Tras la más convencional y espiosa Halcón y Soldado de Invierno, Loki toma un camino mucho más fantástico y desvergonzado, en esas posibilidades que pueden fascinar a los aficionados a los superhéroes y ahuyentar al público general, es la dicotomía de Wandavision elevada a su máxima potencia.
Ya comentaba en mi reseña de Siempre Vengadores (serie que, creo, es una influencia importante en Loki) que el cómic de superhéroes había sufrido un cambio fundamental en torno a los 2000, que había exacerbado los elementos de thriller de espías y había dejado más de lado la parte más fantástica a imaginativa del género. Ya comentaba entonces que mi sensación era que el MCU estaba realmente rompiendo con esa tradición concreta y reclamando la parte más loca de sus referentes.
Estos seis episodios llevan al personaje de Loki a una parte hasta ahora inexplorada del MCU, una realidad más allá de la realidad donde una gigantesca institución burocrática, la TVA( Time Variance Authority o Autoridad de Variación Temporal, AVT, en castellano), vigila para evitar el nacimiento de realidades divergentes, en un esquema de universo único a la fuerza, en el que pronto resulta evidente que algo no encaja y que hay secretos que no conocemos.
La serie se hace un poco de trampas a si misma, introduciendo un Loki temprano (es decir, recién salido de su derrota en la primera película de los Vengadores) pero al que hace pasar de forma acelerada por el desarrollo del personaje, visto en las películas sucesivas del MCU. Eso si, lo hace mediante unos diálogos muy bien elaborados y eficazmente interpretados, entre el perdido Loki (Tom Hiddleston) y un interesante Mobius (Owen Wilson): Así la trágica muerte de Frigga, o el conocimiento sobre su muerte futura a manos de Thanos, sirven para recapitular la historia del personaje, pero sobre todo para conectarlo con el personaje más simpático de Thor Ragnarok, frente al villano sin apenas matices de aquella película del grupo o el Loki más trágico de la primera Thor.
Así, la introducción posterior de Loki-Sylvie (Sophia Di Martino) y la relación que se establece entre ambos parece abrir la puerta a una verdadera evolución del personaje, un desarrollo hacia un Loki quizás menos oscuro, que ofrece a los espectadores nuevas posibilidades. Loki en el MCU ha interpretado ya diversos papeles y aquí, convertido en protagonista, casi se vuelve heroico... a su manera.
Otros personajes, como la Cazadora B-15, interpretada por Wunmi Mosaku, o la Ravonna Renslayer, por Gugu Mbatha-Raw, quedan algo desdibujados, pese a su importancia en la trama aunque es posible que aún veamos más de ellas en un futuro cercano.
Quizás también se eche en falta que aprovechen más las posibilidades de los viajes en el tiempo (y en el espacio), mostrando más variedad y, sobre todo, más de los escenarios por los que viajan. El referente a Doctor Who (o la fuertemente whoviana Legends of Tomorrow, especialmente su primera temporada, para mi la mejor) es inevitable, pero en realidad vemos muy poco de la mayoría de segmentos temporales a los que viajan, quizás echando en falta una estructura diferente y quizás algo más episódica, que pudiera haber ofrecido diferentes aventuras en dichas localizaciones.
La dependencia de Loki de otros productos del MCU lleva a que la estructura también resulte algo anticlimática, con un episodio 5º que termina de forma muy espectacular para luego deshincharse ligeramente en la conclusión en el 6º, que queda convertida en prólogo de otras películas y posteriores temporadas.
La desvergüenza en manejar el referente del cómic, de introducir por ejemplo a un magnífico Loki clásico, interpretado por Richard E. Grant con la mezcla perfecta entre patetismo y épica, o la introducción de un concepto tan posiblemente desconcertante como la división Kang/Inmortus (aunque ninguno de estos nombres se mencione) con la aparición, muy divertida, de Jonathan Majors. Su interpretación, que he visto que la considera anticlimática, creo que solo podrá apreciarse en contraste con su futura aparición como Kang, sirviendo para mostrar las diferencias entre ambas versiones alternativas.
En definitiva una temporada muy divertida y enloquecida, cargada sobre los hombros del carisma de sus actores, que bebe de elementos de los cómics, readaptados para la ocasión, y que ofrece un final que nos deja, como se han convertido en expertos, con ganas de más, con ansia por ver que sucederá ahora con la TVA y donde los veremos de nuevo.
Puntuación: 7/10
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