Ya he hablado en el blog del mítico rey hebreo Salomón y de su anillo, o sello, y de los poderes que se le atribuyen. Pero este no es, como ya decía entonces, el único tesoro místico asociado con su nombre y hoy toca habla de otro: la Mesa o Tabla de Salomón.
Salomón antes de Salomón
En la entrada anterior no incidí en un asunto particular sobre las leyendas que rodean a Salomón. Algunos investigadores, principalmente Lewis Spence, aseguran que las leyendas sobre el uso de la magia, el poder sobre los espíritus o incluso la construcción del templo, no derivan realmente del personaje bíblico si no de uno o varios personajes homónimos (incluso afirman que el nombre era en realidad una especie de título y hablan de 72 salomones, de nuevo ese número ya mencionado en relación al rey) de antigüedad aún más remota.
Así, por ejemplo, el Pandit (erudito) Anand Koul menciona en su obra The Kashmiri Pandit (1924) a un rey Sandiman que habría reinado en Cachemira entre el 2629 a.c. y el 2564 a.c. al que vincula con una colina de dicha región conocida como Takht-i-Suleiman ("trono de Salomón") donde habría elevado también un Primer Templo que, tras múltiples reconstrucciones y cambios de religión (hindúes, budistas y mahometanos se han sucedido en la zona) sigue existiendo hoy día. El historiador del siglo XII Kalhana, en su obra el Rajatrarangini, afirma que Hazrat Sulaiman habría llegado volando a la colina con su trono, habría derrotado a diversos monstruos locales y hecho desecar el lago Satisar, que cubría gran parte del valle de Cachemira.
La demostrada antigüedad, mucho mayor que el siglo X a.c. durante el cual debió vivir el personaje que inspiró la historia bíblica, del conocido como Bastón de Salomón parece confirmar esta teoría pero no podemos darlo por cerrarlo de forma definitiva.
Salomón antes de Salomón
En la entrada anterior no incidí en un asunto particular sobre las leyendas que rodean a Salomón. Algunos investigadores, principalmente Lewis Spence, aseguran que las leyendas sobre el uso de la magia, el poder sobre los espíritus o incluso la construcción del templo, no derivan realmente del personaje bíblico si no de uno o varios personajes homónimos (incluso afirman que el nombre era en realidad una especie de título y hablan de 72 salomones, de nuevo ese número ya mencionado en relación al rey) de antigüedad aún más remota.
Así, por ejemplo, el Pandit (erudito) Anand Koul menciona en su obra The Kashmiri Pandit (1924) a un rey Sandiman que habría reinado en Cachemira entre el 2629 a.c. y el 2564 a.c. al que vincula con una colina de dicha región conocida como Takht-i-Suleiman ("trono de Salomón") donde habría elevado también un Primer Templo que, tras múltiples reconstrucciones y cambios de religión (hindúes, budistas y mahometanos se han sucedido en la zona) sigue existiendo hoy día. El historiador del siglo XII Kalhana, en su obra el Rajatrarangini, afirma que Hazrat Sulaiman habría llegado volando a la colina con su trono, habría derrotado a diversos monstruos locales y hecho desecar el lago Satisar, que cubría gran parte del valle de Cachemira.
La demostrada antigüedad, mucho mayor que el siglo X a.c. durante el cual debió vivir el personaje que inspiró la historia bíblica, del conocido como Bastón de Salomón parece confirmar esta teoría pero no podemos darlo por cerrarlo de forma definitiva.
El Primer Templo
Uno de los grandes logros atribuidos en la Biblia al rey Salomon es la construcción del Primer Templo de Jerusalén, una estructura de piedra que sustituyó al Tabernáculo (un templo portatil) como lugar de descanso de la mayor reliquia de los hebreos (el Arca de la Alianza, conteniendo las Tablas de la Ley) pero añadió, además, sus propios tesoros como el llamado Mar de Bronce (un enorme depósito para abluciones) y esta Mesa, que debía estar custodiada en el mismo Sancta Santorum del templo.
Las descripciones afirman, unas veces, que estaba hecha de oro, otras de plata o de madera de acacia cubierta de uno o de ambos metales. Otras descripciones afirman que está fabricada con una única esmeralda, quizás por confusión con la Tabla Esmeraldina y/o con el Grial/Joya.
También han afirmado que su superficie pulida servía como espejo, y así era utilizada para la adivinación: en las noches sin luna se vertía sobre dicha mesa sangre de paloma trazando un signo, no descrito, para activar una ventana a otros tiempos y lugares.
Pero según la tradición cabalística lo más importante de la la misma no sería su forma ni función si no que contendría el Nombre Secreto de Dios (el Shem HaMephorash), cuyo conocimiento concede poder sobre toda la creación. Esta idea, que el nombre autentico o secreto de una divinidad confiere poder sobre ella, puede provenir de ideas mágicas egipcias, a su vez heredadas de la aún más antigua Estigia.
De ser cierta la hipotética identificación del dios del Sinaí con la entidad nombrada en el Necronomicon como Yog-Sothoth, su verdadero nombre puede ser tanto una fuente de poder como de demencia.
También han afirmado que su superficie pulida servía como espejo, y así era utilizada para la adivinación: en las noches sin luna se vertía sobre dicha mesa sangre de paloma trazando un signo, no descrito, para activar una ventana a otros tiempos y lugares.
Pero según la tradición cabalística lo más importante de la la misma no sería su forma ni función si no que contendría el Nombre Secreto de Dios (el Shem HaMephorash), cuyo conocimiento concede poder sobre toda la creación. Esta idea, que el nombre autentico o secreto de una divinidad confiere poder sobre ella, puede provenir de ideas mágicas egipcias, a su vez heredadas de la aún más antigua Estigia.
De ser cierta la hipotética identificación del dios del Sinaí con la entidad nombrada en el Necronomicon como Yog-Sothoth, su verdadero nombre puede ser tanto una fuente de poder como de demencia.
Supuestamente, el objeto fue salvado del saqueo realizado por el faraón Shesonq I (925 a.c.), cuando según algunos expertos fue robada el Arca de la Alianza y trasladada a Tanis, y también sobrevivió a la destrucción del templo por Nabucodonosor II (en el 528 a.c.) Sería guardada en cavernas bajo el Monte del Templo y, más tarde trasladada al reconstruido Segundo Templo, donde descansaría de nuevo durante unos siglos.
De camino a Roma
Sin embargo el Segundo Templo también fue destruido; en los primeros años del siglo I de la era, entre el año 66 y el 73, los habitantes de la provincia de Judea se rebelaron contra el poder romano, con escaso éxito. Así, en el año 70, el emperador Tito tomó la misma Jerusalén, al mando de las legiones, destruyendo el templo y tomando con él sus riquezas y tesoros (el famoso relieve muestra a los soldados cargando con el Menorá, o candelabro de siete brazos, del Templo en el Arco de Tito).
La Mesa, junto con otros tesoros, habría sido entonces trasladada a la capital del imperio, guardándose un tiempo en el templo de Júpiter Capitalino, para luego trasladarse a uno de los tesoros imperiales y después perderse, temporalmente, su rastro.
Visigodos y otros bárbaros
Por algún motivo el objeto fue olvidado, dejado de lado cuando la capital imperial se traslado lejos de Roma y permanecía en la ciudad cuando los visigodos bajo el mando de Alarico I la tomaron y saquearon en el 410. El rey bárbaro murió poco después, ese mismo año, por causas desconocidas y su cuerpo fue enterrado en una tumba construida bajo el río Busento junto con un fabuloso tesoro.
Sin embargo la Mesa no estaba entre ese tesoro, ya que según todas las fuentes acompañó a los visigodos hasta las posesiones que recibieron como federados al sur de la Galia en el 418, estableciendo su capital y asentamiento principal en Tolosa. La leyenda afirma, sin embargo, que la Mesa se trasladó a la ciudad de Carcasona y que fue allí custodiada durante el siguiente siglo.
Tras la muerte de Alarico II en 507 (Batalla de Vouillé), y la perdida de la mayor parte del territorio al norte de los Pirineos en los años subsiguientes, los visigodos trasladaron su capital a Toledo. También llevaron aparentemente a dicha ciudad la mesa, aunque hay una tradición que afirma que en realidad permanece aún oculta, en algún olvidado subterráneo, en Carcasona.
Hay sin embargo una intrigante cita de La Historia de Al-Andalus de Ibn Idari al-Marrakishi:
En Toledo el lugar donde pudieron guardar este tesoro también divide a los buscadores, diversas iglesias de Toledo, el cercano castillo de Fras o, quizás la opción más conocida, la construcción subterránea conocida como Cuevas de Hércules (al norte de la catedral) o a un sistema de cavernas más profundo y desconocido por todos.
Toledo debajo de Toledo
Y es que el subsuelo de la ciudad de Toledo aparece horadado por un número sorprendente de túneles, sótanos, cavernas, pozos, aljibes y canalizaciones de agua aún no completamente explorados en el siglo XX y que pueden constituir un verdadero laberinto desconocido.
Las más conocidas son las llamadas Cuevas de Hércules en las que en 1546 el Cardenal Juan Martínez Silíceo (1477-1547) mandó practicar un reconocimiento, que mostró espacios desconocidos que los asustados exploradores no se atrevieron a cruzar y no se produjo otra exploración exhaustiva hasta mediados del siglo XIX.
También se habla de las brujerías practicadas en los subterráneos del palacio del Marques de Villena (derruido en 1847 y situado en la cercanía de la Sinagoga del Tránsito) por Don Enrique de Villena (1384-1434). Pese a que gran parte de la biblioteca y manuscritos de este curioso personaje fueron quemadas por las acusaciones de nigromancia, es posible que el famoso hechicero dejara varias pistas (de carácter astrológico) señalando a la ubicación del objeto en su Tratado de Astrología (cuya única copia superviviente fue localizada, parcialmente quemada a finales del siglo XIX) donde podemos leer, por ejemplo:
Sin embargo la Mesa no estaba entre ese tesoro, ya que según todas las fuentes acompañó a los visigodos hasta las posesiones que recibieron como federados al sur de la Galia en el 418, estableciendo su capital y asentamiento principal en Tolosa. La leyenda afirma, sin embargo, que la Mesa se trasladó a la ciudad de Carcasona y que fue allí custodiada durante el siguiente siglo.
Tras la muerte de Alarico II en 507 (Batalla de Vouillé), y la perdida de la mayor parte del territorio al norte de los Pirineos en los años subsiguientes, los visigodos trasladaron su capital a Toledo. También llevaron aparentemente a dicha ciudad la mesa, aunque hay una tradición que afirma que en realidad permanece aún oculta, en algún olvidado subterráneo, en Carcasona.
Hay sin embargo una intrigante cita de La Historia de Al-Andalus de Ibn Idari al-Marrakishi:
" Trasladaron tesoros y botines innumerables, entre los cuales se encontraban misteriosos amuletos mágicos, de cuya conservación y custodia dependía la suerte del Imperio fundado por Ataúlfo..."
En Toledo el lugar donde pudieron guardar este tesoro también divide a los buscadores, diversas iglesias de Toledo, el cercano castillo de Fras o, quizás la opción más conocida, la construcción subterránea conocida como Cuevas de Hércules (al norte de la catedral) o a un sistema de cavernas más profundo y desconocido por todos.
Toledo debajo de Toledo
Y es que el subsuelo de la ciudad de Toledo aparece horadado por un número sorprendente de túneles, sótanos, cavernas, pozos, aljibes y canalizaciones de agua aún no completamente explorados en el siglo XX y que pueden constituir un verdadero laberinto desconocido.
Las más conocidas son las llamadas Cuevas de Hércules en las que en 1546 el Cardenal Juan Martínez Silíceo (1477-1547) mandó practicar un reconocimiento, que mostró espacios desconocidos que los asustados exploradores no se atrevieron a cruzar y no se produjo otra exploración exhaustiva hasta mediados del siglo XIX.
También se habla de las brujerías practicadas en los subterráneos del palacio del Marques de Villena (derruido en 1847 y situado en la cercanía de la Sinagoga del Tránsito) por Don Enrique de Villena (1384-1434). Pese a que gran parte de la biblioteca y manuscritos de este curioso personaje fueron quemadas por las acusaciones de nigromancia, es posible que el famoso hechicero dejara varias pistas (de carácter astrológico) señalando a la ubicación del objeto en su Tratado de Astrología (cuya única copia superviviente fue localizada, parcialmente quemada a finales del siglo XIX) donde podemos leer, por ejemplo:
“la mesa del tabernáculo demostrava el tiempo o el año; los doze panes ençima significavan
los doze meses; la corona de los dedos enseñava el anno solar, et las siete candelas del
candelabro demostraban los siete planetas. En el tabernáculo era demostrado que todas
las cosas que son so los siete planetas se rigen e se mueven por el andén de los siete planetas.”
Otro posible indicio señala la conexión entre la disposición de estos túneles subterráneos y un sistema equivalentes bajo la ciudad de Jerusalén, con la que Toledo mantiene ciertos paralelismos simbólicos. Es posible por tanto que la Mesa se encuentre localizado e una posición equivalente a la del Templo en la Jerusalén de Salomón (lo que lo situaría en las cercanías del Alcázar y el Hospital de la Santa Cruz).
La llegada del Islam
La caída del reino visigodo y la toma de Toledo significan un nuevo capítulo en la accidentada historia de la Mesa y también aumenta la confusión, pues es muy poco lo que se puede sacar en claro de las múltiples referencias contradictorias entresacadas de distintos textos cronísticos musulmanes.
Aparece mencionado en varias de estas crónicas en lengua árabe que los jefes de la conquista, Tariq y Muza, buscaron ambos hacerse con el tesoro de los reyes visigodos e incuso se enfrentaron por su posesión. Las historias difieren sobre si, efectivamente, uno u otro consiguió encontrarlo y su destino final.
Es posible que la Tabla fuera trasladada a Damasco por ambos, cuando en el año 714 fueron llamados a presencia del sultán; Muza, para ser juzgado (y finalmente condenado y ejecutado) y Tariq, para actuar como acusación.
Otra posibilidad es que pese a haber sido encontrado fuera sustraído de alguna manera a los conquistadores, o perdido por estos y volviera a su escondite anterior o fuera trasladado a otro lugar diferente. En este último caso las posibles ubicaciones forman también un largo listado, a variadas distancias de Toledo. Una de las que cabe mencionar es la afirmación de que el tesoro fue trasladado junto con otras reliquias al Norte Peninsular, quizás acabando en Oviedo, en el monasterio de Valdedios o en el Monsacro, también en el naciente núcleo asturiano.
También puede haber sucedido que no llegara a ser localizado y aún permanezca oculto en el mismo lugar en Toledo o en sus cercanías. Esta es la teoría por la que me inclino, principalmente por la ausencia de referencias posteriores a la Mesa en posesión del Sultán o sus herederos (o, de nadie para ser sinceros), la tradición y las escasas pruebas parecen señalar a un lugar escondido bajo la ciudad, en alguna parte subterránea aún no descubierta.
La mesa
El objeto está construido en madera de acacia, cubierta de metal plateado. Tiene ocho patas, con una superficie superior redonda, de un diámetro de dos codos (unos 90 cm.) y una altura muy similar.
De alguna forma la superficie metálica, que un análisis podría revelar como una aleación de plata con otro material no conocido, parece multiplicar y aumentar la luz que recibe, brillando aún con la más pequeña fuente de luz externa; una luz potente puede provocar molestias o cegar a cualquiera que intente mirar directamente al objeto.
La superficie superior está muy pulida, tanto que puede llegar a servir como espejo, aunque también provoca distorsiones desconcertantes, con extraños efectos en la interrelación entre objetos reflejados o el comportamiento del reflejo (puede notarse por ejemplo un retardo ocasional en la imagen, como si no se reflejara instantáneamente o un objeto pude aparecer más lejos o en una posición diferente que en la realidad o aparecer como si no estuviera espejado). En dicha superficie hay grabado, con finos trazos realzados con un color más oscuro, un esquema geométrico de lineas, círculos y lo que parece una estrella de doce puntas (hay quien afirma que este diseño es el mismo que se puede encontrar en la llamada lápida templaria de Arjona, en Jaén, supuestamente diseñada por un iniciado).
Pero la Mesa o Tabla, dejando de lado su extraña reacción a la luz no parece tener poderes especiales por sí misma. Sin embargo alguien con conocimientos avanzados de matemáticas puede deducir que el esquema es un intento de representar en una superficie bidimensional un objeto o entidad (o fragmento o aspecto de algo) con un mayor número de dimensiones espaciales. Esta comprensión puede despertar el poder latente de la Tabla, pero con sus propios riesgos.
Para la Llamada de Cthulhu
Cualquiera que estudie la mesa y el diseño sobre ella puede hacer una tirada de Ciencia (Matemáticas) para intentar comprender los esquemas dibujados. En caso de conseguir esta tirada el personaje aprende automáticamente el conjuro Llamar/Expulsar Yog-Sothoth, sin embargo pierde 1d10 de Cordura. Además debe hacer inmediatamente una tirada de PODx1, en caso de sacarla habrá llamado lo suficiente su atención para que la divinidad se manifieste, brevemente, en nuestro plano. Todos los presentes podrán ver la forma del Dios, sufriendo las pérdidas habituales de COR, antes de que esta vuelva a desaparecer (aunque en caso de que seas particularmente cruel puedes permitir al ser un ataque contra el personaje)
Si falla la tirada inicial de Ciencia (Matemáticas) puede volver a intentarlo, volviendo a estudiar la mesa y con al menos un día de diferencia entre intentos.
La Mesa reemplaza a la torre de piedra necesaria para realizar este conjuro (o el similar Contactar con Yog-Sothoth), además sirve para que alguien que ya conozca el conjuro (y que haya superado la tirada de ciencia) tenga un 25% adicional en cualquier intento de llevarlo a cabo (como si se tratara de una torre encantada con 5 puntos de POD).
Para FATE Core
De la misma manera para descubrir el secreto de la Mesa es necesario superar una tirada de conocimiento de dificultad Excelente (+5), modificada por cualquier aspecto relacionado con una especialización en matemáticas, geometría o similar. En caso de superarla el personaje puede ganar el conjuro de Llamar Yog-Sothoth como un truco (reduciendo su nivel de recuperación o gastando un avance trascendente). Además sufre un ataque al estrés mental de escala buena (+3).
Al contrario que en la LldC la posibilidad de atraer una visión de Yog-Sothoth es un riesgo que funciona como un forzado habitual (el personaje recibe un punto fate o bien debe pagar uno para resistir el forzado). Si la presencia se manifiesta todos los personajes presentes sufren un ataque al estrés mental de escala legendaria (+8).
Para Solomon Kane.
La tirada en este caso es de Conocimiento (Matemáticas) con dificultad normal. El personaje aprende el conjuro de Llamar/Expulsar Yogge-Sothothe (descrito a continuación) pero para poder utilizarlo necesita cumplir todos los requisitos del mismo. Una tirada exitosa de espíritu (con un -4) provocará la visita del Dios, provocando tiradas de Terror (-5) a todos los presentes.
La Mesa elimina el requisito de la Torre para realizar el conjuro y además reduce en cuatro el modificador de lanzamiento tanto para llamar como para expulsar a la entidad.
Llamar/Expulsar Yogge-Sothothe (para Solomon Kane)
Rango: Veterano
Mod. Lanzamiento: -32
Distancia: Especial
Duración: Especial
Ornamentos: Una torre de piedra de al menos diez metros, cantos y gestos.
Cada vez que se invoca a la deidad es necesario ofrecer un sacrificio humano, antes, durante o justo después del ritual de invocación (que suele ser largo para compensar el modificador de lanzamiento) Una vez terminado Yog Sothoth aparece frente al invocador que sufre los efectos habituales de terror implícitos en tal presencia (al menos una tirada de terror con un modificador de -5)
El ser puede abandonar nuestra realidad a voluntad, pero normalmente es necesario expulsarle. Hacerlo tiene un modificador de lanzamiento menor (-16) pero seguramente decida no quedarse inactivo mientras esto sucede.
En cualquiera de los sistemas puedes aplicar bonificadores o modificar la dificultad de estas tiradas si los personajes tienen diferentes indicios para intuir la posible solución matemática al problema.
La caída del reino visigodo y la toma de Toledo significan un nuevo capítulo en la accidentada historia de la Mesa y también aumenta la confusión, pues es muy poco lo que se puede sacar en claro de las múltiples referencias contradictorias entresacadas de distintos textos cronísticos musulmanes.
Aparece mencionado en varias de estas crónicas en lengua árabe que los jefes de la conquista, Tariq y Muza, buscaron ambos hacerse con el tesoro de los reyes visigodos e incuso se enfrentaron por su posesión. Las historias difieren sobre si, efectivamente, uno u otro consiguió encontrarlo y su destino final.
Es posible que la Tabla fuera trasladada a Damasco por ambos, cuando en el año 714 fueron llamados a presencia del sultán; Muza, para ser juzgado (y finalmente condenado y ejecutado) y Tariq, para actuar como acusación.
Otra posibilidad es que pese a haber sido encontrado fuera sustraído de alguna manera a los conquistadores, o perdido por estos y volviera a su escondite anterior o fuera trasladado a otro lugar diferente. En este último caso las posibles ubicaciones forman también un largo listado, a variadas distancias de Toledo. Una de las que cabe mencionar es la afirmación de que el tesoro fue trasladado junto con otras reliquias al Norte Peninsular, quizás acabando en Oviedo, en el monasterio de Valdedios o en el Monsacro, también en el naciente núcleo asturiano.
También puede haber sucedido que no llegara a ser localizado y aún permanezca oculto en el mismo lugar en Toledo o en sus cercanías. Esta es la teoría por la que me inclino, principalmente por la ausencia de referencias posteriores a la Mesa en posesión del Sultán o sus herederos (o, de nadie para ser sinceros), la tradición y las escasas pruebas parecen señalar a un lugar escondido bajo la ciudad, en alguna parte subterránea aún no descubierta.
La mesa
El objeto está construido en madera de acacia, cubierta de metal plateado. Tiene ocho patas, con una superficie superior redonda, de un diámetro de dos codos (unos 90 cm.) y una altura muy similar.
De alguna forma la superficie metálica, que un análisis podría revelar como una aleación de plata con otro material no conocido, parece multiplicar y aumentar la luz que recibe, brillando aún con la más pequeña fuente de luz externa; una luz potente puede provocar molestias o cegar a cualquiera que intente mirar directamente al objeto.
La superficie superior está muy pulida, tanto que puede llegar a servir como espejo, aunque también provoca distorsiones desconcertantes, con extraños efectos en la interrelación entre objetos reflejados o el comportamiento del reflejo (puede notarse por ejemplo un retardo ocasional en la imagen, como si no se reflejara instantáneamente o un objeto pude aparecer más lejos o en una posición diferente que en la realidad o aparecer como si no estuviera espejado). En dicha superficie hay grabado, con finos trazos realzados con un color más oscuro, un esquema geométrico de lineas, círculos y lo que parece una estrella de doce puntas (hay quien afirma que este diseño es el mismo que se puede encontrar en la llamada lápida templaria de Arjona, en Jaén, supuestamente diseñada por un iniciado).
Pero la Mesa o Tabla, dejando de lado su extraña reacción a la luz no parece tener poderes especiales por sí misma. Sin embargo alguien con conocimientos avanzados de matemáticas puede deducir que el esquema es un intento de representar en una superficie bidimensional un objeto o entidad (o fragmento o aspecto de algo) con un mayor número de dimensiones espaciales. Esta comprensión puede despertar el poder latente de la Tabla, pero con sus propios riesgos.
Para la Llamada de Cthulhu
Cualquiera que estudie la mesa y el diseño sobre ella puede hacer una tirada de Ciencia (Matemáticas) para intentar comprender los esquemas dibujados. En caso de conseguir esta tirada el personaje aprende automáticamente el conjuro Llamar/Expulsar Yog-Sothoth, sin embargo pierde 1d10 de Cordura. Además debe hacer inmediatamente una tirada de PODx1, en caso de sacarla habrá llamado lo suficiente su atención para que la divinidad se manifieste, brevemente, en nuestro plano. Todos los presentes podrán ver la forma del Dios, sufriendo las pérdidas habituales de COR, antes de que esta vuelva a desaparecer (aunque en caso de que seas particularmente cruel puedes permitir al ser un ataque contra el personaje)
Si falla la tirada inicial de Ciencia (Matemáticas) puede volver a intentarlo, volviendo a estudiar la mesa y con al menos un día de diferencia entre intentos.
La Mesa reemplaza a la torre de piedra necesaria para realizar este conjuro (o el similar Contactar con Yog-Sothoth), además sirve para que alguien que ya conozca el conjuro (y que haya superado la tirada de ciencia) tenga un 25% adicional en cualquier intento de llevarlo a cabo (como si se tratara de una torre encantada con 5 puntos de POD).
Para FATE Core
De la misma manera para descubrir el secreto de la Mesa es necesario superar una tirada de conocimiento de dificultad Excelente (+5), modificada por cualquier aspecto relacionado con una especialización en matemáticas, geometría o similar. En caso de superarla el personaje puede ganar el conjuro de Llamar Yog-Sothoth como un truco (reduciendo su nivel de recuperación o gastando un avance trascendente). Además sufre un ataque al estrés mental de escala buena (+3).
Al contrario que en la LldC la posibilidad de atraer una visión de Yog-Sothoth es un riesgo que funciona como un forzado habitual (el personaje recibe un punto fate o bien debe pagar uno para resistir el forzado). Si la presencia se manifiesta todos los personajes presentes sufren un ataque al estrés mental de escala legendaria (+8).
Para Solomon Kane.
La tirada en este caso es de Conocimiento (Matemáticas) con dificultad normal. El personaje aprende el conjuro de Llamar/Expulsar Yogge-Sothothe (descrito a continuación) pero para poder utilizarlo necesita cumplir todos los requisitos del mismo. Una tirada exitosa de espíritu (con un -4) provocará la visita del Dios, provocando tiradas de Terror (-5) a todos los presentes.
La Mesa elimina el requisito de la Torre para realizar el conjuro y además reduce en cuatro el modificador de lanzamiento tanto para llamar como para expulsar a la entidad.
Llamar/Expulsar Yogge-Sothothe (para Solomon Kane)
Rango: Veterano
Mod. Lanzamiento: -32
Distancia: Especial
Duración: Especial
Ornamentos: Una torre de piedra de al menos diez metros, cantos y gestos.
Cada vez que se invoca a la deidad es necesario ofrecer un sacrificio humano, antes, durante o justo después del ritual de invocación (que suele ser largo para compensar el modificador de lanzamiento) Una vez terminado Yog Sothoth aparece frente al invocador que sufre los efectos habituales de terror implícitos en tal presencia (al menos una tirada de terror con un modificador de -5)
El ser puede abandonar nuestra realidad a voluntad, pero normalmente es necesario expulsarle. Hacerlo tiene un modificador de lanzamiento menor (-16) pero seguramente decida no quedarse inactivo mientras esto sucede.
En cualquiera de los sistemas puedes aplicar bonificadores o modificar la dificultad de estas tiradas si los personajes tienen diferentes indicios para intuir la posible solución matemática al problema.
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