Cosas para leer: Jack Staff por Paul Grist


Hace unos meses hice la reseña del primer tomo de aventuras de este abanderado británico creado por Paul Grist, titulado en español Todo solía ser en blanco y negro, y ahora dedico una entrada al resto de la, desgraciadamente breve, historia de este personaje. Estas historias fueron publicadas, en inglés, por la editorial Image en tres tomos, con los títulos de Soldiers, Echoes of Tomorrow y Rocky Realities. En España solo aparecieron los dos primeros, quedando el tercero en el limbo. 

Si el primer tomo incluía todo lo publicado en el primer volumen del personaje, colección originalmente autoeditada por el autor y, como su propio título indica, en blanco y negro, estos tomos recogen la segunda serie del mismo, editada por Image directamente, ahora a pleno color. 

Soldiers, pretende servir como nueva presentación del personaje en su nueva serie y lo hace contandonos una historia dividida en dos momentos temporales, el presente y el lejano día de los años 70 en que Jack Staff se retiró, después de que la pequeña ciudad de Castletown donde reside casi fuera completamente arrasada. Se trata de una historia quizás menos interesante que las anteriores (aunque desvela ciertos misterios insinuados en los primeros números) y donde los saltos temporales a veces provocan cierta confusión al no marcar especialmente ese cambio de era.  La verdad es que después del nivel de la colección anterior esta primera historia resulta un poco decepcionante, demasiado alargada.

Echoes of Tomorrow también se inicia con un viaje al pasado, en este caso de nuevo la Segunda Guerra Mundial, para plantear algunas pistas para el futuro de los personajes. La trama tiene ciertos paralelismos con el Zenith de Morrison y se divide además en diversas subtramas e historias tangenciales. 

El último tomo, Rocky Realities, es una continuación directa de varias de esas subtramas, que siguen diversificándose y bifurcándose, en un entramado fractal que a veces resulta confuso. Es quizás el tomo más deslavazado y a veces da la sensación de que el mismo guionista-dibujante ha perdido el control de su creación y sigue añadiendo cosas, pero sin saber muy bien que hacer con ellas o como manejar cada vez más y más elementos en juego. 

Los lápices siguen en manos del magistral Paul Grist, y este sigue fiel a su estilo particular, ayudados por un coloreado eficiente, que sigue dejando espacios para las escenas en blanco y negro (o con colores limitados) ahora con una funcionalidad narrativa concreta (mostrar otras dimensiones, otros tiempos...). El estilo juega con los géneros al igual que el guion, sin desentonar en los momentos cómicos, en las tramas más fantásticas ni en las más mundanas. 

En todas las historias Grist sigue bebiendo de la tradición fantástica británica, introduciendo homenajes poco disimulados a personajes Captain Hurricane o el Campeón Eterno de Moorcock. 

En realidad mientras se suceden los números siguen apareciendo sin fin nuevos personajes, nuevos conceptos, nuevos elementos que parecen acumularse en una continua inflación creativa que se interrumpe de pronto, dejándonos colgados con ganas de más, pero, cerrada la colección y sin más material en la recámara, no hay más munición a la que echar mano. La saga de Jack Staff no tiene aquí un final, ni respuesta a muchos de los misterios planteados y es como si todo un universo hubiera muerto con él, casi antes de nacer. 

En general estas historias me han parecido peores que el primer tomo pero aún bastante destacables y dignas de leerse. Resulta increíble que no tengamos nuevas aventuras de Jack Staff y, sin embargo,  colecciones más populares, pero mucho menos imaginativas, sigan produciendo números y más números todos los años. Si algún día Paul Grist decide retomar al héroe aquí estaré esperando para averiguar que ha sido de él, de Becky, de los Bramble y de tantos otros personajes e historias.

Puntuación: 8/10

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