Desvariando en torno a Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal


Esta entrada es más caótica de lo habitual, hablo (simplificando de forma vergonzosa) sobre arqueología y hay SPOILERS sobre la película, de la que podéis leer mi opinión en la entrada anterior.  

La idea de escribir esta entrada es producto, básicamente, de un comentario leído en una web norteamericana (no recuerdo cual) pero escrito por una persona de Perú. Se quejaba esta persona, si se me permite parafrasear en vez de citar su texto, del sin sentido aparente de encontrar una cultura con pirámides escalonadas en Sudamérica, cuando las pirámides precolombinas son un rasgo propio de las culturas mesoamericanas y no de de ninguna cultura conocida en la zona andina o amazónica. También se quejaba del uso del maya en medio del Amazonas, a unos cuatro mil kilómetros de la península de Yucatán, donde efectivamente se habla dicha familia de lenguas. También en el terreno lingüistico extraña descubrir que Indiana haya aprendido el quechua, lengua andina, en su época junto a Pancho Villa, famoso revolucionario mexicano. Dejando aparte eso último, que si es un error de bulto o al menos lo parece a todas luces, quisiera discutir un poco la naturaleza errónea de las dos primeras quejas planteadas.

Primero debo admitir que, lo cierto, es que si nos fijamos un poco más la conexión lingüística y las pirámides no son las únicas relaciones con las culturas de Mesoamérica, por ejemplo (sin esforzarnos mucho), podemos ver glifos y pinturas que recuerdan a los monumentos mayas y en algunas escenas aparece una clara representación del famoso calendario azteca o piedra del sol. La misma estética de los habitantes de Akator, los ugha, recuerda mucho a la representación de los mayas en Acopalypto (2006, Mel Gibson). 

La cronología que se ofrece en la película también parece imposible, no hay restos conocidos (destaco lo de conocidos, lo bueno de la ciencia arqueológica es que admite sus limitaciones y busca completarlas, mientras que la pseudo-arqueología ya tiene sus respuestas y sólo acepta los datos que coinciden con esta) de una cultura tan evolucionada, ni mucho menos, en Sudamérica, hace más de 10 000 años y menos en una zona selvática como aquella.
Arte conceptual de la película por Guy Hendrix Dyas (similitudes con pirámide de Kukulkan y las cabezas de la Serpiente Emplumada)

Permitidme que desvaríe un momento, os juro que al final todo tiene alguna clase de sentido, al menos así me parece. 

Difundiendo 
Para empezar mi explicación necesito hablar brevemente sobre una de las escuelas de pensamiento etno-arqueológico más importantes de principios, y mediados, del siglo XX: el difusionismo, muy en boga en la época de Indiana Jones (tanto en los 30 de la trilogía original como en los 50 de esta cuarta parte).

La palabra difusión, en este contexto, implica la trasmisión o préstamo de un rasgo cultural entre grupos diferentes por contacto directo, y es un proceso normal y constante; como teoría explicativa general, sin embargo, el difusionismo implica que este era el mecanismo básico, casi único, de cambio cultural y la única manera de entender los paralelismos culturales en diferentes contextos es buscar ese camino de difusión de una idea desde un área más avanzada a otra más atrasada. Esto llevaba a suponer necesariamente la existencia de áreas nucleares: centros donde surgirían originalmente esas innovaciones desde los que luego se difunden, formando grandes conjuntos con rasgos similares  según un núcleo generador u otro haya influido en un aspecto concreto (advierto que estoy simplificando mucho en pro de la brevedad y la claridad)

Así, por ejemplo, si se hacía necesario encontrar un área nuclear para el origen de la agricultura y tras muchas comparaciones esta se situó en la zona de Oriente Medio y buena parte del estudio prehistórico consistía en explicar las sucesivas migraciones y contactos que habrían permitido la expansión mundial de dicho desarrollo (y se planteaba un grave problema por la forma en que dicha innovación habría llegado al continente americano)

En la mayoría de los casos estas áreas nucleares se podían identificar con una cultura arqueológica conocida o incluso con un yacimiento concreto; pero en otros, cuando no había una cultura documentada que pueda explicar estas similitudes, el mismo razonamiento llevaba a algunos a crear, o al menos suponer, culturas desconocidas que permitan rellenar ese hueco.  Por supuesto los científicos rigurosos se abstenían de hacer estas suposiciones, o bien las dejaban en el mero plano de la teoría, mientras que otros menos serios, o con otros intereses, se lanzaban a dicha labor imaginativa con entusiasmo. En la necesidad humana de buscar patrones y esquemas, aún en cosas que posiblemente no las tengan, es fácil perderse.

Muchas veces estas ideas se mezclaban con prejuicios ideológicos o raciales (negar la capacidad de alcanzar ciertos avances a ciertos pueblos no europeos) para dar lugar a extraños constructos pseudohistóricos. A menudo las teorías se ajustaban más a suposiciones basadas en una visión eurocéntrica de la historia, que negaba sistemáticamente los avances a los pueblos colonizados, convertidos en sujetos pasivos que habrían recibido las herramientas o las técnicas siempre desde fuera. Además gusta mucho a la arqueología popular por basarse muchas veces en simples similitudes, muchos argumentos difusionistas se basan en la, a menudo engañosa lógica, de que algo que "se parece" debe estar de alguna manera conectado... 

Como ya he comentado, reitero en los casos más extremos, y menos científicos, la concepción puramente difusionista ha dado alas, y a servido de base,  a muchas teorías sobre la Atlántida, Mu y otros continentes perdidos como esas áreas nucleares desconocidas;  la única manera de explicar en este esquema percibidos paralelismos entre áreas muy alejadas geográficamente y/o sin una historia contacto documentada. Y aún en otros casos, cuando esa cultura (o ese puente entre culturas) no se podía y justificar surge la teoría de los Antiguos Astronautas que transforma a viajeros intergalácticos en padres de todas las innovaciones culturales o maravillas tecnológicas del pasado (personalmente no deja de resultarme gracioso imaginar a esos seres avanzadísimos venidos de las estrellas teniendo que explicar las bases de la agricultura con azada a un montón de calcolíticos)

Arte conceptual de la película por Nathan Schroeder, glifos y pinturas de apariencia maya

En ese mismo sentido esta Akator-El Dorado de la película y sus ugha claramente funcionan como un intento de proporcionar  un área nuclear para las llamadas Altas culturas del continente americano (principalmente las de incas, mayas y antiguos mexicanos): una especie de, por entendernos, Atlántida continental, hundida en la jungla y no en el océano y que, además, asocian a unos visitantes extradimensionales.  Por supuesto ,situar un sitio así en el Amazonas es lógico, desde el punto de vista del aislamiento geográfico necesario para que en los años 50 tal lugar siguiera siendo desconocido, ningún otro lugar del continente funcionaría ya de la misma manera.

Así no es es que los edificios o la decoración provengan de lugares diversos, al menos no por un fallo de documentación:  lo que se intenta mostrar es que esta ciudad perdida, este reino de la Calavera de Cristal, sería la fuente original  de esos modelos arquitectónicos y culturales plasmados de diferente manera en las distintas naciones históricas. Algo parecido se puede decir sobre el uso de la lengua maya, o ya puestos de cualquier otra lengua precolombina americana, para descifrar el koihoma (en realidad una lengua peruana extinta, sin conexión conocida con el maya, y seguramente ninguna conexión con una cultura desconocida de este estilo) se trata de una exageración extrema (del tipo que ayuda a hacer avanzar la trama) pero consecuente con dicha concepción difusionista, igual que, al menos técnicamente, es posible descubrir el significado de una palabra irlandesa a partir de una sánscrita que tengan una común raíz indoeuropea.

Debo estar de acuerdo con el autor de la queja original que es un poco extraño que los elementos mayas y aztecas aparezcan de forma más visible que los más cercanos a la fuente, los incas andinos. O que ya puestos hubiera utilizado el quechua, y no el maya, como lengua de transición.

Pero creo que en gran parte es por una cuestión de espectacularidad y familiaridad para el público americano y en ese sentido (pese a las maravillas arquitectónicas de los incas) las culturas mesoamericanas han demostrado ser más impactantes, y conocidas para el público común: las pirámides además señalan a una difusión cultural aún más amplia, que relacionaría, más lejanamente, a esta civilización con Egipto (otro vinculo muy querido para los difusiomaniacos) y otros como los Mound Builders del valle del Missisippi o incluso los constructores megalíticos europeos.

Una (breve) nota sobre Gordon Childe
Por cierto entre los defensores, en el campo de los moderados y científicos (admitiendo la posibilidad del desarrollo independiente de rasgos culturales paralelos ante problemáticas y circunstancias similares, además de ser claramente antirracista), del difusionismo se encuentra un autor que es mencionado dos veces, una directamente y otra de forma algo más sutil, en la película: el arqueólogo y prehistoriador australiano Vere Gordon Childe (1892-1957), referencias que fueron una de la causas de que comenzara a pensar en esta entrada. 

La  cita más directa se produce en la escena de la biblioteca (tras la persecución en moto por medio campus), donde es mencionado el autor directamente por Indy (literalmente recomienda a un alumno leer a Childe sobre difusionismo), pero la indirecta es, para mi, mucho más interesante, en la clase el profesor Jones habla a sus alumnos sobre el interesante yacimiento escocés de Skara Brae, que Childe excavó en 1928 ¿la época perfecta para que ambos se conocieran?  

También hay que mencionar que Childe era socialista y marxista y que resulta quizás adecuado que Indy, que está injustamente siendo perseguido en una caza de brujas acusado de asociarse con los soviéticos, demuestre su apertura de miras, citando a un autor claramente izquierdista (aunque en ocasiones muy crítico con la política exterior soviética).

Foto en blanco y negro de un grupo de personas, hombres y mujeres, la mayoría de raza blanca y vestidos de forma conservadora, frente a las piedras de Stonehenge. El cuarto por la derecha (fumando en pipa y con sombrero Fedora) es V. Gordon Childe (1951)


Las Crónicas de Akakor
Sobre lo de inventar, que decía más arriba, algunos me dirán que siendo una producción de fantasía no tiene nada de malo sacarse de la manga el misterio arqueológico.

Cierto, no tiene nada de malo; pero, personalmente, creo que las aventuras de esta clase funcionan mejor cuando el objeto, la ciudad perdida, el pueblo misterioso o lo que sea que sirve como motor de la trama, está firmemente relacionada con material histórico real (o al menos considerado real en la época de la aventura) o al menos  cuenta con una tradición literaria o mitológica conocida.

Para mi, esto le da a este tipo de historias un valor adicional, y una riqueza de detalle, del que normalmente carecen los artefactos surgidos de la nada.  Uno de los problemas con el Templo Maldito es precisamente que las Piedras de Sankara no tienen el poder de evocación que si tiene el Arca de la Alianza o el Santo Grial (y en menor escala lo mismo se puede decir de la Calavera de Cristal)

Por supuesto, durante la película se mencionan algunos hechos o leyendas históricas: las calaveras de cristal realmente conocidas (aunque, como el cráneo Mitchell-Hedges, posiblemente se traten de falsificaciones modernas), el mito El Dorado y la presencía del conquistador Francisco de Orellana; las líneas de Nazca son igualmente un misterio arqueológico muy conocido, y querido por los fanáticos de lo paranormal. Todos estos datos son fáciles de buscar por cualquiera y creo que para la mayoría del público, al menos, suenan a conocido (quizás no el nombre de Francisco de Orellana).

Pero si alguien, como hice yo,  después de ver la película ha intentado averiguar más cosas sobre la ciudad de AKATOR buscando en la red o en una biblioteca, intentando ampliar la escasa información dada en la película, probablemente se haya llevado una decepción: las búsquedas les dirigirán a páginas dedicadas a la película (y a diversas empresas que supongo habrán escogido el nombre por su eufonía) pero nada más.

La simple trasposición accidental de una letra en algún momento de la búsqueda, convirtiendo el nombre en AKAKOR, me permitió, por otra parte, descubrir todo un mundillo de fuentes, aunque la mayoría parecen citarse unas a otras en una especie de círculo vicioso,  que por otra parte es algo bastante común en estos ámbitos. Se trata de fuentes cercanas a los círculos ufológicos y de la nueva era, que suelen ser terriblemente caóticas: a menudo los detalles se confunden o se contradicen entre las distintas versiones (¡aunque a veces afirmen citarse entre sí!), aparecen nuevos datos sacados de ninguna parte y expertos instantáneos, con conocimientos adquiridos por mediación psíquica, espíritus ascendidos o fuentes igual de peregrinas, aseguran conocer TODA la verdad.

Tatunca Nara (Hans Günther Hauck) ataviado con un taparrabos y una cinta en el pelo únicamente, rema en una pequeña barca. Es un hombre moreno, con la piel tostada por el sol. Tras él en la barca se aprecian unas cajas indeterminadas. Por la posición del brazo no se ve el tatuaje en forma de tortura de su pecho.

Pero si entresacamos un poco entre estas páginas podemos obtener buena parte de la información que aparece en la película, el periodo de 12000 años, el platillo volante, el nombre mismo de los ugha, Francisco de Orellana...

Al parecer la historia de esta ciudad de Akakor lleva en circulación en dichos círculos paranormales desde los años 70. En concreto la Crónica de Akakor, al parecer el origen único de esta historia, se publicó en Alemania en 1976, con prologo nada más y nada menos que de Erik Von Daniken (defensor a ultranza, y uno de los más conocidos, de la teoría de la antigua visita de seres alienígenas a nuestro planeta). El autor, el periodista alemán Karl Brugger (que trabajaba como corresponsal en Sudamérica) afirmaba haber recogido y contrastado el testimonio de un indígena misterioso llamado Tatunca Nara. Trabajaba como guía en la región de Barcelos, en el amazonas, pero afirmaba proceder de una misteriosa ciudad en la jungla (desconocida por el público general) llamada Akakor. El libro narra una historia muy en línea con las ideas de Daniken y también, en cierta forma, con Lovecraft.

Resumiendo: una especie muy avanzada (procedentes del planeta con grafía muy alemana de Schwerta) habría llegado a la Tierra en torno al 12000 a.c., habría instruido y civilizado a un grupo selecto de humanos (a los que llama los ugha mongulala) y habrían fundado Akakor y otras muchas ciudaes (entre ellas a veces cuenta Machu Picchu, que en realidad se elevó en el siglo XV, y Tihuanaco, que según la arqueología se elevaría en torno al 1500 a.c.). Posteriormente una serie de catástrofes, y una guerra espacial con otra especie alienígena malvada, habría hecho abandonar la Tierra a los Maestros y casi destruido la civilización ugha que había terminado refugiándose en túneles subterráneos bajo sus antiguas ciudades. Cada 6000 años los Maestros habrían vuelto a la tierra y la historia se cerraba con una profecía de una futura catástrofe que arrasaría la civilización occidental, cuando los dioses regresaran en unos pocos años (el libro da la fecha de 1981). 

Mapa en blanco y negro, extraído de al edición española del libro, que muestra un área sombreada ocupando gran parte de la cuenca del amazonas, parte de los Andes y una salida hacia el océano Pacífico. Se señala la ubicación de varias ciudades (entre ellas Akakor, Akahim, Machu-Picchu y Tiahuanaco)

La historia que cuentan no deja de resultar curiosa, con conexión nazi incluida, que puede ser explotada por el master pulp que lo deseé: los nazis habrían mandado cientos, o miles, de soldados durante la guerra para entrenar a los ugha en el armamento moderno, con siniestras pero nunca totalmente lógicas intenciones (aunque por lo que vemos en la película no funcionó demasiado bien dicha instrucción y prefirieron volver a sus armas tradicionales). El mismo Tutanca afirmaba ser hijo de un príncipe ugha y una mujer alemana (lo que explicaba según él sus rasgos europeos y su dominio de la lengua)

Por supuesto los malvados escépticos se apresurarán, nos apresuraremos,  a comentar que el teórico jefe indio que es el origen final de estas historias no es más que un criminal alemán de poca monta y, posiblemente, con rasgos de esquizofrenia (y quizás con vínculos con fuerzas represivas del ejército brasileño), pero ellos saben la Verdad (así con mayúsculas) y que los hechos, siempre molestos, no pueden interferir.  Resulta increíble que aún hoy podamos encontrar decenas de páginas que siguen defendiendo al personaje y esta versión de los hechos, a pesar de todo lo que se ha descubierto sobre el tema

A principios de los 80 un puñado de turistas y exploradores (europeos y norteamericanos) que habían contactado con Tatunca para intentar que les guiara hasta las supuesta ciudades ugha, desaparecieron en la jungla, levantando fuertes sospechas sobre su guía; el mismo Von Daniken (que suele dar muestras de una credulidad a toda prueba) afirma que tras pagarle entre 8000 y 10000 marcos alemanes para organizar una expedición, que nunca llegó a zarpar, se dio cuenta de que era un estafador y cortó los lazos con él. Para añadir aún una sombra más, en 1984 Karl Brugger fue asesinado a tiros en Rio de Janeiro. Ante las investigaciones posteriores las autoridades alemanas afirman que Tutanca se llamaba en realidad Hans Günther Hauck y había nacido y vivido en Alemania hasta los años 60, cuando se había fugado a Brasil y cambiado su identidad. Aunque no se pudo probar su implicación en ninguna de las desapariciones, ni en la muerte de Brugger, su fama declinó en las décadas siguientes,  especialmente tras la aparición del documental titulado el Secreto de Tatunca Nara (Das Geheimnis von Tatunca Nara, 1990, Wolfgang Brög) mostrando claramente las inconsistencias de su relato. 

A continuación un par de imágenes de Crónica de Akakor mostrando unos mensajes en lengua y jeroglíficos ugha pueden ser la clase de material que encanta a muchos masters. Como se puede apreciar el alfabeto, sin embargo, parece bastante poco sistemático e improvisado con caracteres muy simplificados y escasos (no aparecen dígrafos ni caracteres acentuados, en realidad se trata de un alfabeto de tan solo 18 caracteres) y parecen bastante formas bastante complicadas de trazar de forma estandarizada, lo que (para mi) deja bastante claro que no se trata de un alfabeto real.



Trazando paralelismos con lo ya publicado en el blog, no puedo evitar pensar en Z, la ciudad soñada o vislumbrada por Percy Fawcett, también situada en el Amazonas, referencia que la película, tristemente, desaprovecha aunque, obviamente, las teorías sobre el destino de Fawcett esta entre los referentes implícitos en el personaje de Oxley (John Hurt). Parece innegable que Hauck (o Brugger ya que resulta hoy imposible saber que parte jugó cada uno en la creación de la historia) tenía los textos de Fawcett, y los de Daniken y otros, en la cabeza cuando describe las ciudades de lo ugha, sus túneles subterráneos y las maravillas de sus ciudades selváticas (incluso hay ciertas referencias que parecen asociarse directamente a la Teoría del Hielo Mundial). También tiene paralelismos, y ha sido retomado, por el esoterismo de corte neonazi , que se alimenta de los subtextos, claramente racistas, ya presentes en el texto original. 

El punto de desaparición del explorador británico queda, quizás, demasiado alejado de la ubicación que se ofrece para Akator/Akakor, que por las referencias de la película debería encontrarse bastante cerca de la frontera con Perú. Pero las mismas fuentes mencionadas antes hablan de hasta 26 ciudades más (otras veces menciona 13) levantadas por los mismos dioses, muchas de ellas subterráneas (y por tanto más difíciles de encontrar aún hoy día) Dan el nombre de al menos otros dos Akahim y Akanis (según Tatunca, aka significa "fortaleza" en lengua ugha y por ello forma parte de buena parte de los nombres de estas ciudes) una de las cuales puede tratarse, en realidad, de Z.

Lo que no he podido entender todavía, es el motivo del cambio de nombre entre las fuentes, obviamente utilizadas (las coincidencias son excesivas para ser fruto de la casualidad), y la película ¿un error de bulto pasado de borrador a borrador del guion? (hay que tener en cuenta el largo tiempo y el número de manos implicadas en la redacción de un guion hoy día).

Spielberg (y Lucas) y los OVNIS
Sin embargo en el comentario que aparece en la versión en DVD de la película Stephen Spielberg afirma que Akator es un lugar inventado ("it´s a made up place" dice en determinad momento, literalmente), lo que parece una muestra de su propia ignorancia de estas fuentes (¿es posible que él pensara tal cosa y sea cosa de un guionista listillo?) o, quizás, el problema sea otro y aquí el director esté disimulando para no admitir un vínculo incómodo.

Sabemos que Spielberg conoce bien, e incluso ha apoyado en diferentes momentos, varias ideas provenientes de esa misma literatura relacionada con los OVNIS y los antiguos astronautas. Quizás Encuentros en la 3ª  fase sea el ejemplo más claro, donde reproduce ideas provenientes de esta peculiar mitología. El mismo título, que debería haber sido traducido como Encuentros del tipo 3 o algo similar, tomado de la clasificación de los encuentros alienígenas perfilada en The Ufo Experience (1976), cuyo autor (Joseph Allen Hynek) recibió un pago por los derechos y hace una breve aparición en el film.

Por un lado todas estas fuentes dudosas tienen su origen en los 70 (cuando se supone que la ciudad y sus habitantes, por tanto, seguían existiendo) y por tanto serían incongruentes con el descubrimiento y la destrucción de la ciudad en los 50 que plantea la película. Quizás fue simplemente una cuestión de derechos, ya que una obra publicada en los 70 estaría en principio aún sujeta al pago de derechos, o quizás no quería vincular, directamente al menos, la película a lo que ahora parece se ha mostrado engaño evidente  (y cuyo autor, posiblemente, se trate de un criminal) y además (para rizar el rizo) con asociaciones nazis.

Otro día comentaremos, por otra parte, el flaco favor que hace la película a Francisco de Orellana



Comentarios

  1. Bueno, si su base es el difusionismo de corte ikerjimeneciano damos por hecho que no tiene base, no? XD

    La verdad, como teoría inspiradora para crear ficciones apasionantes da mucho juego, mola. Pero cuando ciertos personajes ponen sus zarpas encima se convierte a menudo en una patachoda.

    Me leí un libro que defendía y desarrollaba estas ideas estupendamente (desgraciadamente no recuerdo el título, pero me pareció un libro de interés, mucho mejor que los que escriben Iker, Benítez and Co.), ese libro no me hizo más sabio, pero me entretuvo una barbaridad y me dio unas ideas tremendas para una partida de rol. Por lo que lo doy por bien empleado, y si en Indy van por este camino, pues guay, que para eso está... Es un juego honesto, jugar al imposible, pero solo eso, como juego.

    Pero como dice Indy, nos basamos en el "hecho". Y de hechos, más bien pocos...

    Un saludo

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