Cosas para leer: Capitán Futuro 2 por Edmund Hamilton

El segundo volumen de la edición facsímil de Barsoom de las aventuras del Capitán Futuro comparte las características editoriales con su primer volumen, conteniendo un número original del pulp (el de primavera de 1940) entre sus cubiertas. Además de la historia principal incluye dos cortos relatos secundarios, no demasiado brillantes, una pequeña sección de historia del universo ficticio y la página de correo original, secciones que en total ocupan únicamente 20 páginas de las 128 totales. 

La segunda aventura sigue a nuestro héroe  y su cohorte de aliados (el Cerebro, el androide transformista  Otto, el hercúleo robot Grag y la bella Joan Randall) en un nuevo enfrentamiento contra otro villano, que en esta ocasión pretende hacerse con el poder de todo el Sistema Solar. 

Una misteriosa Estrella Oscura se dirige hacia los mundos habitados y, pese a que los científicos afirman que  no hay ningún peligro, un misterioso individuo llamado Doctor Zarro asegura en sus emisiones, realizadas desde un lugar desconocido que están mintiendo y que sólo él puede evitar la destrucción de todo el sistema. Al mismo tiempo reputados científicos que habían negado el peligro de la estrella han comenzado a desaparecer, y la paranoia campa a sus anchas entre una población que desconfía de las respuestas oficiales. Resulta ciertamente curioso ver algunos paralelismos con negacionistas científicos y conspiranoicos de nuestro mundo pandémico actual en este argumento básico.

Por supuesto el Capitán, y sus aliados, deben investigar la verdadera identidad del Doctor Zarro y descubrir la verdad sobre la Estrella Oscura, con su ración de escapadas apuradas, peleas desesperadas y combates especiales. Se perfila la imagen de otro planeta más del sistema, en este caso Plutón y sus lunas, de nuevo dibujado con rasgos que recuerdan a la novela de aventuras coloniales (o el western) transpuesta al espacio, con unos nativos que reflejan cierta imagen  tópica de pueblos colonizados.

Hay algo de misterio, pero no mucho la verdad, sobre donde se encuentra el escondite del Doctor Zarro o la verdad sobre la estrella oscura. Pero es, ante todo, una historia de aventuras y acción. Las escenas de combates desesperados y escapadas al límite es el hilo conductor de la trama, que se complica con algunos villanos secundarios, unas cuantas pistas falsas y escenarios imposibles. 

Aún así trata con algunas ideas científicas, o de ciencia-ficción, interesantes. Por ejemplo el interludio situado en un Mar de los Sargazos espacial, donde entre multitud de naves reconocibles encuentran una nave procedente de fuera del sistema, ocupada por seres monstruosos en hibernación, podría fácilmente convertirse en un relato completo de terror espacial... y resuenan ecos de Alien o, incluso, cierta vertiente de los mitos de Cthulhu, en sus escenas. Las montañas de hielo móviles de Plutón, los gusanos-soga utilizados para capturar al héroe o el inteligente uso de hologramas (no llamados así) podría ser fácilmente transportados a otros universos de fantasía espacial.

No soy entusiasta, sin embargo, de la forma en que la dinámica de Grag y Otto replica la relación entre Monk y Ham (los dos ayudantes más populares de Doc Savage); resulta un poco repetitiva, incluyendo la aparición de una mascota cargante (recordemos que Monk y Ham contaban con un cerdo y un simio) que sirve como contrapunto cómico, aunque en este caso también tenga una aportación en el argumento quizás demasiado oportuna. 

Un ejemplo muy divertido de lo mejor de la literatura pulp de aventuras, que como siempre suena a menudo a ya leído, pero que consigue entretener más allá del mero tópico. 

Puntuación: 8/10

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