Desvariando en torno a Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal


Esta entrada es más caótica de lo habitual, hablo (simplificando de forma vergonzosa) sobre arqueología y hay SPOILERS sobre la película, de la que podéis leer mi opinión en la entrada anterior.  

Esta entrada es producto, básicamente, de un comentario leído en una web norteamericana (no recuerdo cual) pero escrito por una persona de Perú. Se quejaba esta persona, si se me permite parafrasear en vez de citar su texto, del sin sentido aparente de encontrar una cultura con pirámides escalonadas en Sudamérica, cuando las pirámides precolombinas son un rasgo propio de las culturas mesoamericanas y no de de ninguna cultura conocida en la zona andina o amazónica. También se quejaba del uso del maya en medio del Amazonas, a unos cuatro mil kilómetros de la península de Yucatán, donde efectivamente se hablaba dicha familia de lenguas, y relacionado con eso el que sin embargo Indiana hubiera aprendido el quechua, lengua andina, en su época junto a Pancho Villa, revolucionario mexicano. Dejando aparte eso último, que si es un error de bulto o al menos lo parece a todas luces, quisiera discutir un poco la naturaleza errónea de las dos primeras quejas planteadas.

Primero debo admitir que, lo cierto, es que si nos fijamos un poco más la conexión lingüística y las pirámides no son las únicas relaciones con las culturas de Mesoamérica, por ejemplo (sin esforzarnos mucho) en el suelo de la foto que encabeza este artículo aparece claramente una versión del famoso calendario azteca, exagerando aún más está extrañeza.

Además la cronología que se ofrece en la película también parece imposible, no hay restos conocidos (destaco lo de conocidos, lo bueno de la ciencia arqueológica es que admite sus limitaciones y busca completarlas, mientras que la pseudo-arqueología ya tiene sus respuestas y sólo acepta los datos que coinciden con esta) de una cultura tan evolucionada, ni mucho menos, en Sudamérica, hace más de 10 000 años.

Permitidme que desvaríe un momento, os juro que al final todo tiene alguna clase de sentido, al menos así me parece. 

Difundiendo 
Para empezar mi explicación necesito hablar primero sobre una de las escuelas de pensamiento etno-arqueológico más importantes de principios, y mediados, del siglo XX: el difusionismo, muy en boga en la época de Indiana Jones (tanto en los 30 como en los 50).

En un sentido general la palabra difusión, en este contexto, implica la trasmisión o préstamo de un rasgo cultural entre grupos diferentes por contacto directo, y es un proceso normal y constante; como teoría explicativa general, sin embargo, el difusionismo (como escuela/tendencia/visión)  implicaba que este era el mecanismo básico, casi único, de cambio cultural y la única manera de entender los paralelismos culturales en diferentes contextos. Esto llevaba a suponer necesariamente la existencia de áreas nucleares: centros donde surgirían originalmente esas innovaciones desde los que luego se difunden, formando grandes conjuntos con rasgos similares (advierto que estoy simplificando mucho en pro de la brevedad y la claridad)

Así, por ejemplo, se hacía necesario encontrar un área nuclear para el origen de la agricultura y tras muchas comparaciones esta se situó en la zona de Oriente Medio y buena parte del estudio prehistórico consistía en explicar las sucesivas migraciones y contactos que habrían permitido la expansión mundial de dicho desarrollo (y planteando un grave problema por la forma en que dicha innovación habría llegado al continente americano)

En la mayoría de los casos estas áreas nucleares se podían identificar con una cultura arqueológica conocida o incluso con un yacimiento concreto; pero en otros, cuando no había una cultura documentada que pueda explicar estas similitudes, el mismo razonamiento llevaba a algunos a crear, o al menos suponer, culturas desconocidas que permitan rellenar ese hueco.Así por ejemplo era una constante buscar la cuna de los indoeuropeos, de la que habría surgido un teórico y único pueblo original, hablante de la lengua madre de la mayoría de lenguas europeas actuales, y investigar a través de la indagación en dichos paralelos lingüísticos para determinar que rasgos habían caracterizado a dicha cultura primigenia.

Por supuesto los científicos rigurosos se abstenían de hacer estas suposiciones, o bien las dejaban en el mero plano de la teoría, mientras que otros menos serios, o con otros intereses, se lanzaban a dicha labor imaginativa con entusiasmo. En la necesidad humana de buscar patrones y esquemas, aún en cosas que posiblemente no las tengan, es fácil perderse.

Muchas veces estas ideas se mezclaban con prejuicios ideológicos o raciales (negar la capacidad de alcanzar ciertos avances a ciertos pueblos no europeos) para dar lugar a extraños constructos pseudohistóricos.

(La otra gran teoría o posición antagonica, que puede ser llevada a posiciones igualmente extremas, es la teoría del desarrollo independiente en que se considera que los paralelismos culturales provienen siempre de una unidad básica del proceso mental humano y que culturas diferentes en contextos similares llegan necesariamente a soluciones parecidas.)

Como ya he comentado, reitero en los casos más extremos, y menos científicos, la concepción puramente difusionista ha dado alas, y a servido de base,  a muchas teorías sobre la Atlántida, Mu y otros continentes perdidos como esas áreas nucleares desconocidas;  la única manera de explicar en este esquema percibidos paralelismos entre áreas muy alejadas geográficamente y/o sin una historia contacto documentada.

En ese mismo sentido esta Akator-El Dorado de la película y sus ugha claramente funcionan como un intento de proporcionar  un área nuclear para las llamadas Altas culturas del continente americano (principalmente las de incas, mayas y antiguos mexicanos): una especie de, por entendernos, Atlántida continental, hundida en la jungla y no en el océano.

Por supuesto situar un sitio así en el Amazonas es lógico, desde el punto de vista del aislamiento necesario para que en los años 50 tal lugar siguiera siendo desconocido, ningún otro lugar del continente funcionaría de la misma manera.

Así no es es que los edificios o la decoración provengan de lugares diversos, al menos no por un fallo de documentación:  lo que se intenta mostrar es que esta ciudad perdida, este reino de la Calavera de Cristal, sería la fuente original  de esos modelos arquitectónicos y culturales plasmados de diferente manera en las distintas naciones históricas. Algo parecido se puede decir sobre el uso de la lengua maya, o ya puestos de cualquier otra lengua precolombina americana, para descifrar el koihoma (una lengua peruana extinta, sin conexión conocida con el maya, y seguramente ninguna conexión con una cultura desconocida de este estilo) se trata de una exageración extrema (del tipo que ayuda a hacer avanzar la trama) pero consecuente con dicha concepción, igual que, al menos técnicamente, es posible descubrir el significado de una palabra irlandesa a partir de una sánscrita que tengan una común raíz indoeuropea.

Debo estar de acuerdo con el autor de la queja original que es un poco extraño que los elementos mayas y aztecas aparezcan de forma más visible que los más cercanos a la fuente, los incas andinos. O que ya puestos hubiera utilizado el quechua, y no el maya, como lengua de transición.

Pero creo que en gran parte es por una cuestión de espectacularidad y en ese sentido (pese a las maravillas arquitectónicas de los incas) las culturas mesoamericanas han demostrado ser más impactantes, y conocidas para el público común: las pirámides además señalan a una difusión cultural aún más amplia que relacionaría, más lejanamente, a esta civilización con Egipto (otro vinculo muy querido para los difusionistas) y otros como los Mound Builders del valle del Missisippi o incluso los constructores megalíticos europeos.

Las Crónicas de Akakor
Sobre lo de inventar, que decía más arriba, algunos me dirán que siendo una producción de fantasía no tiene nada de malo sacarse de la manga el misterio arqueológico.

Cierto, no tiene nada de malo; pero, personalmente, creo que las aventuras de esta clase funcionan mejor cuando el objeto, la ciudad perdida, el pueblo misterioso o lo que sea que sirve como motor de la trama, está firmemente relacionada con material histórico real (o al menos considerado real en la época de la aventura) o al menos  cuenta con una tradición literaria conocida.

Para mi, esto le da a este tipo de historias un valor adicional, y una riqueza de detalle, del que normalmente carecen los artefactos surgidos de la nada.  Uno de los problemas con el Templo Maldito es precisamente que las Piedras de Sankara no tienen el poder de evocación que tiene el Arca de la Alianza o el Santo Grial (y en menor escala lo mismo se puede decir de la Calavera de Cristal)

Por supuesto durante la película se mencionan algunos echos o leyendas históricas: las calaveras de cristal realmente conocidas (como el cráneo Mitchell-Hedges), El Dorado y el conquistador Francisco de Orellana; las lineas de Nazca son igualmente un misterio arqueológico muy conocido, y querido por los fanáticos de lo paranormal. Todos estos datos son fáciles de buscar por cualquiera.

Pero si alguien, como hice yo,  después de ver la película ha intentado averiguar más cosas sobre Akator buscando en la red o en una biblioteca, intentando ampliar la escasa información dada en la película, probablemente se haya llevado una decepción: las búsquedas les dirigirán a páginas dedicadas a la película (y a diversas empresas que supongo habrán escogido el nombre por su eufonía) pero nada más.

La simple trasposición accidental de una letra en algún momento de la búsqueda, convirtiendo el nombre AKAKOR, me permitió, por otra parte, descubrir todo un mundillo de fuentes, aunque la mayoría parecen citarse unas a otras en una especie de círculo vicioso,  que por otra parte es algo bastante común en estos ámbitos. Se trata además de fuentes terriblemente caóticas: a menudo los detalles se confunde o se contradicen entre las distintas versiones (¡aunque afirmen citarse entre sí!), aparecen nuevos datos sacados de ninguna parte y expertos instantáneos, con conocimientos adquiridos por mediación psíquica, espíritus ascendidos o fuentes igual de peregrinas, aseguran conocer TODA la verdad.

Pero si entresacamos un poco entre estas páginas podemos obtener buena parte de la información que aparece en la película, el periodo de 12000 años, el platillo volante, el nombre mismo de los ugha...

Al parecer la historia de esta ciudad de Akakor lleva en circulación en dichos círculos paranormales desde los años 70. En concreto la Crónica de Akakor, al parecer el origen único de esta historia, se publicó en Alemania en 1976, con prologo nada más y nada menos que de Erik Von Daniken (defensor a ultranza, y uno de los más conocidos, de la teoría de la antigua visita de seres alienígenas a nuestro planeta)

En cierta forma esta teoría de los antiguos astronautas es el ejemplo supremo del abuso del difusionismo, ya que el área nuclear desconocida se sitúa no ya en una región remota o destruida, si no en otro planeta o galaxia, permitiendo unir los puntos a nuestro gusto y placer.

La historia que cuentan no deja de resultar curiosa, con conexión nazi incluida, que puede ser explotada por el master pulp que lo deseé: los nazis habrían mandado cientos, o miles, de soldados durante la guerra para entrenar a los ugha en el armamento moderno, con siniestras pero nunca totalmente lógicas intenciones (aunque por lo que vemos en la película no funcionó demasiado bien dicha instrucción y prefirieron volver a sus armas tradicionales).

Por supuesto los malvados escépticos se apresurarán, nos apresuraremos,  a comentar que el teórico jefe indio que es el origen final de estas historias no es más que un criminal alemán de poca monta, pero ellos saben la Verdad (así con mayúsculas) y que los hechos, siempre molestos, no pueden interferir.

Hay abundantes páginas en español que tratan el tema y aquí os dejo un par, para que investiguéis si os interesa.

(30-11-2008 he quitado uno de los enlaces que no funcionaba y lo he sustituido por otro que espero que aguante más tiempo)

http://descubriramerica.wordpress.com/relatos-de-una-antigua-ciudad-perdida-en-la-amazonia/

http://www.bibliotecapleyades.net/arqueologia/esp_akakor01.htm

Un par de imágenes de Crónica de Akakor mostrando unos mensajes en lengua y jeroglíficos ugha (imágenes obtenidas de aquí) pueden ser la clase de material que encanta a muchos masters.

Trazando paralelismos con lo ya publicado en el blog, no puedo evitar pensar en Z, la ciudad soñada o vislumbrada por Percy Fawcett, también situada en el Amazonas, referencia que la película tristemente desaprovecha aunque, obviamente, las teorías sobre el destino de Fawcett esta entre los referentes implícitos en el personaje de Oxley.

El punto de desaparición del explorador queda quizás demasiado alejado de esta Akator/Akakor, que por las referencias de la película debería encontrarse bastante cerca de la frontera con Perú. Pero las mismas fuentes mencionadas antes hablan de hasta 26 ciudades más levantadas por los mismos dioses, muchas de ellas subterráneas (y por tanto más difíciles de encontrar aún hoy día) Dan el nombre de al menos otros dos Akahim y Akanis, una de las cuales puede tratarse, en realidad, de Z.

Lo que no he podido entender ha sido el cambio de nombre entre las fuentes, obviamente utilizadas (las coincidencias son excesivas para ser fruto de la casualidad), y la película ¿un error de bulto pasado de borrador a borrador del guión? (hay que tener en cuenta el largo tiempo y el número de manos implicadas en la redacción de un guión hoy día).

Spielberg y los OVNIS
Sin embargo en el comentario que aparece en la versión en DVD de la película Stephen Spielberg afirma que Akator es un lugar inventado ("it´s a made up place" dice, literalmente), lo que parece una muestra de su propia ignorancia de estas fuentes (¿es posible que él pensara tal cosa y sea cosa de un guionista listillo?) o, quizás, el problema sea otro.

Sabemos que Spielberg conoce bien, e incluso ha apoyado en diferentes momentos, varias ideas provenientes de esa misma literatura relacionada con los OVNIS. Quizás Encuentros en la 3ª  fase sea el ejemplo más claro, donde reproduce ideas provenientes de esta peculiar mitología. El mismo título, que debería haber sido traducido como Encuentros del tipo 3 o algo similar, tomado de la clasificación de los encuentros alienígenas perfilada en The Ufo Experience (1976), cuyo autor (Joseph Allen Hynek) recibió un pago por los derechos y hace una breve aparición en el film.

Por un lado todas estas fuentes dudosas tienen su origen en los 70 (cuando se supone que la ciudad y sus habitantes, por tanto, seguían existiendo) y por tanto serían incongruentes con el descubrimiento y la destrucción de la ciudad en los 50 que plantea la película. Quizás fue simplemente una cuestión de derechos ya que una obra publicada en los 70 está aún sujeta al pago de derechos, o quizás no quería vincular diréctamente la película a lo que ahora parece un engaño evidente.

Otro día comentaremos, por otra parte, el flaco favor que hace la película a Francisco de Orellana

Una nota sobre Gordon Childe
Por cierto entre los defensores, en el campo de los moderados y científicos, del difusionismo se encuentra un autor que es mencionado dos veces, una directamente y otra de forma algo más sutil, en la película de la que nos ocupamos: el australiano Vere Gordon Childe, referencias que fueron la causa de que comenzara a pensar en esta entrada. La más directa se produce en la escena de la biblioteca, donde es mencionado el autor, pero la indirecta es mucho más interesante, en la clase el profesor Jones habla a sus alumnos sobre el interesante yacimiento de Skara Brae, que Childe excavo en 1928 ¿la época perfecta para que el mismo Indy colaborara con él?.


Comentarios

  1. Bueno, si su base es el difusionismo de corte ikerjimeneciano damos por hecho que no tiene base, no? XD

    La verdad, como teoría inspiradora para crear ficciones apasionantes da mucho juego, mola. Pero cuando ciertos personajes ponen sus zarpas encima se convierte a menudo en una patachoda.

    Me leí un libro que defendía y desarrollaba estas ideas estupendamente (desgraciadamente no recuerdo el título, pero me pareció un libro de interés, mucho mejor que los que escriben Iker, Benítez and Co.), ese libro no me hizo más sabio, pero me entretuvo una barbaridad y me dio unas ideas tremendas para una partida de rol. Por lo que lo doy por bien empleado, y si en Indy van por este camino, pues guay, que para eso está... Es un juego honesto, jugar al imposible, pero solo eso, como juego.

    Pero como dice Indy, nos basamos en el "hecho". Y de hechos, más bien pocos...

    Un saludo

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