha de Timothy Dalton como el magnífico villano Neville Sinclair, Alan Arkin como el mecánico Peevy o Terry O'Quinn como un breve Howard Hughes, son bastante rutinarias.
El historial de su director hasta el momento tampoco era muy destacado, venía de dirigir Cariño he encogido a los niños, con un pasado como director de efectos visuales en las películas de Star Wars y en la misma En Busca del Arca Perdida. Su escasa filmografía como director sigue girando en temas pulp posteriormente con un episodio para Las Aventuras del Joven Indiana Jones, Océanos de Fuego o la más reciente, y reseñable, Capitán América: Primer Vengador.
La película presenta las desventuras del joven piloto acrobático Cliff Secord (Campbell), asediado por las deudas, que encuentra, casi por casualidad, una mochila voladora. Esta ha sido escondida en su hangar por unos mafiosos, después de robársela a su inventor y ser perseguidos por el FBI. Aunque, en principio, Cliff decide usar el invento para ganarse algún dinero, pronto descubre que hay demasiada gente tras ella. Entre los que persiguen la mochila se encuentra un actor de Hollywood, llamado Neville Sinclair (Dalton) y trasunto claro de Errol Flynn, con un oscuro secreto. Pero también se ve enredado en su vida amorosa, cuando "su chica"Jenny (Jennifer Connelly), que trabaja ocasionalmente como extra, también se ve implicada en dichos tejemanejes. No voy a contar más por si alguien no la ha visto, lo cual es un defecto imperdonable que debería solucionar a la menor brevedad posible.
Además de presentar al público moderno un arquetipo muy querido por los juegos de inspiración pulp, el del "hombre volador", y mostrarnos algunos detalles de la vida aventurera de los aviadores de los 30 los principales valores de la película son estéticos. El diseño de producción está muy logrado, y algunos sets, como el apartamento de Sinclair (rodado en la casa Ennis, utilizada también para filmes tan diversos como Blade Runner o La mansión de los horrores) o la recreación del observatorio Griffith, podrían saltar directamente a la mesa de juego.
La película está basada en una serie de cómics del recientemente fallecido Dave Stevens, que si no me equivoco en España publico el Zona84 hace un montón de años y no ha vuelto a ver la luz (hasta hace muy poco).
En el cómic Cliff se encuentra con varios personajes pulp que no aparecen en la película; entre ellos dos de los muchachos de Doc Savage (que cumple el papel de inventor que en la película ocupa Howard Hughes) y el protagonista de nuestra siguiente recomendación: La Sombra. Otro cambio curioso en el cómic la novia del protagonista se llama Betty y debe mucha de su apariencia física y su vestuario a la famosa pin-up Betty Page, pero en la película decidieron obviar estas similitudes, cambiándole el nombre, por Jenny, el peinado y el vestuario, interpretada eso si por la guapísima, y jovencísima, Jennifer Connelly.
Rocketeer (por una vez el título español prescinde del artículo que si tiene la versión inglesa) es una aventura inocente, que tiene un héroe un poco alelado y con mala suerte, un magnífico villano
La Sombra (1994)
Russell Mulcahy
Género: Justiciero urbanoInteresante para: neoyorkinos, mentalistas, pistoleros, China Hands.
Ya he hablado bastante sobre el personaje en el blog (aquí y aquí) así que no creo que tenga que dar muchos más detalles sobre él. El justiciero pulp por excelencia hizo su (re)aparición en las carteleras en 1994 con esta película dirigida por Russell Mulcahy, director australiano responsable de una maravilla como Los Inmortales, pero también de un bodrio como los Inmortales II, y cuya carrera ha tenido más importancia en el campo de las series de TV, los telefilmes y los documentales sobre música que en el cine convencional.
El guion, por su parte, corre a cargo de David Koepp, que acababa de triunfar con las adaptaciones de Parque Jurásico (Jurassic Park, 1993, Steven Spielberg) y Atrapado por su pasado (Carlito's Way, 1993, Brian de Palma)
Argumentalmente es una historia bastante correcta, respetuosa con el material, dejando de lado que ofrece un origen que difiere del original. En la película, al contrario que en la revista, La Sombra es realmente Lamont Cranston y cuenta con verdaderos poderes místicos, vinculados con un misterioso monasterio tibetano, identificable con Shangri-La. Sin embargo, en sorprendentemente interesante novelización de la misma, escrita por James Luceno, respetando escrupulosamente lo que vemos en pantalla, si se indica que el verdadero nombre del personaje es Kent Allard y se hacen algunos otros arreglos menores, para acercarlo más al personaje de las revistas. En comparación con la Sombra original el personaje cinematográfico cumple tanto su papel, como el de Harry Vincent, que en los pulps suele ser la cara de la red de agentes del justiciero y que suele dejar a su jefe actuando entre bastidores.
Dejando de lado el prologo, en el misterioso Oriente de señores de la guerra y tráfico de opio, toda la película está ambientada en Nueva York, ciudad que es reconstruida fundamentalmente con maquetas y en el estudio, dando un agradecido aire añejo y art deco a la producción, que a mi personalmente me gusta, pero que a ciertos críticos les resultó, y resulta, en exceso artificial.
La historia, en este caso, enfrenta al héroe oscuro con Shiwan Khan (John Lone), un villano originalmente sacado del pulp pero aquí bastante alterado (en parte para bien, siendo un personaje menos apegado al tópico), vinculándolo al mismo origen que el héroe y dotándole de una personalidad más señorial y grandilocuente.
Argumentalmente es una historia bastante correcta, respetuosa con el material, dejando de lado que ofrece un origen que difiere del original. En la película, al contrario que en la revista, La Sombra es realmente Lamont Cranston y cuenta con verdaderos poderes místicos, vinculados con un misterioso monasterio tibetano, identificable con Shangri-La. Sin embargo, en sorprendentemente interesante novelización de la misma, escrita por James Luceno, respetando escrupulosamente lo que vemos en pantalla, si se indica que el verdadero nombre del personaje es Kent Allard y se hacen algunos otros arreglos menores, para acercarlo más al personaje de las revistas. En comparación con la Sombra original el personaje cinematográfico cumple tanto su papel, como el de Harry Vincent, que en los pulps suele ser la cara de la red de agentes del justiciero y que suele dejar a su jefe actuando entre bastidores.
Dejando de lado el prologo, en el misterioso Oriente de señores de la guerra y tráfico de opio, toda la película está ambientada en Nueva York, ciudad que es reconstruida fundamentalmente con maquetas y en el estudio, dando un agradecido aire añejo y art deco a la producción, que a mi personalmente me gusta, pero que a ciertos críticos les resultó, y resulta, en exceso artificial.
La historia, en este caso, enfrenta al héroe oscuro con Shiwan Khan (John Lone), un villano originalmente sacado del pulp pero aquí bastante alterado (en parte para bien, siendo un personaje menos apegado al tópico), vinculándolo al mismo origen que el héroe y dotándole de una personalidad más señorial y grandilocuente.
Como interés romántico Margo Lane (Penelope Ann Miller) está algo desaprovechada, aunque tiene algunas escenas divertidas cuando el héroe intenta utilizar sin éxito sus poderes mentales sobre ella. También tenemos a Ian McKellen en un papel muy menor, como el padre inventor de Margo, y Tim Curry, como un divertido villano secundario.
Como ya he comentado tiene una estética interesante y la ambientación, especialmente el vestuario, es adecuada en general; particularmente las imágenes del barrio chino y el Club Cobalt son sin duda inspiradoras. Pero, sobre todo, destacaría la escena en que nuestro héroe descubre la situación real del Hotel Monolith, está bastante conseguida, mostrando poco a poco como se levanta una gigantesca ilusión que oculta el edificio, y la idea, una base secreta oculta a plena vista en pleno centro de la ciduad, me parece simplemente genial.
La película ganaría mucho, en mi opinión, si por un motivo u otro Alec Baldwin no tuviera que "desenmascararse" tan a menudo; lo que resulta especialmente molesto en el duelo final, donde la imagen de la Sombra es desaprovechada, para mostrarnos más y más el rostro del actor protagonista.
King Kong (1933)
Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack
King Kong (2005)
Peter Jackson
Género: AventurasInteresante para: viajeros, marineros, gente del espectáculo
Creo que ambas versiones resultan interesantes aunque con valores diferentes y que ambas merecen ser vistas y mencionadas.
Ambas giran a la bien conocida historia, Carl Derham, un director de cine en horas bajas organiza una expedición desesperada a una isla remota, la Isla Calavera, para grabar una película en un territorio supuestamente poblado de criaturas misteriosas, con el lleva a una bella aspirante a actriz, Ann Darrow. Allí encuentra a Kong, un gorila gigantesco que queda fascinado por la bella Ann, nada más verla. Derham, con la ayuda de la tripulación, captura y llevan a Nueva York al gorila, que se libera secuestrando a Ann y causando una oleada de destrucción por toda la urbe.
La película original es mucho más directa y sencilla, en su planteamiento y estructura, y, en realidad, es mucho más efectiva en contarnos la historia. Nos presenta el relato como aventura pura, que es como funciona, y con pocas reflexiones, más allá de las obvias referencias a la "belleza mató a la bestia", ni excusas: eso es lo que el público quería, y quiere, ver y eso es lo que ofrece. Los efectos especiales, basados principalmente en la técnica de la stop-motion, parecen toscos, vistos desde la distancia que dan los años, pero las escenas son en general emocionantes y cumplen su objetivo con creces.
Mención especial merece uno de los director de esta primera versión, Merian C. Cooper, que es un personaje digno de atención por si mismo: fue piloto en las dos guerras mundiales, incluso hace una aparición en su película como el piloto que derriba al gorila, viajero, cazador y aventurero, no muy distinto (si hemos de creer algunos testimonios) al Carl Derham de la ficción. Entre los papeles protagonistas destaca sobre todo Fray Wray como Ann Darrow, aunque el voluntarioso Carl Denham de Robert Amstrong será el elegido para protagonizar la secuela (de la que hablaremos luego). El supuesto protagonista humano, el héroe que rescata a Ann del gorila, Jack Driscoll (Bruce Cabott) queda bastante desdibujado una vez el gorila llega a la ciudad y en general parece el menos interesante de todos los personajes.
La nueva película de Peter Jackson es mucho más espectacular, con un peso excesivo de las excesivamente largas y artificiosas peleas realizadas con infografía entre Kong y otras bestias prehistóricas. Por otro lado retuerce hasta dejarlos irreconocibles a algunos personajes, principalmente al héroe de la aventura, Jack Driscoll (Adrien Brody), para intentar darle una mayor profundidad, o apariencia de ella, añadiendo un subtexto político y convirtiéndolo de un estereotipo de serie B (simple y directo en su rudimentaria construcción) en un personaje con matices, pero que resulta aún menos creíble.
Sin embargo la recreación de la época en el remake, especialmente en el aspecto visual, puede ser más interesante que en la versión original (aunque pueda parecer paradójico). Por ejemplo, la película moderna es más cruda mostrándonos los efectos de la Depresión, o nos ofrece bellas imágenes de una reconstruida por ordenador Nueva York de la que la original, rodada en estudio, carece. Me encantan, por su significado, esos planos de la ciudad de chabolas en Central Park mientras Al Jolson canta I’m sitting on top of the world. La recreación de Skull Island y sus habitantes es también visualmente más conseguida y realista, aunque quizás demasiado monstruosa, dejándose llevar por el gusto por la estética terrorífica, más que aventurera, de su director. La banda sonora de James Newton Howard, un aspecto a veces obviado, también cuenta con algunas piezas muy útiles para partidas con mucha exploración y persecuciones tensas.
Por cierto la edición en DVD de la película de Peter Jackson incluye un divertido falso documental sobre la exploración de la Isla de la Calavera que merece ser visto por si mismo. Ofrece el material que suelen llevar esta clase de documentales (entrevistas con los autores y artistas conceptuales) pero enmarcado en una falsa estructura de documental de vida natural que puede dar ideas para otros aventureros lanzados a la isla de los monstruos.
Mención especial merece uno de los director de esta primera versión, Merian C. Cooper, que es un personaje digno de atención por si mismo: fue piloto en las dos guerras mundiales, incluso hace una aparición en su película como el piloto que derriba al gorila, viajero, cazador y aventurero, no muy distinto (si hemos de creer algunos testimonios) al Carl Derham de la ficción. Entre los papeles protagonistas destaca sobre todo Fray Wray como Ann Darrow, aunque el voluntarioso Carl Denham de Robert Amstrong será el elegido para protagonizar la secuela (de la que hablaremos luego). El supuesto protagonista humano, el héroe que rescata a Ann del gorila, Jack Driscoll (Bruce Cabott) queda bastante desdibujado una vez el gorila llega a la ciudad y en general parece el menos interesante de todos los personajes.
La nueva película de Peter Jackson es mucho más espectacular, con un peso excesivo de las excesivamente largas y artificiosas peleas realizadas con infografía entre Kong y otras bestias prehistóricas. Por otro lado retuerce hasta dejarlos irreconocibles a algunos personajes, principalmente al héroe de la aventura, Jack Driscoll (Adrien Brody), para intentar darle una mayor profundidad, o apariencia de ella, añadiendo un subtexto político y convirtiéndolo de un estereotipo de serie B (simple y directo en su rudimentaria construcción) en un personaje con matices, pero que resulta aún menos creíble.
Sin embargo la recreación de la época en el remake, especialmente en el aspecto visual, puede ser más interesante que en la versión original (aunque pueda parecer paradójico). Por ejemplo, la película moderna es más cruda mostrándonos los efectos de la Depresión, o nos ofrece bellas imágenes de una reconstruida por ordenador Nueva York de la que la original, rodada en estudio, carece. Me encantan, por su significado, esos planos de la ciudad de chabolas en Central Park mientras Al Jolson canta I’m sitting on top of the world. La recreación de Skull Island y sus habitantes es también visualmente más conseguida y realista, aunque quizás demasiado monstruosa, dejándose llevar por el gusto por la estética terrorífica, más que aventurera, de su director. La banda sonora de James Newton Howard, un aspecto a veces obviado, también cuenta con algunas piezas muy útiles para partidas con mucha exploración y persecuciones tensas.
Por cierto la edición en DVD de la película de Peter Jackson incluye un divertido falso documental sobre la exploración de la Isla de la Calavera que merece ser visto por si mismo. Ofrece el material que suelen llevar esta clase de documentales (entrevistas con los autores y artistas conceptuales) pero enmarcado en una falsa estructura de documental de vida natural que puede dar ideas para otros aventureros lanzados a la isla de los monstruos.
El hijo de Kong (Son of Kong, 1934)
Ernest B Schoedsack.
Género: AventurasInteresante para: viajeros en los mares del sur, fans de la primera parte.
Intento de rentabilizar el éxito masivo de King Kong realizando una secuela mucho más barata: con menos efectos, menos actores (y sin Fray Wray, la principal estrella del film original) y con un guion más simple; ofrece entretenimiento intrascendente y una conclusión, aunque posiblemente insatisfactoria, para la historia de Skull Island. Fue dirigida por Ernest B. Schoedsack, que ya había participado en la dirección de la película original, e igualmente participó una de las guionistas de aquella, Ruth Rose.
La historia continúa poco después, prácticamente a continuación del último fotograma de la anterior película: el director de cine Carl Derham y el capitán Englehorn, interpretados por los mismos actores que en la original (Bruce Armstrong y Frank Reicher), deciden escapar de los EEUU para huir de sus deudas, insoportables después del desastre de Kong.
Tras un tiempo, verdaderamente innecesario narrativamente, pero necesario para alargar un poco el metraje, por diversas islas del Pacífico y siguiendo historias de un tesoros antiquísimos vuelven, precisamente, a la Isla de la Calavera. Allí, para su sorpresa y la de los espectadores, encuentran a un gorila albino, suponemos por el título que el hijo del anterior simio, aunque no queda claro como es eso posible (que supiéramos no había hembra de su especie a mano). Este Kong junior muestra una sorprendente e inexplicable simpatía por los exploradores (a los que salva, sin motivación, de distintos peligros) además un carácter bufonesco bastante tonto, y les acompañará durante el resto del film, por propia voluntad. Por supuesto cuenta con su damisela en apuros (Helen Mack), pero esta carece del carisma de Fay Wray. Finalmente todo termina con un clímax que anula cualquier posibilidad de secuela o continuación.
No es, ni mucho menos, una gran película pero es divertida y nos permite ver como entendían en los 30 las secuelas y las continuaciones.
No es, ni mucho menos, una gran película pero es divertida y nos permite ver como entendían en los 30 las secuelas y las continuaciones.
El Malvado Zaroff (The Most Dangerous Game, 1932),
Irving Michel, Ernest B. Shoedsack
Género: AventurasInteresante para: cazadores de caza mayor, exiliados rusos
La siguiente película, es otro de esos ejemplos de una traducción nefasta que a veces vivimos en España: su titulo original, The Most Dangerous Game, puede verse en el, precioso, cartel que aparece aquí al lado. El título, que significa más o menos "la presa más peligrosa" (aunque el otro significado de game, juego, hace el juego de palabras), es el mismo que el del relato en que está basado, una historia de Richard Connell publicada en la revista Collier's Weekly (lo que se conocía como un slick, revista impresa en mejor papel y más prestigiosa que el pulp) en 1924. Desde entonces su argumento ha sido adaptado, copiado y homenajeado tantas veces que se ha convertido en tópico.
El barco en el que viaja el cazador profesional Robert "Bob" Rainsford (Joe McCrea) sufre un naufragio del que nuestro protagonista es el único superviviente. Consigue llegar hasta la isla cercana, donde habita un siniestro personaje, un conde ruso exiliado Zaroff (Leslie Banks). Con él también se encuentra en la isla a un inepto millonario y a su atractiva hermana, que han llegado a la isla en parecidas circunstancias a las suyas. Esa misma noche Rainsford descubre las siniestras actividades a las que Zaroff se dedica en su isla: con un falso faro provoca el hundimiento de los barcos en los bajíos que rodean su isla, para luego forzar a los supervivientes a participar en una cacería humana, persecución en que ellos son la presa y Zaroff el implacable cazador. Le ofrece entonces una posibilidad de salvarse: si sobrevive hasta el amanecer será libre.
El principal problema, como digo, es que esta película ha perdido el impacto por la sobreexposición y hoy a nadie sorprendería o impactaría, como suponemos que hacía al público de los 30, esta historia. La tensión que crea en las primeras escenas, mientras se nos va desvelando la verdad, se pierde en un poco, pero la parte de la desesperada persecución, el villano en su manía cinegética y la desesperada lucha final siguen siendo dignas de verse.
Como dato mencionar que la pareja de hermanos es interpretada por Robert Armstrong y Fay Wray, que un año después interpretarían a Carl Derham y Ann Darrow en King Kong. También el interprete del el siniestro sirviente ruso de Zaroff, el cosaco Ivan, aparece en King Kong. Se trata de Noble Johnson, curiosamente un actor afro-americano que en esta última película aparece como jefe de los nativos de Isla Calavera. Noble Johnson, con su físico imponente, era aprovechado para toda una multitud de villanos étnicos en diversas películas de la década, pero también contaba con su propia productora de películas destinadas al público afroamericano. En cierta forma, si El hijo de Kong es la secuela oficial de la película de Merian C. Cooper, este El Malvado Zaroff sirve de secuela, continuación no oficial. Incluso sería fácil imaginar que el cazador obsesivo de esta película estaría fascinado por una reserva repleta de las más excepcionales presas, como son las bestias prehistóricas, y quizá su isla no está muy lejos de la de Kong.
Como dato mencionar que la pareja de hermanos es interpretada por Robert Armstrong y Fay Wray, que un año después interpretarían a Carl Derham y Ann Darrow en King Kong. También el interprete del el siniestro sirviente ruso de Zaroff, el cosaco Ivan, aparece en King Kong. Se trata de Noble Johnson, curiosamente un actor afro-americano que en esta última película aparece como jefe de los nativos de Isla Calavera. Noble Johnson, con su físico imponente, era aprovechado para toda una multitud de villanos étnicos en diversas películas de la década, pero también contaba con su propia productora de películas destinadas al público afroamericano. En cierta forma, si El hijo de Kong es la secuela oficial de la película de Merian C. Cooper, este El Malvado Zaroff sirve de secuela, continuación no oficial. Incluso sería fácil imaginar que el cazador obsesivo de esta película estaría fascinado por una reserva repleta de las más excepcionales presas, como son las bestias prehistóricas, y quizá su isla no está muy lejos de la de Kong.
Sólo los ángeles tienen alas
(Only Angels have Wings, 1939)
Howard Hawks
Género:AviaciónInteresante para: pilotos, chicas del espectáculo, aficionados a los diálogos agudos.
Gran película, mezcla casi perfecta de aventura, comedia y romance en un escenario exótico: la ciudad de Barrancabermeja, en Colombia. Tenemos aquí uno de los modelos, reconocidos por el guionista Lawrence Kasdam, de la relación Indiana-Marion en Raiders; contamos con un protagonista canallesco, pero de buen corazón, e innegable posibilidades heroicas bajo esa apariencia, y una mujer de mundo, de lengua afilada ,pero más inocente de lo que quiere reconocer. Cuenta sobre todo con unos diálogos ingeniosos y rápidos, al estilo del género conocido como screwball, especialmente en las discusiones, que se convierte en un intercambio de réplicas, dobles sentidos y malos entendidos entre ambos.
Una joven americana llamada Bonnie Lee, interpretada por Jean Arthur, se detiene en el puerto sudamericano antes mencionado, donde conoce a un grupo de pilotos, la mayoría compatriotas suyos, que llevan un peligroso servicio de correo sobre las montañas. Al mando se encuentra el aparentemente cínico Geoff Carter (Cary Grant) Entre él y la chica se inicia esa noche una curiosa historia de amor, pero sobre todo de discusiones y malentendidos.
El film se estructura en torno a varias escenas de vuelos arriesgados (rodadas con maquetas) que forman el hilo aventurero principal y que van dividiendo la película en distintos episodios. Esta trama aventurera se sazona ligeramente con antiguos amores (Rita Hayworth) que reaparecen y otras revueltas melodramáticas, además de exaltaciones de la aviación como un trabajo heroico en si mismo.
La película fue dirigida por Howard Hawks, un realizador con una filmografía demasiado larga (y llena de títulos de interés) para poder reseñarla aquí con cierta justicia, pero que siempre mostró especial interés por las historias de aviones y aviadores, además de realizar algunos de los mejores westerns de la historia del cine, magníficas comedias y dramas memorables.
Es muy interesante ver como la aviación es presentada casi como una droga, algo mágico sin lo cual los pilotos no pueden vivir, aunque eso implique arriesgar su vida en vuelos imposibles por una paga mísera.
Si no la has visto esta es una de las básicas para entender una forma de hacer aventuras.
Robert Pirosh
Género: Aventuras
Interesante para: egiptomaniacos, arqueólogos
Película menor, y un poco más tardía de lo habitual, en este caso, sobre arqueólogos buscando la perdida tumba de un faraón en Egipto, que se supone contiene pruebas que permiten demostrar la historia bíblica de la estancia de José en Egipto y de su condición de consejero del faraón.
Está protagonizada de forma eficiente por Robert Taylor, en el papel del duro arqueólogo Mark Brandon, y por Eleanor Parker como la heredera Ann Barclay que le embarca en dicha búsqueda. La película se ambienta en torno al cambio de siglo entre el XIX y el XX y no en los años 20 y 30.
En determinados momentos roza el publi-reportaje de lugares turísticos de Egipto, supongo que por haber tirado de material de archivo, y en general es bastante inconsistente con la información histórica (no sólo actual si no la disponible en la época de realización de la película)
En determinados momentos roza el publi-reportaje de lugares turísticos de Egipto, supongo que por haber tirado de material de archivo, y en general es bastante inconsistente con la información histórica (no sólo actual si no la disponible en la época de realización de la película)
Tiene, sin embargo, una muy buena escena de duelo entre el protagonista y los tuareg, y algunos buenos momentos de descubrimiento arqueológico y mecanismos en las tumbas que bien pueden tenerse en cuenta si los personajes se acercan al país del Nilo con ansias de descubrir tesoros.
Gunga Din (1939)
Georges Stevens
Género: aventura colonialInteresante para: visitantes de la India, soldados británicos
Otra película protagonizada por Gary Grant (la segunda y no será la última), esta vez junto con Victor McClaglen y Douglas Fairbanks Jr. en los papeles principales. Utiliza el poema de Kipling como mera excusa para contar una aventura para nada relacionada con este, haciendo aparecer al escritor como un personaje cerca del final de la misma.
En el siglo XIX tres pendencieros soldados británicos (gran escena la de la pelea inicial) escuchan rumores sobre un templo de oro más allá de las líneas británicas y deciden partir en su busca. Allí descubren una gigantesca revuelta nativa, dirigida por un siniestro sacerdote de Kali de cabeza afeitada, que planea expulsar a los británicos y desatar un reinado sangriento en toda la India.
Tanto el sacerdote de Kali y Gunga Din, los dos únicos personajes hindúes de importancia, están interpretados por actores europeos maquillados para parecer de otra etnia, en una práctica demasiado común en el cine clásico y que, especialmente en el caso del gurú resulta demasiado obvio. Esto se combina con una visión completamente colonial de la India, como tierra de oportunidades para los blancos, pero en la que los nativos solo pueden servir como secundarios y servidores.
Se trata de un clásico del cine colonial, en el que el Imperio Británico sirve como marco para aventuras en sus confines más exóticos. Genero este en que Victor McClaglen parecía especializado, siempre en papeles de soldado, a los que podía aportar su propia experiencia en el ejército británico y en las colonias.
Vale, está ambientada en el siglo XIX, pero cuenta como precuela de El Templo Maldito, siendo uno de sus referentes más claros.
Golpe en la Pequeña China
(Big Trouble in Little China, 1986)
John Carpenter
Género: Aventura sobrenaturalInteresante para: habitantes de chinatown, gente sin prejuicios.
La primera película ambientada en la actualidad que voy a incluir en la filmografía, pero sin duda no la última. Aunque creo que la ambientación en los años 20-40 es la que mejor funciona para el género de la aventura pulp, ya que proporciona el punto justo de distancia y ensoñación, al mismo tiempo que un mundo más o menos reconocible, creo que ha habido ejemplos de películas que han conseguido mantener el espíritu adecuado, aún cambiando las coordenadas temporales del relato.
Como en general todas las películas de John Carpenter está bastante justita de presupuesto y eso se nota, además, lo siento por sus fans, la banda sonara de sintetizador no ayuda para nada en este caso. Los escenarios son pobres, el vestuario poco elaborado en general y el guión tiene algunas lagunas importantes. Pero aún así ,y esta debe ser la magia de Carpenter, estamos ante una película muy divertida de ver y de revisitar.
Todo sucede rápidamente, sin atascos ni complicaciones, la acción es trepidante y las bromas divertidas. Jack Burton (Kurt Russell) es un personaje simpático, aunque bastante inútil en realidad, casi una parodia del héroe de acción o, en palabras del propio Carpenter, "es un tío que piensa que es el héroe de acción cuando en realidad es el secundario cómico".
El Hechicero chino Lo Pan (James Hong) es un villano a tener en cuenta (además siendo inmortal seguro que ya andaba por allí en los años 20-30) que además ya ha tenido su aparición en material rolero con su presencia en el Mundo de Tinieblas original.
Quizás la estética más ochentera, esos dragones de neón por ejemplo, sea demasiado lastre para un observador actual, pero superando esos problemas proporciona entretenimiento a raudales.
Quizás la estética más ochentera, esos dragones de neón por ejemplo, sea demasiado lastre para un observador actual, pero superando esos problemas proporciona entretenimiento a raudales.
Frank Capra
Género: Aventuras "filosóficas"Interesante para: buscadores de la verdad, místicos
Película que adapta una popular novela de la época, escrita por James Hilton y que introdujo la historia legendaria de Shangri-La en occidente.
Un avión tripulado por un de occidentales que viaja desde la India se estrella en el Himalaya y descubre la perdida tierra de Shangri-La, una utopía a primera vista.
Una gran película, más que nada por el tratamiento de los personajes. aunque en su momento la espectacularidad de los escenarios y el cuidado en la producción fueron elementos mucho más importantes en la promoción del film. Personalmente me parece que el secreto final desilusiona un poco.
En el papel protagonista, el diplomático británico, Robert Conway vemos al gran Ronald Colman. Actor inglés que personalmente me encanta, también muy recomendable la versión que protagonizó en 1937 del Prisionero de Zenda o su versión de Bulldog Drummond. Jane Wyatt en el papel de Sondra, vuelve a mostrarnos lo poco convincente (incluso ridículo) que, en la mayoría de los casos, resulta el utilizar a blancos maquillados para los papeles étnicos.
En el papel protagonista, el diplomático británico, Robert Conway vemos al gran Ronald Colman. Actor inglés que personalmente me encanta, también muy recomendable la versión que protagonizó en 1937 del Prisionero de Zenda o su versión de Bulldog Drummond. Jane Wyatt en el papel de Sondra, vuelve a mostrarnos lo poco convincente (incluso ridículo) que, en la mayoría de los casos, resulta el utilizar a blancos maquillados para los papeles étnicos.
Los Cuentos del Mono de Oro (1982), Serie de Televisión
Género: AviaciónInteresante para: Pilotos comerciales, espías, viajeros por los mares del Sur
Se trata de una serie de televisión que, lamentablemente, no recuerdo haber visto en su momento (aunque si ya de adulto), no se si por, efectivamente, no haberla visto o por simple mala memoria. Por cierto ya he comentado más arriba una de las influencias más claras en la concepción de la serie y sus personajes como es Sólo los ángeles tienen alas, que tiene la misma premisa inicial básica. Un piloto un poco pícaro, una chica abandonada en un lugar exótico,...
En unas islas imaginarias situadas en algún lugar del Pacífico Sur, las Marivellas, nuestro protagonista Jake Cutter (Stephen Collins) pilota su hidroavión, el Cutter’s Goose, y vive diversas aventuras. Junto a él su mecánico Corky (Jeff MacKay), su inteligentísimo perro tuerto Jack y la cantante (y espía americana) Sarah Stickney-White (Caitlin O'Heaney) se enfrentan a cultos egipcios, espías alemanes, maldiciones y un sin fin de aventuras más (bueno si tiene fin, que lamentablemente sólo hicieron 22 episodios) A menudo se utilizan los cliffhangers en las pausas publicitarias, de forma muy similar a los seriales clásicos, y de manera igualmente tramposa.
La serie tiene todos los defectos típicos de una producción televisiva de los 80: limitado presupuesto, abuso de rodaje en estudio, poco espacio para experimentos técnicos o narrativos... pero es una pena que el número de episodios sea tan escaso.
Lo peor de todo, para mi, son las apariciones de los japoneses, donde la falta de presupuesto (y de diseñadores convincentes para la ropa y maquillaje orientales) se nota especialmente; el seleccionar a una actriz hispana para interpretar a la jefa japonesa, con todos los estereotipos de la Dama Dragón aunados con su vestuario de opereta, tampoco ayuda para nada. Pero por lo demás altamente recomendable.
La gran ruta hacia China (High Road to China, 1983)
Brain G. Button
Género: Aventuras/aviaciónInteresante para: veteranos de la gran guerra, viajeros en Asia Central.
Comencemos con un detalle de trivial cinéfilo tan repetido como interesante: Tom Selleck había sido el actor originalmente seleccionado para hacer de Indiana Jones en el Arca Perdida y parece ser que esta película fue su intento (el primero de varios) de sacarse la espina... sin conseguirlo más que parcialmente.
Esta es sin duda una película menor, aunque entretenida. La producción es pobre y, donde Raiders hizo un arte de aparentar ser más cara de lo que realmente era, esta película falla completamente. Las escenas aéreas, más caras y complejas de rodar entonces que ahora, donde los drones y el uso de CGI ha sustituido al uso de aviones reales, limitados en lo que podían conseguir ante la cámara, son bastante interesantes, pero no levantan los puntos más bajos del desarrollo.
La disipada heredera Eve 'Evie' Tozer (Bess Armstrong) necesita la ayuda de un alcoholizado piloto veterano de la gran guerra, Patrick O’Malley (Sellek), para encontrar a su padre, desaparecido en algún lugar del interior de China. Mientras el socio de éste, Bentik (Robert Morley), intenta impedirlo con todas las armas a su alcance.
En realidad la mayoría de las escenas protagonizadas por este orondo villano Bentik, dirigiendo la persecución a distancia, pero de forma inmediata, resultan absurdas y anticlimáticas, además de plantear más agujeros en la trama de los que solucionan. Se podría haber eliminado estas escenas, que sólo tienen interés mínimo en los primeros compases del film, acelerando la acción; trama supuestamente central (la del padre desaparecido) que, además, se resuelve de una forma bastante tramposa.
La banda sonara de John Barry es muy buena, posiblemente lo mejor del film, tanto que algunas piezas han sido reutilizadas hasta la saciedad en otros proyectos (por ejemplo el programa Historias de RNE hacía uso de la sugerente principal pieza romántica).
La película no esta del todo mal, resultando un poco endeble eso sí, pero en general está muy por debajo de su supuesto modelo. Button, director de las muy interesantes Los violentos de Kelly o El desafío de las águilas (ambas películas de comandos en la segunda guerra mundial) no consigue crear ninguna secuencia de acción memorable en este caso.
La banda sonara de John Barry es muy buena, posiblemente lo mejor del film, tanto que algunas piezas han sido reutilizadas hasta la saciedad en otros proyectos (por ejemplo el programa Historias de RNE hacía uso de la sugerente principal pieza romántica).
La película no esta del todo mal, resultando un poco endeble eso sí, pero en general está muy por debajo de su supuesto modelo. Button, director de las muy interesantes Los violentos de Kelly o El desafío de las águilas (ambas películas de comandos en la segunda guerra mundial) no consigue crear ninguna secuencia de acción memorable en este caso.
Los intocables (The Untouchables, 1987)
Brian de Palma.
Género: gangstersInteresante para: traficantes de alcohol, policías, justicieros
Película realista de gánsteres, ideal para que la vea nuestro justiciero urbano y para ver algunos espectaculares tiroteos con Tommys. Está remotamente basado en la verdadera historia de Eliot Ness y su enfrentamiento contra la Al Capone en el Chicago de la Prohibición, pero sobre todo en la serie de televisión de los 50 sobre ese mismo argumento.
He de decir que no soporto a Kevin Costner, manía personal, y eso siempre me ha planteado una dificultad con esta película, sin embargo el gran papel de Sean Connery y el correcto Al Capone de Robert de Niro, lo compensan para mi con creces. Mención especial el despreciable Frank Nitti, nada que ver con el Nitti real, interpretado por Billy Drago.
Se trata de una película digna de ver aunque sólo sea por los vestuarios, la música, los coches y los escenarios, todos esos detalles que dan realidad a una era y que a menudo pasamos por alto.
La cena de los acusados (The Thin Man, 1934)
W. S. Van Dyke.
Género: comedia/intrigaInteresante para: detectives, gente de alta sociedad, cualquiera con sentido del humor.
Basada en un relato de Dashiell Hammet con el mismo título, pero con un tono más ligero y simpático que este. La película se trata de un producto intermedio entre una historia de misterio negro, "pura", y algo sórdida, y una comedia romántica, donde ambos elementos consiguen mantener un delicado equilibrio y funcionar pese a su disparidad.
Nick Charles, interpretado con desparpajo por William Powell, es un antiguo detective de los bajos fondos neoyorquinos ¡, hoy convertido en millonario gracias a su matrimonio con la heredera Nora, la no menos descarada Myrna Loy. Pese a este supuesto retiro, y a su reticencia a volver al trabajo, se ve implicado en la investigación de la desaparición de uno de sus antiguos amigos en Nueva York. Dotado de la inteligencia necesaria para este trabajo, sus métodos, que van desde fingirse culpable a engañar a los, siempre poco avispados, policías, son cualquier cosa menos tradicionales.
Lo mejor de la película es la relación de la pareja protagonista, lanzándose pullas y bromas mientras beben martinis, o lo que se tercie (recordemos solo un año después del fin de la Prohibición, no era necesario fingir que ninguno de ellos la había cumplido), sin pausa y con total desparpajo. Sólo por sus diálogos, por el tiroteo verbal que se produce, vale la pena toda la película. Quizás los momentos de humor canino, con su perro Asta, hayan envejecido bastante peor y resulten un poco ñoños.
Después del éxito de esta se hicieron hasta seis películas más con los mismos actores interpretando a estos personajes, entre 1934 y 1947, algo inferiores pero igualmente divertidas; eso si, cada vez la trama detectivesca tiene menos y menos peso, con más momentos cómicos, mientras que el personaje de Nora se va domesticando convirtiéndose en madre responsable, frente a su marido que continua siendo el mismo calavera desvergonzado a lo largo de toda la serie.
Entre 1957 y 1959 se produjo una serie de televisión titulada también The Thin Man (en español El, Ella y Asta) con Peter Lawford y Phyllis Kirk en los papeles principales.
Hellboy (2004)
Guillermo del Toro
Género: acción sobrenatural
Interesante para: brujos, luchadores contra los Mitos, aficionados a los puros.
La serie de cómic sobre Hellboy es un ejemplo perfecto de como captar el espíritu de los pulps, pese a estar ambientada en la actualidad, y esta primera película hace una correcta traslación de este espíritu al celuloide, aunque añadiendo las preocupaciones estéticas y temáticas propias del director mejicano.
De la película me gusta particularmente la escena inicial, en la que nos presenta el origen de nuestro protagonista y el primer intento de Rasputín de traer a sus cthulhoidéas deidades a nuestro mundo. Con ese principio, todo el resto de la película transcurre sin estridencias, con buenos diseños, buenos efectos y unos diálogos adecuadamente divertidos. Un Hellboy (perfecto Ron Perlman) que como su homólogo del cómic es un tipo sorprendentemente normal y corriente pese a su vida y su aspecto, un Abe Sapiens (Doug Jones) alienígena pero simpático y una Liz (Selma Blair) mucho más interesante que el personaje del cómic. Mención especial, pese a lo breve, merecen el profesor Bruttenholm, interpretado con dignidad y estilo por John Hurt, y el Rasputín de Karel Roden.
Poco más puedo decir, la película adapta de forma libre la trama principal de las primeras miniseries de Hellboy: la historia de Rasputín, el proyecto Ragnarok y su enfrentamiento con el BPRD, haciendo algunos cambios trascendentales en varios personajes. El más alterado es el villano Kroenen (Ladislav Beran): mientras que este en el cómic es un científico más bien apocado, cobarde y obsesionado con los gérmenes, en la película se convierte en una máquina de matar que funciona a cuerda, imagen que resulta más propia de las obsesiones del director Guillermo del Toro (véase si no la interesantísima Chronos) que de lo mostrado en el cómic.
De la película me gusta particularmente la escena inicial, en la que nos presenta el origen de nuestro protagonista y el primer intento de Rasputín de traer a sus cthulhoidéas deidades a nuestro mundo. Con ese principio, todo el resto de la película transcurre sin estridencias, con buenos diseños, buenos efectos y unos diálogos adecuadamente divertidos. Un Hellboy (perfecto Ron Perlman) que como su homólogo del cómic es un tipo sorprendentemente normal y corriente pese a su vida y su aspecto, un Abe Sapiens (Doug Jones) alienígena pero simpático y una Liz (Selma Blair) mucho más interesante que el personaje del cómic. Mención especial, pese a lo breve, merecen el profesor Bruttenholm, interpretado con dignidad y estilo por John Hurt, y el Rasputín de Karel Roden.
Poco más puedo decir, la película adapta de forma libre la trama principal de las primeras miniseries de Hellboy: la historia de Rasputín, el proyecto Ragnarok y su enfrentamiento con el BPRD, haciendo algunos cambios trascendentales en varios personajes. El más alterado es el villano Kroenen (Ladislav Beran): mientras que este en el cómic es un científico más bien apocado, cobarde y obsesionado con los gérmenes, en la película se convierte en una máquina de matar que funciona a cuerda, imagen que resulta más propia de las obsesiones del director Guillermo del Toro (véase si no la interesantísima Chronos) que de lo mostrado en el cómic.
Michael Curtiz.
Género: espías/románticoInteresante para: viajeros por el norte de África, agentes anti-nazis
Es obvio que nada nuevo puede decirse ya sobre esta película, que todo el mundo debería ver, varias veces a ser posible. Estoy seguro de que mis palabras no conseguirán hacer justicia a un film que se ha convertido en legendaria.
En la ciudad de Casablanca, bajo la administración del gobierno colaboracionista de Vichy, se reúnen los desesperados que intentan escapar del ejércitos nazis que domina Europa, pero también los criminales y los meramente perdidos. En esta ciudad de almas perdidas, el Café de Rick. regentado por Rick Blaine (Humprey Bogart) aparentemente un cínico y endurecido expatriado americano, es un punto de encuentro para todos ellos. La llegada de un antiguo amor de Rick Blaine, Ilsa (Ingrid Bergman), junto con el líder de la resistencia checa Victor Lazslo (Paul Henreid) altera el delicado equilibrio y nos muestra más cosas sobre nuestro protagonista y su pasado de lo que podíamos imaginar. Destacan, pese a ocupar papeles secundarios, actores magníficos como Claude Rains, Sidney Greenstreet y Peter Lorre. Elementos de cine negro y de espionaje se mezclan con un mensaje político claramente anti-nazi (recordemos la escena que termina con la interpretacion de la Marsellesa)
Aunque aparentemente no haya mucho material aventurero en esta película si nos fijamos más está llena de ideas que pueden ser interesantes. Los puertos sin ley del norte de África son un lugar perfecto para contrabandistas, aventureros y punto obligado de paso para aventuras mayores, antes, durante y después de la guerra. Otra película de Bogart con una ambientación similar, en este caso en Siria, titulada Sirocco (1951, Curtis Bernhardt) puede ser el complemento o contrapunto perfecto de esta.
El Halcón Maltés (The Maltese Falcon, 1941)
John Huston
Género: negroInteresante para: detectives, aficionados a la historia templaria.
En este caso Bogart interpreta al mítico Sam Spade, en la tercera adaptación cinematográfica de la novela del mismo título, escrita por Dashiel Hammet en 1930. Compleja red de asesinatos y mentiras para hacerse con un fabuloso tesoro, un halcón de oro y joyas fabricado por los templarios que funciona como el Macguffin paradigmático. En realidad no importa lo que el Halcón es o deja de ser, lo que vale o para que sirve, lo único que importa es que los personajes lo desean por encima de todo.
Todo el mundo miente, el primero de ellos el protagonista, nadie es lo que parece y todo puede ser una trampa. Mientras que en la novela la historia del halcón la conocemos por medio de los personajes, y por eso mismo ni siquiera podemos estar seguros de su fiabilidad, la película comienza con una cortinilla de texto con esta historia (aparentemente muy alejada del ambiente y tono general de la obra) que no se desvelará a nuestro protagonista hasta bien entrada la trama.
De nuevo volvemos a encontrar a Peter Lorre y Sidney Greenstreet en papeles parecidos a los que interpretaran en Casablanca, mientras que en esta caso el papel femenino principal recae en Mary Astor, actriz que había empezado muy joven en el cine mudo y que en 1941 contaba ya con una larga carrera. Pero el protagonista absoluto es Bogart, convertido en arquetipo del tipo duro por una sucesión de papeles a ambos lados de la ley que aquí interpreta al icónico Marlowe.
Como ya he dicho la película es cine negro en estado puro, pero el objeto en sí no deja de tener su encanto para otro tipo de campañas y teniendo en cuenta el final (¿alguien no lo conoce?) es posible que todavía se encuentre en alguna parte, esperando para que tus personajes lo encuentren.
Cortos de Superman de los estudios Fleischer (1941-1943)
Género: ciencia ficciónInteresante para: científicos locos, justicieros
Varias historias (17) muy cortas con un Superman que todavía salta más que vuela y cuyos poderes, aunque increíbles, son todavía más o menos limitados.
Al ser muy cortos el desarrollo de la historia es apresurado y el principal atractivo es la acción; en algunos apenas hay diálogos, y su duración hace que no de tiempo para presentar tramas demasiado elaboradas. No hay progresión cronológica y se trata de episodios sueltos que recaen en tópicos bien reconocibles del personaje.
Sin embargo hay verdaderos tesoros en los diseños y algunos elementos que se convertirán en icónicos. Así diversos componentes visuales, lo más atractivo de estos cortos, tienen una gran influencia en la siguiente cinta de esta lista: Sky Captain y el Mundo del mañana (comparar por ejemplo los robots de esta película con los del corto titulado Los Monstruos Mecánicos). También se puede ver su influencia en las series de Warner de dibujos a la estela de Batman: The Animated Series, pero también en las aventuras en anime de Lupin III.
Muchos de los cortos son principalmente propaganda bélica, con villanos japoneses y nazis caricaturizados, como La hora 11. en que Superman se dedica a sabotear la armada japonesa y salvar a Lois de ser fusilada por espía o Japoteurs, con saboteadores japoneses intentando destruir un avión experimental.
Sin embargo hay verdaderos tesoros en los diseños y algunos elementos que se convertirán en icónicos. Así diversos componentes visuales, lo más atractivo de estos cortos, tienen una gran influencia en la siguiente cinta de esta lista: Sky Captain y el Mundo del mañana (comparar por ejemplo los robots de esta película con los del corto titulado Los Monstruos Mecánicos). También se puede ver su influencia en las series de Warner de dibujos a la estela de Batman: The Animated Series, pero también en las aventuras en anime de Lupin III.
Muchos de los cortos son principalmente propaganda bélica, con villanos japoneses y nazis caricaturizados, como La hora 11. en que Superman se dedica a sabotear la armada japonesa y salvar a Lois de ser fusilada por espía o Japoteurs, con saboteadores japoneses intentando destruir un avión experimental.
Sin supervillanos aún en muchos aparecen científicos locos amenazando a la ciudad con su arsenal super-avanzado, sean estos cañones laser gigantes, robots teledirigidos o maquinas de terremotos. En una de ellas incluso hace una breve aparición una civilización perdida y en otra un misterio relacionado con una momia y una maldición.
Aunque se les conoce normalmente como cortos de Fleischer en realidad solo la mitad fueron realizados por esa productora (entre Septiembre del 41 y agosto del 42) mientras que los posteriores (entre Septiembre del 42 y Julio del 43) fueron realizados por su heredera, Famous Studios, después de que Max Fleischer dejara la compañía.
Sky Captain y el mundo del mañana
(Sky Captain and the World of Tomorrow, 2004)
Kerry Conran.
Género: ciencia ficciónInteresante para: periodistas impetuosos, genios del mal
Película que fue un fracaso económico, cortando de raíz los planes originales del director y guionista Kerry Conran, de realizar una serie sobre el personaje y quizás la posibilidad de una franquicia pulp que rivalizara con Indiana Jones.
La trama comienza situándonos en la ciudad de Nueva York, en un entorno levemente ucrónico que quizás resulte más confuso que otro cosa. Tras unas secuencias de de presentación pronto el argumento se centra en la periodista Polly Perkins (Gwyneth Paltrow) que investiga la desaparición de una serie de científicos.
Al poco la ciudad es atacada por robots gigantes, al parecer dirigidos por una misteriosa figura llamada Totenkopf. La periodista se une al piloto mercenario Joe Sky Captain Sullivan (Jude Law), con quien mantuvo en el pasado una relación romántica, para descubrir lo que se esconde detras de esos ataques. La persecución del esquivo Tontenkopf les llevará a lugares remotos del globo, viajando hasta la misma Shangri-La y una misteriosa isla en el Pacífico (que todo parece indicar se trata de Isla Calavera, nada más y nada menos) para descubrirlo.
A mi la película me encantó en su momento, pese a sus evidentes fallos, es espectacular y sobre todo muy bonita, con un aire de película antigua coloreada que me resulta encantador. Desgraciadamente con el tiempo se hace evidente que se trata de un esfuerzo fundamentalmente esteticista y necesitado de emoción real, cuyo guion se deshincha después de un principio espectacular hasta un final quizás apresurado.
Todos los actores, es cierto, parecen algo acartonados y perdidos en esos escenarios infográficos (toda la película fue grabada en pantalla verde y los escenarios creados por ordenador a posteriori) y sólo en determinados momentos consiguen superar esos problemas. La utilización de material de archivo de Lawrence Olivier para encarnar al villano resulta quizás algo desasosegante, desde un punto de vista ético, pero efectiva narrativamente.
A mi la película me encantó en su momento, pese a sus evidentes fallos, es espectacular y sobre todo muy bonita, con un aire de película antigua coloreada que me resulta encantador. Desgraciadamente con el tiempo se hace evidente que se trata de un esfuerzo fundamentalmente esteticista y necesitado de emoción real, cuyo guion se deshincha después de un principio espectacular hasta un final quizás apresurado.
Todos los actores, es cierto, parecen algo acartonados y perdidos en esos escenarios infográficos (toda la película fue grabada en pantalla verde y los escenarios creados por ordenador a posteriori) y sólo en determinados momentos consiguen superar esos problemas. La utilización de material de archivo de Lawrence Olivier para encarnar al villano resulta quizás algo desasosegante, desde un punto de vista ético, pero efectiva narrativamente.
El último hombre (Last Man Standing, 1996)
Walter Hill.
Género: acciónInteresante para: pistoleros de gatillo fácil, criminales
Basada en otra novela de Dashiel Hammet, en este caso Cosecha Roja, novela que también ha inspirado Yojimbo (1961) de Akira Kurosawa, que a su vez inspiró Por un puñado de Dólares (1964) de Sergio Leone; películas, estas dos, muy superiores a esta que tratamos a continuación, pero demasiado adscritas a sus géneros particulares, creo, para tener cabida en esta filmografía.
El último hombre plantea múltiples diferencias con su inspiración original, especialmente en cuanto a la personalidad y motivos del personaje protagonista, que en la novela no es otro que el anónimo Agente de la Continental (el primer personaje recurrente de las historias de Hammet). En este caso el protagonista es John Smith, o lo que es lo mismo un hombre sin nombre, interpretado con pocos matices por Bruce Willis. Es un pistolero que, escapando de algo sin determinar, se refugia en un pueblo llamado Jericho en Texas. Este pequeño y desolado lugar está controlado por dos bandas de criminales, una irlandesa y otra italiana, que luchan por el control del contrabando fronterizo. Ambas intentan contar con sus servicios, para romper el empate técnico en el que se encuentran, y él aprovecha la ocasión para enfrentar una con otra, ganado mucho dinero en el proceso. Sin embargo sus acciones terminan tomando un camino más altruista.
El director, Walter Hill, ha declarado en alguna ocasión que todas sus películas son, en el fondo, westerns, y esta influencia es obvia en el film que nos ocupa. La imagen de los pequeños pueblos del sur de los EEUU en la Depresión, con casas desvencijadas, polvo y matorrales rodadores arrastrado por el viento, bajo un sol inclemente, resulta de lo mejor de la película, mientras nos hacen pensar inmediatamente en toda la iconografía de la frontera americana.
Se trata de una obra muy violenta, no sólo repleta de acción, si no de sangre y por ello posiblemente poco adecuada como inspiración para la mayor parte de campañas, ya que normalmente se tiende a una violencia menos cruda, pero de interés para justicieros y vengadores que quieran alejarse de las grandes ciudades.
The Phantom: El Héroe Enmascarado
(The Phantom, 1996)
Simon Wincer
Género: aventurasInteresante para: héroes de la selva, luchadores contra el crimen
Como muchos otros de mi generación leí a lo largo de mi infancia un número indeterminado e inconexo de cómics del Fantasma e incluso pude ver algunos vídeos con episodios de los dibujos de Los Defensores de la Tierra; por aquel entonces nunca tuve muy claro quien era ese tipo vestido "de superhéroe" ni que "poderes" tenía (en los dibujos parecía tener superfuerza, pero en los cómics no), pero se añadió a mi biblioteca mental de referencias, en aquella impresionable época la peculiar figura del enmascarado armado con pistolas (pero que nunca parecía herir a nadie) y sus peculiares aventuras selváticas me marcaron. Así que se puede decir que tengo un cariño por el personaje que quizás afecte positivamente a mi impresión sobre la película.
Aunque el guión es algo simplón, las actuaciones planas o demasiado histriónicas, los efectos y algunos escenarios terriblemente cutres (especialmente la base pirata del final) me parece una película correcta, entretenida y que cumple en la medida de lo posible sus objetivos. Tiene pese a todo algunos buenos momentos dignos de recordar (principalmente durante la visita del héroe a Nueva York).
La trama en torno a un tesoro sobrenatural, añadida me temo para acercar la película al exitoso modelo de Indiana Jones, tampoco termina de resultar convincente. Eso si, mi opinión es que Billy Zane es un gran Fantasma, consiguiendo resultar simpático y carismático aún con sus escasos diálogos, y resultar expresivo aún con media cara tapada.
Curiosidad del casting: aparece, en el papel del espíritu del anterior Fantasma que camina Patrick McGoohan, mítico protagonista de la serie de culto, y otra debilidad personal, El Prisionero (1967).
Los Seriales
El serial es un formato típico de los años 30, pequeñas series formadas por capítulos de 20 minutos que eran proyectados en el cine, antes de la película principal del día. Era necesario acudir semana tras semana el cine para descubrir como avanzaba la historia, que normalmente lo hacía a base de escapes en el último segundo y trampas mortales que dejaban a nuestro héroe al borde de la muerte entre capítulo y capítulo.
Curiosidad del casting: aparece, en el papel del espíritu del anterior Fantasma que camina Patrick McGoohan, mítico protagonista de la serie de culto, y otra debilidad personal, El Prisionero (1967).
Los Seriales
El serial es un formato típico de los años 30, pequeñas series formadas por capítulos de 20 minutos que eran proyectados en el cine, antes de la película principal del día. Era necesario acudir semana tras semana el cine para descubrir como avanzaba la historia, que normalmente lo hacía a base de escapes en el último segundo y trampas mortales que dejaban a nuestro héroe al borde de la muerte entre capítulo y capítulo.
Muchos de estos seriales son hoy de libre acceso, habiendo caducado ya sus derechos, y a veces pueden encontrarse bastante baratos en DVD o emitiéndose en canales autonómicos y locales. En general no se trata de grandes obras, y la estructura episódica con constantes recordatorios de lo sucedido resulta un poco absurda de ver de una sentada. El recurso más utilizado es el final en suspenso, el cliffhanger al que dedica su título el suplemento de GURPS centrado en el pulp, que es resuelto, normalmente de formas bastante tramposa, al principio del siguiente episodio. La productora más importante de este formato era la pequeña Republic Pictures.
Particularmente me gustaría recomendar los protagonizados por Buster Crabbe en el papel de Flash Gordon, inspiración reconocida para la Guerra de las Galaxias de George Lucas, pero hay muchos más: El Capitán Marvel, Dick Tracy, La Sombra, Batman, Buck Rogers... contaron todos ellos adaptaciones en este medio, además de otros personajes originales como Comando Cody o los cowboy cantantes interpretados por Gene Autry.
Algunos seriales fueron remontados en forma de largometrajes en épocas posteriores y estos son más fáciles aún de encontrar aunque ocasionalmente algún canal local sorprende emitiendo (eso si, todo seguido) alguna de estas "joyas".
Si echas de menos que hable aquí de La momia ten en cuenta que en 2023 decidí ampliar en una serie de entradas todo lo relativo a esta criatura en el cine en cuatro partes.
Uy, que aludido me siento en esta entrada... Eso de converso entusiasta creo que me pega.
ResponderEliminarSobre Indy decir que yo fui un fan tardío. Si bien la segunda la vi en el cine, y La última cruzada ha sido una película de referencia en mí desde que la vi en un cine de inglaterra (me pareció y me sigue pareciendo la mejor película de aventuras de todos los tiempos), no me he enganchado a Indy hasta bastante mayor. De hecho a estas alturas solo he visto En busca del arca perdida una vez, lo sé, inconfesable... Pero en breve lo soluciono, la tengo a punto para un revisionado.
Rocketeer la recuerdo porque era una adaptación de cómic en un tiempo en que eso no era normal, y porque en general se convirtió en un gran bluff... Pero ya veo que es un referente del género pulp, el personaje, no la película.
The shadow para mí es un gran desconocido, y vistas las continuas referencias que me estoy encontrando últimamente debería hacer algo al respeto.
No así King Kong, me parece una película de referencia (al menos la clásica, la nueva de Peter Jackson ni la he visto, se va notando que soy un cinéfilo de tercera, verdad?). Por lo que veo me toca hacerme con el remake, además,la skull island de la que has hecho una entrada es un lugar muy interesante para hacer aventuras con el Spirit of the Century.
Cuando te vas al cine clásico me pierdo bastante, pero la de Gunga Din parece que vale la pena... Joer, cuantos deberes.
Comentar también que coincido plenamente en los valores que le ves a Hellboy,a mí me parece una gran película, incluso mejor que el cómic (al que soy incapaz de verle poco más que un gran protagonista y unos dibujos impresionantes).
Sky captain la tengo en casa pendiente desde hace un par de años, a ver si le pongo remedio...
Y entre tanta película me ha venido a la mente La reina de África, digna de mención y quizás te valga para la segunda entrega... De pequeño aluciné con esa historia y creo que aún lo haría.
Un saludo, y felicidades por la recopilación. Los profanos la agradecemos.
Jeje si alusión directa y gracias por la publicidad.
ResponderEliminarLo de Indy no tiene perdón de dios, especialmente siendo (IMHO) Raiders la mejor de las tres películas, y sobre todo la mejor coprotagonista. Bueno rezame tres veces el dialogo entre Belloq e Indy en la taberna de El Cairo como penitencia :P
El tipo de la mochila voladora era ya un referente del pulp gracias a varios seriales Commando Cody, King of the Rocketmen, Radar Men of the Moon... de la era "clásica" que Stevens supo reconvertir adecuadamente y crear un diseño impactante. El comic es, desde mi punto de vista, bastante mejor que la película. ¡Además salen la sombra y Doc Savage!
Hellboy, no puedo darte la razón sobre el comic, es cierto que su mayor valor es el dibujo pero a mi las historias me parecen adecuadamente trazadas. No es una maravilla del guión pero cumple de sobra su función. Se me olvido añadir las dos películas animadas de Hellboy Sword of Storms y Blood and Iron tambien muy recomendables para la campaña sobrenatural.
Gravísimo olvidarme de la reina de África cierto, debería haber puesto un "comodín Bogart", lo añado ahora si alguien ve una película en que sale Bogart que la vea, posiblemente sea buena/sirva como inspiración.
También he de decir que he dejado fuera un gran número de comedias clásicas (la primera que me viene a la cabeza es la fiera de mi niña) que yo creo que deberían ser vistas por cualquier master que busque frescura en los dialogos.
Este fin de semana he visto...
ResponderEliminarEn busca del arca perdida.
Indiana Jones y el templo maldito.
Cuentos del mono de oro (los 2 primeros capítulos que abren la serie).
En busca del arca perdido me ha gustado mucho, pero sigo preferiendo la última cruzada, no lo puedo evitar... Aunque Marion mola lo suyo, para que negarlo, y tiene escenas muy buenas, pero la investigación del grial y el padre de Indy me resultan iconos imborrables.
El templo maldito, pues eso... No está mal, pero sin duda la más floja. Aún así tiene unos tópicos bien explotados, me sobran ciertos detalles de la peli pero al ser puro Indiana siempre suma puntos.
Los cuentos del mono de oro rezuma a serie B que espanta (con peleas mal hechas, decorados sacados del un dos tres, y hombres disfrazados de mono), pero está llena de buenas intenciones y sus protagonistas están realmente bien (hasta el perro mola). Y el hidroavión... Como mola el hidroavión, me tendré que hacer con más capítulos de la serie. Tiene ideas para dar y tomar. Un lujo todo y sus evidentes problemas ligados a un presupuesto ajustado.
Un saludo
PD- Tengo más en cartera... A ver que tal. En dos semanas debuto con el SotC así que esta semana será de inmersión aventurero-pulp total.
Me alegro de que te haya gustado las historias del mono de oro, como ya digo no tiene desperdicio a pesar de las evidentes limitaciones. En algunos episodios incluso consiguen esconderlas bastante mejor que en esos dos primeros episodios (el piloto en realidad)
ResponderEliminarLa discusión sobre la jerarquía interna de las pelis de Indy es muy dura. Como ya dije para mi el Arca Perdida es la mejor, pero entre las otras dos no lo tengo tan claro. Si, a mi me gusta el Templo Maldito, pero tranquilo soy yo que soy raro la mayoría de la gente está de acuerdo contigo.
Espero que tras la partida envies abundantes comentarios/ideas sobre la misma. Por cierto eso es rapidez.
Ayuda mucho que SotC sea un juego muy rápido de preparar e improvisar... Por una vez podré ponerme a dirigir con una idea muy abierta de la partida, todo un descanso para los que nos consideramos másters detallistas.
ResponderEliminarPor eso me resulta especialmente útil la documentación, ya que puedo coger tics interesantes para improvisar (eso de "inspirarte" en tal o cual escena siempre sale un poco mejor que crear de la nada), y es bueno empaparte de los clichés del género para plantear la partida. Al ser profano tengo bastante que aprender y todo me vale.
En ese sentido Cuentos del mono de oro es una joya, con localizaciones y PNJs para dar y tomar. En cambio Indiana me inspira de manera más formal, sobre como plantear la acción, y ciertos recursos que son impagables (me encantan esas entradas en que la primera escena es directamente de acción, creo que a SotC le va como anillo al dedo).
Un saludo.