Cosas para ver: Filmografía pulp (5ª parte)

Titulo de la entrada sobre una imagen de Shangay Lily (Marlene Dietrich

Hace mucho de la cuarta parte (nueve años) y a lo largo de este tiempo ha ido habiendo algunas reseñas de películas individuales, pero siempre viene bien seguir recordando clásicos (o no tan clásicos) que pueden servir de inspiración para el narrador pulp.

Enlaces a las partes anteriores:
1, 2, 3 y 4

In like Flynn 
(2018, Russell Mulcahy)
Interesante para: buscadores de tesoros, aspirantes a estrellas.

Película de concepto bastante extraño, basada en una autobiografía temprana del gran Errol Flynn, Beam Ends (1937). Autobiografía, por cierto, más bien fantástica que intentaba pintar al actor de aventuras por excelencia (ese mismo año había estrenado tres películas entre ellas la mítica Capitán Blood) como un verdadero aventurero en su vida antes de Hollywood.

Dirigida por el veterano Russell Mulcahy, que ya ha tenido su presencia en esta filmografía por su La Sombra (The Shadow, 1994) y al que debemos clásicos como Los Inmortales (Highlander, 1986); en este caso con un presupuesto que no llega a cubrir todas las ambiciones del guion.

La historia sigue al futuro actor, y a un variopinto grupo de aliados, en la búsqueda de un tesoro perdido en los mares del sur; por el camino deben enfrentarse a los peligros de la naturaleza pero también a mafiosos chinos, políticos corruptos y otros enredos, entre los que se cuentan una sucesión de mujeres que inevitablemente caen ante los encantos del protagonista... pero que no aportan mucho más como personajes.

Algunos de los tópicos de Indiana Jones son inevitables, incluyendo el prologo in media res que parece ser el final de una aventura anterior. No es el único momento que parece inspirado en otras películas, el equipo de guionistas (que incluye a Luke Flynn, el nieto del actor) y el director, se inspiran más o menos descaradamente en King Kong o Tiburón para algunos de sus momentos o personajes.

Thomas Cocquerel hace lo que puede en un papel simplemente imposible (nadie puede hacer de Flynn más que él mismo) y los otros personajes no pasan de estereotipos: el encallecido lobo de mar interpretado por Clive Standen (que recuerda poderosamente al Quint de Robert Shaw en Tiburón), el refinado erudito encarnado por William Moseley o el tipo duro, pero no demasiado inteligente que interpreta Corey Large; pero precisamente por eso pueden ser fácilmente inspiración para jugadores y narradores. 

Aquí el trailer.

El expreso de Shanghái 
(Shanghai Express,1932), Joseph von Sternberg
Interesante para: aventureras de pasado misterioso, viajeros en tren

Y como muestra de lo caótico de estas filmografías saltamos desde una película menor, entretenida como mucho, del año pasado a un clásico de los primeros años 30, un melodrama pre-Code ambientado en plena guerra civil china, rodado casi sin salir de los límites de unos vagones de tren. Ejemplo de la recreación en estudio de un mundo, lejano y peligroso, que es escenario de otras muchas grandes películas de la época también dignas de verse como Infierno en la Tierra (China girl, 1942, Henry Hathaway) o La amargura del general Yen (The Bitter Tea of General Yen, 1932,  Frank Capra).

El termino pre-Code se refiere, por cierto, a las películas de Hollywood realizadas antes de la implantación en 1934 del código Hays, un sistema de autocensura de la industria, en los que suelen abundar elementos luego eliminados (o sublimados) en mucho del cine clásico a partir de la segunda mitad de los 30. La página tvtropes contiene un buen resumen de algunos de los preceptos del código y como afectaron a películas concretas, o como algunos creadores consiguieron saltárselo. Os lo recomiendo encarecidamente aunque solo sea para recordar que gran parte del cine americano de los 30 a los 60 estuvo realmente controlado por una censura real, muy distinta de las acusaciones de censura que, tan alegremente, se lanzan hoy.

Shanghái Lily (Marlene Dietrich) es una mujer de dudosa reputación y pasado misterioso, que viaja en el tren expreso que une Beijing y Shanghai, en medio del caos provocado por los señores de la guerra y sus distintos ejércitos privados que se disputan el control de China. En los vagones del tren se cruzan una serie de personajes diversos pero, especialmente, nos interesa el capitán Donald "Doc" Harvey (Clive Brook) que resulta ser un antiguo amante de Lily, y la conoció mucho antes de "vivir de su ingenio en China". Los antiguos resentimientos, los malentendidos y los años pasados mantienen a los antiguos amantes separados, pero todo se precipita dramáticamente cuando el tren es capturado por las tropas del señor de la guerra Henry Chang (Warner Oland)

No es una película de sensibilidad moderna, tengo que advertirlo; bastante digna es la participación de Anna Mary Wong, que interpreta a Hui Fei, otra cortesana compañera de Lily, pero más incómodo es el papel de Warner Holland, de nuevo interpretando el papel de oriental, pero, en este caso, lejos de los tonos amables de su Charlie Chan. Su personaje es un ejemplo cruel de todos los estereotipos del Peligro Amarillo, incluyendo una sinceridad en los caracteres sexuales de este pánico que normalmente no se encuentra en las películas posteriores, Chang es sexualmente agresivo, sádico pero, al mismo tiempo cobarde y afeminado. Por otro lado el poderoso personaje de la Dietrich, bellísima y dignísima, al final queda reducida al tópico papel de mujer perdida y redimida por el amor convencional, la oveja descarriada que vuelve al redil. Siguen quedando, pese a todo, frases para el recuerdo, como aquella magníficamente lanzada "Se necesitó más de un hombre para cambiar mi nombre a Shanghái Lilly".

La pareja artística de Dietrich y el director Von Stenrberg hicieron juntos una serie de películas entre 1930 y 1935 en que se cimentó el mito de la estrella. Desde Marruecos (Morocco, 1930) hasta El diablo era mujer (The devil is a woman, 1935) hicieron juntos siete películas en las que a menudo el personaje de la actriz estaba cortado en mimbres muy similares, armada con su belleza (magníficamente resaltada por la iluminación y los vestuarios), pero también con una ironía salvadora.

Aquí también podréis ver el  trailer.

Adventure in Iraq (1943), D. Ross Lederman
Interesante para: curiosos, jeques aburridos

Y entre dos clásicos con un plantel estelar aquí inserto una peliculita B, una subproducción que tiene muy poco positivo que valorar pero que sirve como ejemplo de muchas otras películas menores del mismo estilo. El uso de materiales de archivo, a menudo mal combinado con el material rodado, escenarios poco creíbles, actuaciones poco inspiradas y estereotipos de todo tipo se combinan para hacer una película con lecciones de lo que no se debe hacer, al no ser que quieras provocar la risa.  El final, que incluye un deus ex machina y una muerte demasiado oportuna (y que no parece entristecer a nadie) es especialmente risible por la combinación de todos estos errores en muy poco tiempo.

Doug Everett (Walter Douglas), un piloto americano que abandona los Tigres voladores para volver a casa, y el infeliz matrimonio Torrence, compuesto por Tess (Ruth Ford) y George (John Lader), viajan en avión con dirección a Egipto cuando un fallo mecánico les obliga a aterrizar en alguna región remota de Iraq. Allí el jeque Ahmid Bel Nor (Paul Cavanagh) les invita a su palacio, pero pronto se descubre que tiene otras intenciones.

Está basado en una película anterior, La diosa verde (The Green Goddess, 1930, Alfred E. Green), que situaba la acción en la India pero el traslado a Irak sirve para introducir una desafortunada visión de la religión yazidí (muy en la línea, por otra parte, de la visión que tenía Howard, Lovecraft o Quinn) como adoradores del diablo predispuestos al sacrificio humano. La farfullante población nativa (entre la que se puede contar a unos cuantos actores hispanos pero, también, unos soldados africanos nunca explicados), los vestuarios y los escenarios en general son una mezcla de tópicos orientalistas mal combinados y realizados con torpeza. Lo único mínimamente salvable es la actuación del británico Paul Cavanagh, un prolífico actor secundario, como el jeque, que al menos resulta más interesante que los sosos protagonistas.

Otra curiosidad sobre la película es que por decisión de la Oficina de Información de Guerra de Estados Unidos la película no llegó a ser distribuida internacionalmente. Dicha  oficina consideraba que la visión de los árabes y su religión era demasiado negativa, y aprovechaban además para retratarlos como colaboradores de los nazis, y que podría provocar que el mundo árabe se enemistara con los EEUU. Curiosamente, claro, en realidad los árabes de la película son, o deberían ser, kurdos y la religión yazidí es considerada como satánica, también, por muchos musulmanes.

Trailer aquí (con significativos spoilers)


Los héroes de Telemark
(The Heroes of Telemark, 1965, Anthony Mann)
Interesante para: escoria rebelde, esquiadores

Hasta ahora en esta filmografía he dejado de lado en general las películas ambientadas durante la segunda guerra mundial, al menos aquellas rodadas después de la entrada de Estados Unidos en la guerra. El cine bélico tiene sus propias normas y condiciones, pero las películas de sabotajes y misiones secretas contra los nazis son sin duda un vacío que debo subsanar. No solo para aquellos que quieran ambientar sus aventuras en esta ambientación tardía, si no también para sus trasuntos fantásticos (personalmente he de admitir que he vuelto a ver últimamente muchas de estas películas con un ojo puesto en Star Wars)

He elegido como representante esta película de 1965 por ser quizás la que más se ajusta a la estructura de una aventura de rol, aunque con solo dos pjs, pero no podemos olvidar la magnífica Los Cañones de Navarone (The Guns of Navarone, 1961, J. Lee Thompson) o la menos conocida Los verdugos también mueren (Hangmen also die!, 1943, Fritz Lang), por mencionar solo dos. 

Knut Straud (Richard Harris) es el líder de una célula de la resistencia noruega contra los nazis, cuyo grupo descubre que los alemanes están llevando a cabo investigaciones trascendentales para el desarrollo de la bomba atómica en una planta industrial en su país. Junto con el profesor de física Carl Pedersen (Kirk Douglas), y la poca ayuda que los británicos pueden ofrecer, deben sabotear la producción para salvar millones de vidas y, quizás, evitar la victoria final de los nazis. Pero las dificultades se suceden, mientras el grupo es perseguido incansablemente por las autoridades ocupantes. Junto a Douglas y Harris mencionar también a la actriz sueca Ulla Jacobsson o el encasillado Anton Driffring como el oficial nazi encargado de su persecución.

El trailer.

Asesinos 
(Amsal, 2015, Choi Dong-hoon)
Interesante para: visitantes del extremo oriente, francotiradores y pistoleros

Que el género de las misiones especiales de este estilo sigue vigente podemos comprobarlo, por ejemplo, con esta propuesta coreana (y se me ocurren otros ejemplos recientes como Malditos bastardos o Rogue One). Es una producción visualmente impactante y con buenas escenas de acción que nos lleva a la Corea ocupada por los japoneses. Esta época se está mostrando como un filón para la producción de ese país (con ejemplo como Battleship IslandEl imperio de las Sombras, etc.), en películas históricas con valores de producción muy loables pero con ciertos contextos ideológicos que, creo, debemos tener en cuenta. También, en algunos casos, han elegido esa misma época para films con un enfoque más de aventuras como el eastern  El Bueno, el Feo y el Raro (Jo-eun nom nappeun nom isanghan nom, 2008, Kim Jee-woon). Asesinos se encuentra quizás en una posición intermedia, mezclando personajes y situaciones históricas con los elementos puros del cine de acción.

Tres personajes: la francotiradora An Ok-yun  (Ji-hyun Jun), el experto en explosivos Hwang Dok-sam  (Duk-moon Choi) y el picaro  Sok-Sapo (Jin-Woong Cho) son reclutados por un agente del gobierno coreano en el exilio, el capitán Yem Sek-jin (Jung-jae Lee) para llevar a cabo una peligrosa misión en el Seúl ocupado: asesinar al gobernador militar japonés y a un empresario colaboracionista coreano. El plan se ve complicado por la intervención de un asesino a sueldo, conocido únicamente como Hawaii Pistol (Jung-woo Ha), y su secuaz, traiciones y un secreto del pasado que lo cambiará todo.

Los tópicos de este tipo de películas de misiones abundan, desde las escenas de reclutamiento a las distintas personalidades del equipo, mezclados con algunos elementos que nos resultan más extraños, como el giro folletinesco sobre An Ok-yun. El desconocimiento, supongo que bastante general en occidente, de la situación histórica de Corea y los movimientos independentistas coreanos puede hacer que algunos giros queden poco o mal explicados o que algunos personajes reales (como el Kim Won-bong interpretado por Cho Seung-woo) resulten poco comprensibles.

Tanto el prólogo como el epílogo, situados en distintos momentos temporales y que sirven como marco del relato principal, ralentizan una película que en conjunto se hace larga y que funciona, sobre todo, por sus conseguidas escenas de acción.

Algunos giros, demasiado novelescos, y un entusiasmo nacionalista difícilmente exportable (aunque los norteamericanos han conseguido hacerlo durante años) también le restan brillantez al conjunto. Pese a todo una película muy recomendable, aunque solo sea por vestuarios, escenarios y personajes o por mostrarnos otra visión del periodo alejada de Europa o América.

El trailer disponible aquí.

Piratas del aire 
(Sky pirates, 1986, Colin Eggleston)
Interesante para: arqueólogos, pilotos insubordinados.

Bueno, esta es digna de mencionarse más por la curiosidad que por otra cosa, ya que no se trata para nada de una gran película, ni siquiera una película mediocre, en realidad, se hace en muchos momentos, incluso, difícil de ver.

Para mi uno de los peores ejemplos, junto quizás con el Río de la muerte (River of Death, 1989, Steve Carver), con el ínclito Michael Dudikoff, de películas inspiradas de forma más  o menos descarada en Indiana Jones, producidas en los años 80, con ocasionales ejemplos posteriores.

Todo ese subgénero, decenas de películas más o menos afortunadas, es en general olvidable, demostrando lo difícil que es hace algo aparentemente tan sencillo como una película de aventuras. Ya he mencionado aquí algunas de las más conocidas, como La gran ruta hacia China o las protagonizadas por el Allan Quatermain interpretado por Richard Chamberlain. Pero todavía podríamos mencionar muchísimas más, incluyendo producciones llegadas de otros mercados como la serie de películas de Hong Kong La armadura de Dios (Lung hing foo dai, 1986, y Fei ying gai wak,1991)  de Jackie Chan, o las aportaciones europeas como Jungla Salvaje (La leggenda del rubino malese, 1985) o El Arca del rey del sol (I sopravvissuti della città morta, 1984)  ambas de Antonio Margheriti.

En el caso de Piratas del aire, comienza con un, algo confuso, prólogo en torno a una misteriosa tabla inscrita, perdida en la Isla de Pascua. A partir de ahí el argumento, bastante alucinado, gira en torno a un piloto australiano, el teniente Harris (John Hargreaves) que, a finales de la segunda guerra mundial, se ve mezclado con el antiguo artefacto, extraños fenómenos espacio temporales, posesiones, explosiones injustificadas y algún que otro antiguo astronauta.

Aunque pudieron usar varios auténticos aviones de época, que dan cierta dignidad a las escenas aéreas, el presupuesto en general es tan pobre que hace fracasar completamente las escenas más ambiciosas de la película. Las actuaciones son también poco convincentes. Pese a todo, algunos elementos, incluso en este caso tan poco prometedor como este, pueden reutilizarse y, seguramente, mejorarse para usar en nuestras partidas.

La película entera está en youtube (al menos por ahora y a una calidad pésima), buscadla si os interesa, pero el único trailer que he encontrado está en, creo, ruso.

Cliente muerto no paga 
(Dead men don't wear plaid, 1982, Carl Reiner)
Interesante para: detectives manazas, apasionados del queso

Comedia del absurdo que parodia los tópicos del género negro de los años 40 de una forma bastante curiosa: utilizando fragmentos de películas de la época (de 19 películas diferentes) para, intercalándolos con nuevos planos y escenas, provocar situaciones y diálogos absurdos. Hoy día este montaje podría hacerse de forma mucho más limpia (la diferencia de sonido, y a menudo de granulado de la imagen, es clara) pero por lo demás la fotografía de la parte moderna, los encuadres y los vestuarios y escenarios se cuidan, en la medida de lo posible, para dar continuidad a todo el conjunto, incluso contando con la última banda sonora compuesta por Miklos Rozsa (legendario compositor del Hollywood clásico).

Junto con el escaso reparto original, así, podemos contar con apariciones de Humphrey Bogart, Ava Gardner o Kirk Douglas, entre otros muchos, casi un quien es quien de cine clásico americano.

Steve Martin interpreta a Rigby Reardon un P.I. de la escuela de Marlowe (del que incluso tiene algunas frases enmarcadas en sus paredes, cuando no le llama para contarle sus penas) tendente al monólogo interior, normalmente autojustificativo, y a liarse con las mujeres equivocadas, además de tener cierto problema de control personal. Rigby es, básicamente, un patán que intenta ser el detective arquetípico pero que es demasiado estúpido para serlo.

La parte central de la película se pierde demasiado, con escenas de relleno que repiten los mismos chistes manidos, pero nunca está de más echarse unas risas y el principio resulta refrescante y muy divertido.

Aquí el trailer para hacerse una idea.

Una pareja imposible 
(Topper, 1937,Norman Z. McLeod)
Interesante para: herederos adinerados, banqueros aburridos

Sigo con otra comedia, pero en este caso de la época, protagonizada por Cary Grant, Constance Bennet,  Roland Young y Billie Burke, merece una mención, aunque sea por el éxito en su momento y, al mismo tiempo, por lo extraño de la propuesta.

Grant y Bennet interpretan a los Kerby, un acaudalado y despreocupado matrimonio aficionado a las fiestas, Young es Cosmo Topper, el aburrido director del banco del que el George Kerby deriva su riqueza, mientras Burke interpreta a Clara, la puritana esposa de Topper.

Los Kerby (cuya personalidad recuerda a los Charles de la nunca bastante recomendada El hombre delgado) mueren en un, estúpido, accidente de tráfico, convirtiéndose en fantasmas, atrapados en la tierra hasta hacer una buena acción que les garantice el acceso al cielo. Y deciden, por algún motivo, que su buena acción es animar la vida de Topper, a quien el matrimonio espectral (que, por cierto, no tiene problemas para seguir bebiendo pese a su estado) comienza a meter en enredos de lo más peregrino.

Los diálogos son divertidos, y la forma en que Bennet y Grant intercambian bromas y puyas es impecable, pero otros elementos no han envejecido demasiado bien y la trama paranormal apenas es explorada ni explicada.

La película fue un gran éxito en su año, resucitando la carrera alicaída de Constance Bennet y confirmando el estrellato de Cary Grant, que ese mismo año también había protagonizado la deliciosa La picara puritana. Se produjeron dos secuelas, en 1938 La pareja invisible se divierte (Topper Takes a Trip, Norman Z. MacLeod) en la que ya no aparece Grant,  y en 1941 La Mujer fantasma (Topper Returns, 1941, Roy Del Ruth),  en que el matrimonio Topper, se encuentra con un nuevo fantasma y debe investigar un asesinato.

Aquí el trailer https://www.youtube.com/watch?v=qt1UDSilFxg

Pépé le Moko 
(1937, Julien Duvivier)
Interesante para: criminales a la fuga,

Una película francesa, para variar, aunque hubo un remake américano casi inmediato, titulada Argel (Algiers, 1937, John Cromwell) con Charles Boyer en el papel de Pépe, que muchos identificarán como la fuente de algunas de las imágenes descontextualizadas usadas por los muchachos de la Hora Chanante para sus doblajes dada, y otra en 1948, (Casbah, 1948, John Berry) para lucimiento de Yvonne de Carlo en el papel de Inés.

La película comparte ciertos ambientes con la mítica Casablanca, siendo considerada como una película precursora del cine negro, un género considerado quinta esencialmente americano pero codificado por la crítica francesa, pero también con toques surrealistas y simbólicos. Además, al estar situada en una ambientación exótica, puede ser de interés para los narradores en busca de localizaciones. Algunos momentos pueden resultar involuntariamente cómicos, por algunas actuaciones demasiado histriónicas o por lo extraño de algunos recursos narrativos.

Pépé (un magnífico Jean Gabin) es un carismático ladrón de joyas parisino que se encuentra refugiado de la policía en la caótica Casbah de Argel, el barrio nativo, donde la policía no puede tocarle. Junto a él también se encuentra su banda, en la que destaca el pendenciero Carlos (Gabriel Gabio) y el joven desertor Pierrot (Gilbert Gil), y su amante, la gitana Inés (Line Moro). Mientras, el astuto inspector Slimane (Lucas Gridoux) planea cuidadosamente su destrucción, y en este plan jugará un papel fundamental, aunque involuntario, una hermosa turista parisina, Gaby Gauld (Mireille Balin).

También tenemos el trailer https://www.youtube.com/watch?v=2SaFEbA29XQ

Honor y gloria (Kid Galahad, 1937), Michel Curtiz
Interesante para: gente del boxeo

Creo que ya he comentado en el blog que no me gusta el boxeo pero si las historias y las películas sobre boxeo. Hablando sobre los años 30 y los 40 la importancia social de este deporte, además, es fundamental. Para algunos de los grupos sociales más desfavorecidos (inmigrantes irlandeses, judíos, afroamericanos, etc.) el boxeo, como actualmente otros deportes profesionales, se convierte en un camino rápido a la riqueza y a la fama, aunque la mayoría de los boxeadores se quedan en el camino.

La combinación de violencia  y grandes cantidades de dinero en el boxeo profesional, y en las apuestas, crea  además un ambiente perfecto para la influencia del crimen organizado, por lo que las películas de boxeo a menudo combinan con el espectáculo deportivo los personajes del cine de gangsters y criminal.

No es de extrañar con las posibilidades que ofrece, pues, que las películas de boxeo sean un género que goza de una larga trayectoria en el cine, especialmente el norteamericano pero también en el europeo o el latinoamericano.  Algunos boxeadores famosos incluso intentan probar suerte en el cine, como Jack Dempsey (campeón de los pesos pesados de 1919 a 1926) que llegó a aparecer en un puñado de films aprovechando su fama, mientras que los films biográficos sobre figuras del boxeo nunca han cesado totalmente, aunque hoy no son tan comunes como antaño.

En esta película Nicky Donati (Edward G. Robinson) es un ambicioso manager de boxeo que sueña con encontrar un boxeador que siga sus instrucciones, sin protestas ni ideas propias, para convertirlo en campeón del mundo, pese a las injerencias de criminales como Turkey Morgan (Humprey Bogart). A su lado, Louise Fluff Philips (Bette Davis) comparte con él las, escasas, victorias y las, abundantes, derrotas. Tras una de estas derrotas , y haber enfadado a los mafiosos una vez más, la pareja descubre a un prometedor boxeador en un fornido botones de hotel, Ward Guisenberry (Wayne Morris) y mientras Nicky ve en él la posibilidad de resarcirse, Fluff se siente inmediatamente atraída hacia el inocente boxeador. Mientras la carrera de Ward, apodado Kid Galahad, avanza también se complica la trama romántica y la criminal.

Puntos extra por la santanderina Soledad Jiménez interpretando, con diálogos en italiano incluidos, a la madre de Nicky. Y también por tener un remake musical protagonizado por Elvis, Piso de Lona (Kid Galahad, 1962, Phil Karlson).

Trailer aquí.

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