Cosas para leer: Mister Miracle de Tom King y Mitch Gerards


Que Tom King es uno de los guionistas más interesantes del panorama comercial norteamericano parece algo innegable, ya he comentado aquí dos de sus obras (la fabulosa Visión para Marvel y la sorprendente Omega Men para DC) pero sigue sacando obras de una calidad media muy alta ahora que trabaja en exclusiva para la casa de Superman. 

Algunos temas parecen comunes a las otras obras reseñadas: el uso de elementos de ciencia ficción para estudiar aspectos de la dinámica familiar (la responsabilidad, el peso del pasado y los secretos, los errores heredados,...) y la idea de la guerra como una especie de castigo bíblico, inescapable y profundamente corruptor (que de nuevo nos lleva a pensar en el pasado en la CIA del guionista) 

Por otra parte el Cuarto Mundo de Kirby, la cósmica creación del Rey para DC que ha tenido una vida comercial tan irregular como valiosos resultados narrativos, es un elemento que parece muy alejado de esos temas, al menos a un nivel superficial. Pero, en el fondo, las relaciones familiares (entre Orion y Darkseid y Scott Free y el Alto Padre) eran un pilar fundamental de la saga original, y la guerra y su reacción, el pacifismo hippie interpretado por un hombre ya maduro que había luchado él mismo en una guerra justa (pero cuya justicia no puede hacernos olvidar sus horrores) era parte de la naturaleza de Nuevo Génesis y su reverso oscuro, Apokolips. Quizás es una señal que la única referencia en esta maxi-serie a los Forever People, el grupo que de forma más pura representaba esa visión del movimiento hippie, sea un cuerpo muerto.

En el tema de las comparaciones también se hace interesante la relectura de la recreación de la breve aparición de Mr. Milagro de la mano de Grant Morrison en la lisérgica Siete Soldados de la Victoria, que no deja de ser también un intento de modernizar el conflicto dibujado por Kirby a un mundo en que, nos guste o no, parece que los sueños utópicos tienen poca cabida.Y donde Morrison destaca en lo épico, lo mitológico, King se centra en lo convencional, quizás demasiado, este Mr. Miracle es quizás demasiado humano.

Scott Free (literalmente "escapar sin daño, especialmente de un castigo que parece seguro", por si algún lector español no conoce el juego de palabras que representa este nombre) es el más fabuloso escapista del mundo, capaz de escapar de todo, o eso parece, lo que le lleva a cruzar los últimos límites. El cómic alterna la épica guerra mito-cósmica del bien y el mal supremos con las escenas cotidianas del héroe en la tierra junto con su mujer, una magníficamente tratada Big Barda, ofreciendo un contraste deliberado entre diálogos casi convencionales y escenas de violencia cósmica, en la que no falta la sangre  y la destrucción. Esta yuxtaposición, jugada a veces con más éxito y otras con menos, se repite una y otra vez en diferentes momentos de la serie, en que la incongruencia de un elemento de un mundo en el otro sirve para crear humor o incomodidad por la disonancia. Durante toda la serie King y Gerards juegan a provocarnos esa disonancia, a decirnos que algo no esta bien de diversas maneras. El final abierto a interpretación, en general todo el cómic ofrece muchas más preguntas que respuestas en cuanto a la interpretación de lo sucedido, evitando quizás en exceso satisfacer nuestras expectativas de una explicación final o una gran traca de cierre. 

El dibujante Mitch Gerards no podría tener un estilo que nos recuerde menos a Kirby, y quizás se eche en falta algo de diseño fantástico en las visitas al planeta oscuro y, sobre todo, en un Nuevo Génesis que parece haber perdido el paisaje de fabulosos jardines y construcciones imposibles del que lo dotó su creador. Se luce más en las largas conversaciones, los momentos de vida familiar, de nuevo con un desequilibrio quizás excesivo hacia lo convencional. El dibujo es expresivo, con gran atención a los rostros y una tendencia hacia la mancha y la deformación en los fondos y elementos menores. Durante la mayor parte de la serie utiliza un montaje de página bastante convencional, con nueve viñetas que forman una reja que mantiene encerrada la historia y a los personajes.

El cómic está plagado de homenajes a Kirby, incluyendo una curiosa recreación de una de las historias más icónicas de Marvel, recontada por ese remedo-paradia de Stan Lee que es el Funky Flashman que King utiliza aquí con gran habilidad, y con más cariño que su creador, y que Gerards dibuja como si se tratara de una serie de ilustraciones infantiles (aunque teniendo en cuenta la edad de Jacob... casi podemos suponer que el dibujante es un poco dotado Funky).

Puntuación: 8/10

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